"Las palabras amables pueden ser cortas y fáciles de decir, pero sus ecos son realmente infinitos". Madre Teresa de Calcuta.
He arrancado a escribir inmediatamente nada más terminar de leer esta magnífica frase de una persona tan especial.
Es todo lo contrario que hace este Gobierno de España. Se acaba de inaugurar una etapa al final de las sesiones del Congreso de los Diputados, en el que un nuevo portavoz en dicho congreso ha irrumpido con su lacerante discurso de ver la realidad que nos deslizan día a día empezando con que "La crisis, ya es historia" y que "desde 2007 pasaremos las mejores Navidades de nuestras vidas".
El nuevo portavoz del Congreso de los Diputados del Partido Popular, -que ya fue cuando José María Aznar gobernaba con mano dura- y no se sin tan dura viendo como lo está haciendo su designado presidente del Partido Popular Mariano Rajoy.
Estamos acostumbrados a engaños, cobardías y falsa seguridad.
Viene a cuento poner aquí otra frase de mi admirado Platón: "Los sabios hablan porque tienen algo que decir; los tontos, porque tienen que decir algo".
Sí, efectivamente tenemos una pandilla de tontos que siempre tienen que decir algo, aunque sean las memeces más grandes por encima del bien y del mal, y naturalmente, acaban cagándola sin remedio.
Pero se observa que no se inmutan, están en el poder que les han otorgado los votos, esos votos que cada cuatro años se sumergen por las ranuras de las urnas.
Qué lástima que no lean y se culturicen como es debido estos poderosos.
Estos individuos se olvidan de algo sustancial en la forma de ser de los humanos: nos gusta relacionarnos con quien nos trata bien, sonríe de verdad y valora todas las buenas actitudes que toda buena gente posee.
Requiero insistentemente que digan las palabras amables.