Las palabrotas
He notado un gran descenso del lenguaje soez a mi alrededor. No se si es por el cambio de círculos en los que me muevo a causa de la maternidad o que realmente las llamadas palabrotas van perdiendo su fuerza. Las palabrotas no producen ningún trastorno, problema físico o mental en nuestros hijos pero son una gran puerta abierta al mal comportamiento. El niño crece, no lo ve pero siente que su lenguaje mal sonante genera molestia social, y víctima de constantes regañizas por parte de su entorno y profesorado, se porta mal.
Está claro que un niño que esta en un ambiente donde las palabrotas son tratadas como parte del vocabulario común las utilizará con la misma normalidad. Evitamos usar expresiones tan castellanas como el "coño" o "mierda", creerme, se puede uno hacerse entender sin usar estos términos que parecen inocuos pero no lo son. Son tan comunes en algunos ambientes que ya no se consideran mal sonantes y si complementarias.
Pero ¿Que hacer cuando la palabrota ya está presente?
Para empezar retirarlas de nuestro vocabulario. Con mi hijo mayor cuando se nos escapaba un "coño" decíamos "nooo, antonioooo" jeje así el mismo se peque ya decía a sus tías "eso no se dice!"
Luego estar atento a cuando usa el niño la expresión: enfadado, contrariado o en frases comunes.
Pedirle que no use estas palabras sin enfadarte con el, o agravarás la situación; cada vez que te enfades las usará.
Retirar la palabrota es una enseñanza, no un castigo. Si hacemos algo de memoria podemos recordar que nuestros hijos no nacen hablando, aprenden de nosotros y de nuestro entorno. Si el niño habla mal (me refiero a las palabrotas) es tu responsabilidad.
No se acabará el mundo porque uses palabras mal sonantes pero es mucho mejor que decida su hijo cuando sea adulto si desea usarlas.