- "Este Bankio secuestra ahorros"- y pasea su rótulo hasta que el sol le derrite el ánimo.
- Un millón de afectados esperan que alguien tome cartas en el asunto
Mariano Henríquez, un octogenario madrileño, ha perdido todos los ahorros de su vida. En el año 2006 decidió ingresar el dividendo de la venta de un local en un "producto exquisito", una "fórmula infalible y sin riesgos" -según le contó el director de turno-. Y parece que lo ha perdido todo, como el resto de personas, alrededor de un millón, por ese complejo asunto de "las preferentes". La pareja se dejó conducir por los "expertos", hasta que, al reclamarlo en Noviembre de 2011, porque la esposa iba a someterse a una intervención quirúrgica, descubren que habían adquirido participaciones preferentes.
“Nunca pensé que iba a tener que pelear por el dinero ganado con honradez los últimos años de mi vida”. “No me importa estar solo. No me avergüenza lo que hago. No pido limosna. Reclamo mi dinero”.
Lo peor es que, en esta especie de guerra, "Mariano contra Bankia", como tantos otros que se sintieron estafados por sus respectivas entidades, la guerra está perdida de antemano, porque los partidos políticos miran hacia otro lado, los gestores bancarios libran sus batallas de aclaración internas, que no llegarán a ningún lado, porque es muy raro el caso de que los perros se muerdan entre ellos. Y quienes han sido estafados están solos. Como todos nosotros. Solos ante la imposición y la injusticia de los grandes.
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Terra
Por Javier Martín Cavanna, editor de Compromiso Empresarial