Varias candidaturas de las que concurren a las próximas elecciones municipales* palestinas decidieron omitir los nombres y las fotos de las candidatas, provocando la indignación de las mujeres y de algunas facciones.
En lugar de referirse a las candidatas por su nombre y publicar sus fotos, las referidas candidaturas están empleando las expresiones “la mujer de” o “[la] hermana [de]”. Los críticos han denunciado la medida como una “señal de retraso, extremismo y fanatismo”. Otros palestinos han llegado incluso a comparar la retirada de los nombres y fotos de las candidatas con la cruel práctica preislámica del infanticidio (wad).
La decisión de ocultar los nombres y fotos de las candidatas se produce en el contexto de una creciente islamización de la sociedad palestina, ya de por sí considerada muy conservadora.
Además de suponer un duro golpe a la lucha de las palestinas por la igualdad, la decisión vulnera la ley palestina sobre elecciones locales, de 2005, que estipula que el candidato debe ser plenamente identificado por su nombre, edad, dirección y número de registro en la lista electoral.
Esta iniciativa misógina no sólo está teniendo lugar en la Franja de Gaza, bajo el control del movimiento islamista Hamás. También está asomando el colmillo en algunas partes de la Margen Occidental, dirigida por la Autoridad Palestina (AP), receptora de fondos occidentales y liderada por Mahmud Abás.
Los nombres y las fotos de las candidatas ya habían sido omitidos en otras ocasiones. Por ejemplo, en las últimas elecciones municipales, celebradas en 2012 sólo en la Margen Occidental –después de que Hamás decidiera boicotear los comicios–, los nombres y fotos de las candidatas fueron sustituidos con imágenes de rosas o palomas.
Nahed abu Taima, coordinadora de la unidad de género en el Centro de Desarrollo de Medios en la Universidad de Birzeit, expresó su malestar por la desaparición de las candidatas de las listas electorales y pidió a las mujeres que boicotearan las elecciones.
Me opongo a que las mujeres participen en estas condiciones. Dejen a los hombres que participen ellos solos (…). Si no aparecemos de manera digna, no queremos esta falsa presencia, que ignora la realidad de las mujeres. La Comisión Electoral palestina no está cumpliendo con su cometido como debe. Es terrible que estén utilizando las expresiones “hermana de”, “hija de” o “esposa de”. Las mujeres no son seres insignificantes a los que haya que ocultar, o a los que se les tenga que quitar su nombre o sustituirlo por el de sus maridos. Esto es el colmo de la traición y el repudio.
Otra destacada feminista palestina, Nadia abu Nahleh, condenó enérgicamente la medida misógina:
Consideramos que este acto constituye una grave regresión en nuestro desarrollo como palestinas, porque estamos orgullosas del importante y fundamental papel de nuestras mujeres en la sociedad. Nuestras mujeres siempre han sido nuestras aliadas en la vida nacional. Por lo tanto, es terrible que cualquier lista, islámica, nacional o independiente, suprima los nombres de la mujeres. Si no están dispuestos a reconocer el nombre de las mujeres, ¿cómo van a aceptar el papel de la mujer cuando sean elegidas? Si nuestros nombres son ‘awra’ [la parte del cuerpo que un musulmán tiene que cubrirse], entonces nuestros votos no deberían ir a esas listas que ocultan los nombres de las mujeres.
En el islam, el awra de la mujer es todo el cuerpo salvo la cara y las manos. Sin embargo, algunos clérigos islámicos han dictaminado que todo el cuerpo de las mujeres es awra, incluidas las uñas. En cambio, el awra de los hombres abarca la zona que va del ombligo a la rodilla (incluida). Decir que el awra es ilícito se considera pecado en el islam.
Muchos palestinos entraron en las redes sociales para denunciar la práctica de ocultar los nombres y fotos de las mujeres. En Twitter, las activistas lanzaron el hashtag “Nuestros nombres no son awra“.
“Es deplorable que tengamos que recurrir a las redes sociales para demostrar que nuestros nombres no son awra“, escribió la bloguera palestina Ola Anan en un tuit.
Es patético que hoy haya gente que se avergüence de mencionar el nombre de sus madres o esposas. Es deplorable ver cómo nuestra sociedad no sólo está retrocediendo, sino que ya está viviendo en el pasado. Pasan meses, años y décadas, y nuestra sociedad no quiere avanzar desde esta actitud ‘retrógrada’, ni siquiera un paso.
Los expertos y activistas palestinos coinciden en que esta medida contra las mujeres es ilegal e inmoral.
“Lo que hicieron algunas candidaturas contra las mujeres es una violación de los derechos humanos de las mujeres, además de un incumplimiento de la igualdad”; protestó Nayat al Astal, miembro femenino de Fatah en el Consejo Legislativo palestino. “Todas las mujeres deben rechazar esta práctica realizada por algunas candidaturaa, porque los requisitos para presentarse a las elecciones incluyen la publicación del nombre y la identidad de todos los candidatos, incluidas las mujeres”.
Karm Nashwan, abogado y activista pro derechos jurídicos, dijo que la retirada de los nombres y fotos de las mujeres iba contra la ley palestina. Añadió que la decisión se producía en el contexto de un intento de marginar el papel de la mujer en la sociedad palestina. La activista Intisar Hamdan condenó la medida y dijo que formaba parte de “la cultura que se avergüenza del nombre de las mujeres”.
Algunos hombres también se han pronunciado contra la medida. Además, la Comisión Central Electoral ha dictado que va contra la ley y sus regulaciones. Es una buena noticia para las mujeres, que están amenazando con boicotear las próximas elecciones. Pero a las listas que hurtaron los nombres y las mujeres de la mirada pública no parece que les hayan disuadido la indignación y las protestas. Aunque sí enviaron los datos completos de sus candidatas al Comité, siguen ocultando sus nombres y fotos en sus campañas electorales, que se desarrollan principalmente en las redes sociales.
El doctor Walid Al Qatatí, escritor y analista político especializado en asuntos árabes e islámicos, dijo que el movimiento le recordaba a las invitaciones de boda que se enviaban sin el nombre de la novia:
El nombre de la novia se ha convertido en una letra o una imagen y a los invitados a la boda no les queda más remedio que figurárselo. Es como si se tratase de una nueva forma de infanticidio femenino. Durante la ‘yahiliya’ [el periodo preislámico de ignorancia y barbarie], las mujeres eran enterradas vivas. Hoy, las mujeres también son enterradas vivas, pero por encima de la tierra. Son enterradas vivas primero como seres humanos y luego como mujeres.
Otro palestino, Hasán Salim, señalaba la hipocresía de los palestinos que suelen presumir del progreso de las mujeres en la sociedad palestina:
¿Qué clase de hipocresía es esta, que mientras presumen del papel de las mujeres y de su lucha, llamándolas ángeles, nos avergonzamos de mencionar siquiera su nombre y sustituimos sus fotos con imágenes de rosas? (…) Esta degradación de las mujeres exige el boicot contra esas candidaturas.
También algunas organizaciones palestinas se han manifestado contra la decisión. Una de ellas, el Partido del Pueblo Palestino (antes Partido Comunista), dijo en un comunicado: “La humanidad de una mujer no es awra, el nombre de una mujer no es awra, la voz de una mujer no es awra”. Pidiendo a la Autoridad Palestina y al Comité Electoral Central que rechazara el “fenómeno alienante y aberrante”, el partido advirtió contra los intentos de “arrastrar a los palestinos hacia la Edad de Piedra o algo aún peor”.
Cuando las palestinas perpetran ataques contra los israelíes, su sociedad las glorifica como heroínas. Entonces, se pegan sus nombres y fotos en las vallas para que todos las vean y aplaudan. Sin embargo, parece que cuando quieren trabajar por la vida en vez de por la muerte, sus identidades no son aptas para el consumo público.
Cuando las palestinas perpetran ataques contra los israelíes, su sociedad las glorifica como heroínas. Entonces, se pegan sus nombres y fotos en las vallas para que todos las vean y aplaudan. Sin embargo, parece que cuando quieren trabajar por la vida en vez de por la muerte, sus identidades no son aptas para el consumo público.
* Aviso al lector: este artículo se escribió antes de que la Corte Suprema de Ramala decidiera posponer los comicios municipales, que estaban programados para el 8 de octubre.
Fuente: Gatestone Institute.
Autor: Khaled Abu Toamed