Hace casi dos años, en este mismo blog, escribí cuatro capítulos de la historia de la rehabilitación del Teatro Río. En la primera parte de esa historia narraba desde la compra del inmueble (año 2000) hasta la colocación de la primera piedra (2003); en la segunda parte hablaba de los distintos convenios firmados con el Ministerio de Fomento para obtener subvenciones (2004), la megatrola preelectoral (2007) y la penalización por el retraso en la finalización de la obra; en la tercera parte traté del parón de las obras (2008) y el maná en forma de Plan E (2009); y en la cuarta parte denuncié los vaivenes de precios de una Memoria a otra, expresando mis dudas de que algún día supieramos la verdad de las cifras. Más tarde, hasta el Informe de la Sindicatura de Cuentas nos arroja algo de luz sobre el asunto ... ¡más sorpresas!
Tras la finalización de las obras (con bastantes deficiencias, por cierto) y la inauguración para antes de las Elecciones Municipales (como mandan los cánones políticos), ha ido llegando el momento de ajustar las cuentas, y ese es uno de los puntos más conflictivos de los tratados en el Pleno del pasado lunes, ya que el asunto de la basura no llegó a ser tratado.
A estas alturas, todos saben que la empresa que hizo las obras, INTERSA, se comprometió por contrato a pagar 1.200 Euros por cada día de retraso de la obra. Según los técnicos, existen 1.513 días de retraso imputables a la empresa, lo que supone una cantidad a favor del Ayuntamiento de 1.815.600 Euros a nuestro favor. De esos días, 686 corresponden al periodo entre el 14 de febrero de 2005 y el 31 de diciembre de
2006. Este dato no lo pone nadie en duda.
Sin embargo, pese a existir tan importante retraso, el Ayuntamiento ha ido abonando puntualmente a INTERSA todas las facturas que presentaba hasta hace unos meses, pese a que, por activa y por pasiva, desde los bancos de la oposición se ha preguntado hasta la saciedad si el equipo de gobierno pensaba exigir las penalidades pactadas. Miguel Ángel Agüera llegó a responder en una ocasión que él no tenía conocimiento de que hubiese retrasos en la obra (¡y era su área de responsabilidad!).
Podemos asegurar que mucho tiempo después de estar la obra parada por causas imputables a la empresa constructora, desde el Ayuntamiento se han pagado importante sumas de dinero, que podrían haber sido retenidas y compensadas si se hubiese actuado con un mínimo de diligencia y seriedad.
Ahora, cuando únicamente quedaba por pagar una última factura por importe de 378.459,44 Euros, algún lumbreras ha caído en la cuenta de que hay que compensar lo que le debemos a la empresa con lo que la empresa nos debe a nosotros y ...¡sorpresa!... el saldo es favorable al Ayuntamiento en 1.225.221,80 Euros.
Pero que nadie se emocione, que me parece que el Ayuntamiento no verá ese dinero ni en pintura. Ojalá me equivoque, pero desde el
29 de junio de 2011 la prensa informa que INTERSA está en situación de pre-concurso de acreedores, y, al no haber conseguido refinanciar la deuda, el coloso se ha desplomado.
En mi modesta opinión, este es otro ejemplo claro y evidente de la desastrosa forma que tiene
el gobierno municipal de gestionar los recursos públicos: se le paga
dinero a una empresa sabiendo que nos debe mucho más, y se esperan a
compensar los saldos cuando la empresa ya está en concurso de
acreedores. A muchos ibenses se nos ha quedado cara de tontos.