El pasado 27 de setiembre se entregaron los VIII Premis Internacionals Terenci Moix en el Palau de la Música Catalana, evento al que la niña problemas tuvo la oportunidad de asistir.Para mi crónica rescato a una Ángela Molina tan efusiva como una niña con zapatos nuevos y el emotivo momento en que Ana María Matute (hada de cristal pero de varita indestructible) subió a entregar un premio. Por otro lado, de una gala organizada con tanta eficacia solamente criticaría una cosa. Nunca se dijeron los nombres de los magníficos bailarines que danzaron al son de un Bach, cuyo origen tampoco se supo si era enlatado o cocinado en el acto. Como era de esperar, los recortes protagonizaron la velada. En un principio, las diferentes reivindicaciones defendían la posibilidad de evasión que ofrece la cultura. Ideas todas ellas cargadas de muy buena voluntad a las que la bailarina Tamara Rojo dio la solución mediante un discurso corto pero contundente.Ya no sabemos si fue una cuestión de sincronicidad o hubo una firme voluntad humana de que transcurriera así. El caso es que la primera bailarina y directora artística del English National Ballet fue la última en recoger su galardón. Cual cisne negro Tamara Rojo emergió del fondo de la platea y enfiló su camino hacia el escenario. Allí la esperaba el muy honorable político de turno, completamente ajeno a lo que el destino le deparaba. La bailarina llevaba su discurso escrito, supongo que para no dejarse nada en el tintero. Su tono de voz siempre fue firme y sereno. Con el pragmatismo propio del español que vive en el extranjero, Tamara Rojo aconsejó que no esperáramos más de las dádivas de los políticos y abogó por el mecenazgo privado. El aplauso casi hunde el Palau. Teniendo en cuenta que la palabra "dádiva" pocas veces ha tenido un matiz tan peyorativo, el muy honorable político de turno decidió defenderse a título personal. A pesar de contar con la ventaja de la réplica, se quedó sin argumentos. Y ¿por qué recordarlo dos semanas después? Porque, aunque las estructuras del mecenazgo privado todavía deben mejorar mucho, todos saboreamos aquel instante y lo quería compartir con vosotros.