Revista Educación

Las otras fases del coronavirus

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Las otras fases del coronavirus

Las otras fases del coronavirusNo sé exactamente cuándo empezaron a circular con asiduidad noticias sobre el coronavirus. Mi sentido del tiempo es inexacto y relativo, pero digamos que un par de meses.

En una primera fase, cuando todo se circunscribía a China y más concretamente a Wuhan, me ocurría como cuando una mala noticia te pilla muy lejos; sufres un ligero estremecimiento pero sientes que la cosa no va contigo y a los diez segundos deja de ocupar tu mente.

En un segundo período te enteras de que hay españoles por allí y que serán repatriados y te inquietas un poco, aunque confías en las autoridades lo suficiente (no queda otra) como para estar tranquilo porque los aislarán a su llegada.

El tercer estado se produce cuando sabes que hay contagiados fuera de China. Ahí el estremecimiento es mayor y asoma la posibilidad en tu cabeza de que la cosa puede ponerse fea.

Entonces llega la cuarta fase, esa en la que el número de casos empieza a aumentar en tu país, es más, en la isla de al lado y comienzas a dedicar gran parte de tu pensamiento al tema.

La quinta etapa emerge cuando los casos salpican todo el territorio nacional y, además, afectan a personas que no han tenido contacto con las zonas de riesgo. En ese momento directamente te acojonas y piensas que te puede tocar a ti o a cualquiera de tus seres queridos.

Y por último llega la sexta y última fase, la que arriba cuando racionalizas, te despegas de toda la mierda que oyes a tu alrededor incentivada en gran parte por los medios de desinformación y comprendes, porque acudes a fuentes fidedignas, que el COVID-19 es una enfermedad seria sí, pero no más que otras (ébola, gripe A, la enfermedad de las vacas locas...). ¿Que te puede tocar?, sí claro, igual que otras. Pero te das cuenta de que lo que no se puede es estar en un estado permanente de ansiedad por una situación que, como bien explica Matías Fonte Padilla, decano del Colegio de Biólogos de Canarias, es mucho menos alarmante de lo que nos cuentan los medios amarillistas y que, por lo general, afecta a la misma población de riesgo que la gripe estacional. Esta última fase tiene más que ver con la ocupación (si llega) y menos con la preocupación y es, de lejos, la que requiere más sentido común, el más útil de los sentidos y la que te lleva a la tranquilidad. De lejos la más recomendable.


Volver a la Portada de Logo Paperblog