Revista España
Una tarde cualquiera decidí acercarme a contemplar estas pirámides, que hoy forman parte de un Parque Etnológico, y que no descubrí hasta que un día, por casualidad, ojeaba un libro sobre el litoral tinerfeño.
Al igual que ocurre con el incierto origen de los aborígenes de las Islas Canarias, la procedencia de estas pirámides está rodeada de múltiples teorías y leyendas, tanto en lo relativo a su autoría como a época en la que fueron construidas. Tres son las principales teorías:
1- Una dice que las pirámides están orientadas astronómicamente y que en sus tiempos fueron templos guanches.
2- Otra asegura que estas piedras no proceden de las tierras cercanas, sino de rocas de lava convenientemente tratadas (también por los guanches, que habrían vivido bajo una de estas pirámides).
3- La mayoría de los arqueólogos asegura que el origen de estas pirámides, también conocidas como Majanos de Chacona, corresponde al siglo XIX, y que su origen poco tiene que ver con tribus aborígenes. Al parecer, las piedras que forman las pirámides habrían sido retiradas de las fincas de la zona por los agricultores para poder explotar en ellas la ‘cochinilla’, un tinte muy apreciado en aquellos tiempos. Cuesta pensar que se trate de piedras amontonadas al azar, pero las otras teorías, al parecer, son todavía más increíbles.
La entrada al recinto, si no recuerdo mal, supera los 10 euros, aunque yo me ahorré ese dinero porque cuando llegué ya iban a cerrar. No me arrepiento, ya que desde fuera se veían perfectamente, como demuestran todas estas fotos.