Eugenia limpia las habitaciones de un hotel. Ana la acompaña; se revuelca entre sábanas usadas por otros y la acompaña. Y en la compañía mutua, limpiadoras, amantes, mucamas, soñadoras del bajomundo y de la gestualidad de camas ajenas y fantasías casi imposibles, nacen entusiastas y se generan constantemente los sueños de una revolución radicalizada que no se avergüenza de imaginar la transformación de la totalidad de lo existente. De dar vuelta todo, literalmente. Lo visible, lo pensado y lo tangible; tan triste y real como la decadente rutina de lo cotidiano. Y, en contraste, querer, querer y querer; y querer más, también. Querer hasta desbordarse; hasta derrotar la muerte y las convenciones costumbristas. Querer todo.
Cada línea que conforma la totalidad del texto de Las primas actúa como catalizador de una inabarcable cantidad de imágenes y horizontes; de sucesos y consecuencias en constante expansividad. Una relación compleja en el planteo de lo común y de lo cotidiano, resignificado en cada minuto de actividad (o no-actividad) insurgente desde lo más profundo del espíritu de sus protagonistas. Un revuelo de la percepción dolorosamente realista y un auténtico mandar-a-la-mierda-todo de una buena vez, pero con proyecciones que en el fondo hablan de oportunidades y optimismos.
Acaso en este acto purificador de la propia realidad se permite un planteo genuino y catártico acerca del infinito alcance del poder y del querer. Debatirse entre un constante y roedor encierro sobre sí mismo o derrumbar definitivamente todas las barreras que se interponen en la concreción de los deseos más arraigados en quién sabe qué parte de la fragilidad de la conciencia y de la voluntad.
Muy recomendable.
Dramaturgia: Norman Briski
Dirección: María Pía Molina Brescia
Elenco: Coral Gabaglio, Sofía Guggiari
Teatro: Calibán, México 1428 PB 5, reservas 4381-0521 / 4384-8163
Función: Sábados 22hs.
Localidades: $20.-