Si nos damos cuenta, cada vez nos encontramos con dispositivos con pantallas mayores. Por ejemplo, la familia Galaxy S de Samsung ha ido creciendo conforme iban pasando los años hasta casi convertirse (y sin casi) en Galaxy Note, siendo esta última familia quien estrenó el término phablet, algo así entre teléfono y tablet. A mi, personalmente, me gustaba más el término tabletófono, pero he de reconocer que parecía más un nombre sacado de Mortadelo y Filemón que otra cosa. Las phablets han ido comiendo espacio al smartphone de menos de 5 pulgadas.
¿Qué es una phablet?
Una phablet es un dispositivo a medio camino del Smartphone o teléfono y tablet en cuanto a tamaño de pantalla se refiere. Históricamente siempre han sido dispositivos de un gran hardware, sobre todo a lo que a batería se refiere, pues era normal que con esa pantalla el gasto de batería fuese mayor de lo habitual.
Lo que ha pasado en los últimos años es que los usuarios se han visto atraídos por aquellas llamativas phablets con los que es más sencillo navegar por internet y más vistoso a la hora de ver una foto o un vídeo.
Hoy en día estas phablets han inundado el mercado de smartphones. Tanto que es muy difícil encontrar algo de 5 pulgadas o menos. Ahí están agarrándose a un clavo ardiendo los iPhone con sus 4,7 pulgadas. Tan agresiva es la moda que incluso el último Samsung Galaxy S8 cuenta con 5,7 pulgadas, y su versión vitaminada cuenta con una pantalla de 6,4 pulgadas. Eso sí, al menos últimamente se está intentando estilizar un poco haciendo los marcos más finos e incluso inexistentes, algo que estamos agradeciendo muchísimo, pues podemos cargar con un teléfono con una pantalla exageradamente grande con un tamaño total de un teléfono de 5,5 pulgadas.
Lo mejor de todo es que cuanto más grande sea es más probable que traiga más batería, por lo que la autonomía se verá mejorada con respecto otros dispositivos si el resto del hardware y el software le acompañan.
¿Eres de los que cuenta con una phablet de 5,5 o más pulgadas?