Las políticas de tolerancia cero en las escuelas de EEUU no dan resultado

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Recientemente Child Trends ha publicado un estudio sobre la aplicación de la política de tolerancia cero para la disciplina escolar en los centros educativos de estados Unidos. Una política de tolerancia cero asigna penas explícitas, predeterminadas a las infracciones de de las reglas de la escuela, independientemente de la situación o el contexto de la conducta. En muchos casos, el castigo por una infracción de las normas  es grave, como la suspensión o expulsión de la escuela. En teoría, la tolerancia cero disuade a los estudiantes de un comportamiento violento o ilegal ya que el castigo por una infracción es duro y cierto.
Lo que se advierte es que las políticas de tolerancia cero no están teniendo éxito en la mejora de la seguridad en las escuelas. De hecho, algunas pruebas basadas en estudios no experimentales sugieren que estas políticas en realidad puede tener un efecto adverso en los comportamientos y resultados académicos de los estudiantes.
Las investigaciones han sugerido que la suspensión y expulsión de la escuela  es probable que refuercen  aún más el comportamiento negativo al negar a los estudiantes oportunidades para la socialización positiva en la escuela y fomenta la desconfianza de los adultos, los cuales inhibir el desarrollo del adolescente. La investigación educativa ha sugerido que la disciplina escolar basadas en las políticas relacionadas con el compromiso del estudiante dan mejores resultados. Los estudiantes que confían en sus maestros, y sienten que los profesores son respetuosos, justos, y atentos, tienen más probabilidades de formar enlaces con un buen desempeño en la escuela.
Un reciente informe del Departamento de Educación de  EE.UU. indicó que a nivel nacional, un porcentaje sorprendente alto de estudiantes expulsados se ​​basa en una violación de la Ley de Escuelas Libres de Armas, -el 42 por ciento- fueron expulsados de las escuelas de primaria o secundaria. Un caso reciente es el de un niño de siete años de edad en Florida, que fue expulsado de la escuela por tener un arma de juguetes de plástico en su mochila.
Además, como sabemos el contexto social y económico influye notablemente en el desarrollo escolar y sus comportamientos. La investigación ha indicado reiteradamente que se da unos porcentajes desproporcionados de afroamericanos, latinos (en menor medida),  discapacitados y estudiantes pobres entre los suspendidos y expulsados de las escuelas con políticas de tolerancia cero. Los análisis más sofisticados han indicado que ésta desproporción no se debe a mayores tasas de interrupción o la violencia entre estos grupos.
Child Trends advierte que programas basados en un enfoque preventivo de la disciplina escolar promocionan estudiantes y escuelas más seguras, reduciendo la necesidad de una dura disciplina. Estos programas presentan diversas formas, tales como apoyos de comportamiento dirigidas a los estudiantes que están en riesgo de comportamiento violento,
programas de educación del carácter, o intervenciones conductuales positivas y apoyos escolares.
Esperamos que las investigaciones americanas nos sirvan para no equivocarnos e insistamos en las dinámicas de profundizar en las políticas de represión frente a las acciones de prevención. Si no es así, al final lo pagan los mismos, que acaban excluidos del sistema educativo.
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