Coincidiendo con las citas electorales en Francia, y últimamente en especial cuando de renovar la presidencia de la República se trata, el Frente Nacional (FN) fundado por Jean-Marie Le Pen recobra bríos. Una encuesta hecha pública esta semana por el prestigioso diario Le Monde alerta sobre que más de un tercio de los electores de ese país ven con buenos ojos los postulados que defiende esa formación de extrema derecha. El trabajo de TNS Sofres añade además que un elevado porcentaje de los consultados no duda de que el FN será el que dispute la segunda vuelta de las presidenciales. Y lo más probable es que sea ante el candidato socialista. No se olvide que el viejo Le Pen ya lo hizo con Jacques Chirac en 2002, y la propia izquierda tuvo entonces que pararlo votando al neogaullista.
Sin embargo, la que emerge ahora es la figura de su hija Marine, heredera del trono paterno. Cuentan que ella ha sabido limar las asperezas con las que el veterano dirigente sembró la imagen del FN, y ello se ve corroborado en la propia encuesta en la que sus responsables detectan cómo está calando la marca entre el electorado, que ya no la rechaza tanto como ocurría antaño: en un año, el porcentaje de quienes veían un peligro en el FN ha descendido en 10 puntos. Es evidente que a ello ha ayudado que Marine Le Pen haya suavizado los recios postulados de su antecesor a base de decir a muchos lo que estos querían oír. Volver al franco y abandonar el euro, parar la inmigración o nacionalizar la banca ante la crisis son algunos de los estandartes que defiende la candidata Le Pen. Así, la extrema derecha francesa alcanza el 21,5% en intención de voto cuando faltan menos de 100 días para que los electores acudan a las urnas dispuestos a votar, en primera vuelta, sobre quién presidirá la República. El FN pisa los talones literalmente al actual presidente, Nicolas Sarkozy, que solo llega al 23,5%, en tanto el candidato socialista François Hollande alcanza el 27%. Hay un dato especialmente llamativo: en un año, la adhesión al proyecto del FN entre los menores de 35 años ha crecido nada menos que 17 puntos. Y los obreros y las zonas rurales son su principal caladero electoral.
En una entrevista reciente, Marine Le Pen advirtió a Sarkozy de que tenía las piernas más largas que él, y aunque hay quien asegura mayoritariamente que el FN está aún lejos de llegar al poder, lo que sí es evidente es que, ante el desgaste del todavía presidente, no sería descartable que la extrema derecha pasara a disputar la segunda vuelta, alcanzara un porcentaje de voto elevado y la dirigente del FN se entronizara como líder de la oposición al gobierno socialista. Todo está por ver.