Es curioso como todos los jefes coinciden en sus argumentos cuando se encuentran en una situación económica como la que estamos pasando. ¿Les mandarán a una escuela de ‘cómo capear el temporal’? Estas son tan sólo algunas de sus perlas, seguro que más de uno las habrá oído alguna vez.
- “Cuando estábamos con vacas gordas, bien que nos beneficiamos todos, pues ahora tocan las vacas flacas y hay que apoyar a la empresa”. Quien les oye se cree que cuando la empresa iba bien, antes de la crisis, nos pagaban un plus por engordar al ganado. Que no mijhito, que no, cobrábamos exactamente lo mismo, pero el día 5 de cada mes, que es lo que corresponde.
- “Me tienen quemado”. Les hemos quemado por pedir lo que es nuestro, por reclamar nuestros salarios, por trabajar por dinero y no por placer. Y es que claro, somos unos protestones, les contestamos, montamos pollos y “esa rebeldía hace que pierda los nervios”, dicen. La culpa es nuestra.
- “Me han decepcionado, tantos años trabajando juntos y ahora me responden así. No me lo esperaba”. Tampoco nosotros, tantos años rompiéndonos los cuernos para sacar adelante nuestro trabajo y ahora somos lo último que les importa.
- “Eso son tonterías”, respondió mi jefe cuando le dije que todos lo estábamos pasando mal. Mis palabras fueron: “Esto está siendo muy duro para todos, lo estamos pasando mal…” No me dejó terminar: “Eso son tonterías”, sentenció. Ellos son los únicos que están mal, los que no pueden dormir por la noche, los que se lleva todos nuestros problemas para su casa y no pueden vivir pensando en lo mal que lo estamos pasando sus empleados.