Las películas con más estilo del 2013

Doce meses llenos de estilo hemos tenidos en la gran pantalla, nos sumergimos en el séptimo arte para observar desde las lentes de un fan qué películas han tenido mas clase este año.

Por respeto debemos empezar por "Los Miserables" simplemente para agradecer a Paco Delgado su gran trabajo, ha sido nominado en todos los grandes festivales y premios, con merecimiento. Representar las clases sociales que nos describió Víctor Hugo,  mostrando los harapos y de la miseria, junto con los desechos de la monarquía. Paco Delgado se preparó durante cinco meses y otros cuatro de rodaje para enfrentar un probador de más de 4.000 extras, con Hugh Jackman, Russell Crowe, Anne Hathaway y Amanda Seyfried, esperando al principio de la fila.

Tal vestuario inteligente desde un punto de vista narrativo y carácter, Stoker, el libertino tono mostaza es a la vez rebelde e irritable, cortesía de Etro, las gafas de sol canalizan perfectamente a Patricia Highsmith con su estilo oscuro, esos pantalones chinos que pedían a gritos salpicaduras de sangre. La colaboración entre los diseñadores de vestuario Kurt Swanson y Bart Mueller y Park Chan-wook, conocido por otorgar una gran riqueza visual del horror, resultó fructífera en la primera película en idioma Inglés del director coreano, un cuento gótico meticulosamente buscando.




Mia Wasikowska tiene las sombras de cuento de hadas, como la hija en una familia disfuncional con faldas con el talle alto, plisadas. Habiendo llevado un estilo idéntico de zapatos en blanco y negro de cuero por su vida entera, pero un regalo del 18º cumpleaños, unos tacones de piel de cocodrilo, uno Louboutin señalan una llamada a la sexualidad depredadora.

Matt Damon con un Speedo de joyas incrustadas y Michael Douglas que sale de un Rolls Royce en el escenario en un abrigo de piel de zorro blanco noruego, con una cola de 16 metros fueron sólo dos de los conjuntos recreados por la diseñadora de vestuario Ellen Mirojnick que llevo a cabo para la película biográfica de Steven Soderbergh sobre el pianista Liberace, basado en el libro de memorias de su asistente en los años 80 y amante Scott Thorson. El showman extravagante casi mantuvo a Swarovski sin ayuda, y sus trajes de la vida real pesa cientos de kilos.

En "Behind the Candelabra" la verdadera alegría son los momentos de tranquilidad cuando ambos personajes están en casa, simplemente existiendo. El mundo era un escenario para los dos, pero la diseñadora de vestuario Ellen Mirojnick negó a irse por la borda. En cambio, la era setentera mezclada con la estupidez y la comodidad y, sí, incluso el estilo. Lo principal era que ni ella, ni el director Steven Soderbergh nunca tratasen a Liberace como una broma.

Creo que nadie puede dudar que pocas personas en el mundo se ven tan bien con un traje como a Ryan Gosling. Así que su de tres piezas azul medianoche en "Only God Forgives" era poesía en pantalla. Ryan Gosling continúa donde Marlon Brando lo dejó en "Un tranvía llamado deseo" mostrando el atractivo sutil de la llanura de la camiseta blanca. El cuello estirado, las mangas arremangadas y una camiseta desgastada con vaqueros, botas negras y cadena de plata sólo se podría llevar con estilo por Gosling.

Si en este artículo no aparece "El Gran Gatsby" a más de uno le puede provocar un infarto, no deseo eso.  Gatsby se limita a sugerir, o tal vez invocar el espíritu de los años veinte, con el vestuario del diseñador de producción Catherine Martin y su marido, el director Baz Luhrmann se asociaron con Miuccia Prada para confeccionar una visión de la época del jazz, que refleja su energía estimulante para una audiencia moderna, más que un esfuerzo por la exactitud de un museo. Blazers de rayas, vestidos con flecos y cortes de pelo bobs, sombreros cloche, diamantes y perlas, todos son un guiño a los años veinte en este retrato del misterioso millonario y contrabandista Jay Gatsby, que es una imagen de la nueva adinerada extravagancia de los dulces años veinte.

La gran desconocida, "The Great Beauty", Brillante, un retrato con gran nitidez y grandioso, el italiano Paolo Sorrentino el hombre existencialmente cansado de la cultura Jep Gambardella, abarca visualmente una de dos caras de Roma de esplendor y vulgar superficialidad.

Se abre con su extravagante fiesta de over-the-top de cumpleaños en la azotea, los huéspedes que gotean en joyas de oro girando bajo un letrero de neón de Martini. La diseñadora de vestuario Daniela Ciancio golpea hasta la firma de sastrería napolitana Cesare Attolini de urbanidad, trajes coloridos para Jep.