Las palabras van cayendo

Las palabras van cayendo sobre el blanco del papel impoluto que huele al tiempo que estuvo guardado, para que fuera requisado para el futuro en forma de versos, de palabras sentidas, de ansias, de miedos, de astucias, de sorpresas.
También de azules, de ocres, de verdes, de amarillos, de blancos, de morados y de negros.
Y también de esperanzas, de anhelos, de frustraciones y qué se yo de cuantas cosas más que nos deparan los acontecimientos de nuestras vidas; esos que llegan y se van, pero volverán sin duda alguna, incluso con atrocidades que los soberbios gobernantes nos 'regalan' una y otra vez, aunque no queremos que así sea.
Pero se empeñan a pesar de que les esquivamos con nuestras frases, que parecen escritas en el viento que les azota en sus cabezas, y aún así no hacen caso, se empeñan en desdeñar al humano, a la buena gente que puebla este mundo.
¿Por qué ese empeño e hacer una y otra vez tanto daño? Sólo ven 'negocio' en sus felonías ¡Qué corto  espacio tienen sus mentes!
Son una isla suprema de la estupidez. Nosotros gritando contra el silencio. Y las palabras van cayendo.
La verdad es siempre obscena para el corrupto. La estupidez se repite y en esa repetición casi llega a ser inteligente, casi.
Casi llega a ser como la eternidad, que por mucho que los relojes nos estén marcando el tiempo, nunca llegaremos a ella.
Seguimos...Las palabras van cayendo.