Las primeras películas del cine de terror.

El cine de terror es un género más, dentro de la cinematografía, que nos provocan sentimientos diversos de miedo, angustia, desesperación, pavor, preocupación, el terror nos cuenta historias que nos trasladan a escenarios completamente escalofriantes, donde los personajes que recrean pueden ser desde un asesino en serie, hasta un espíritu maligno que acecha a las personas, o alguna circunstancia sobrenatural que nos inquieta.

El terror nos mantiene al borde del asiento, las fuentes del terror siempre recurrirán a la literatura con supersticiones y leyendas tradicionales o eventos basados en la vida real, el horror dentro del cine se ha convertido en una fuerte influencia en la sociedad, ya que las historias que nos plasman se toman como verídicas en la colectividad y pensamiento de las personas, todos hemos experimentado con alguna película de terror que marco nuestra vida e infancia.

En plena crisis económica mundial de 1929, era increíble que Hollywood le apostara a crear un cine de terror, sobre todo por el panorama sombrío e inquietante que se vivía en esos tiempos, se suponía que lo que menos querían ver las personas serian escenas de terror y miedo, pero fue todo lo contrario, el cine de terror tuvo gran éxito y aceptación por el público, fue un antes y después en la historia del horror trasladado a la cinematografía, tal vez el horror era un momento de escape a su vida rutinaria y triste que padecían en esos tiempos, un paliativo inmediato para la crisis económica.

Los clásicos del cine de terror no se hicieron esperar, llegaron a las salas de cine las primeras películas de este género como: (El gabinete del doctor Caligari, Nosferatu, El Golem), El gabinete del Doctor Caligari es una película de terror del cine mudo estrenada en 1920, dirigida por Robert Winie, es por excelencia una obra alemana del cine expresionista, este filme nos muestra la historia de Alemania representada por el doctor Caligari como el gobierno militar alemán,la Persona que hipnotiza para cometer delitos estarían representando al hombre común y al ejército alemán que busca la necesidad de ser sometido y gobernado por un dictador como Hitler, una excelente critica al nazismo entrelazada con una historia de horror.

Nosferatu es la precuela de lo que tiempo después sería Drácula, una de las primeras películas del mundo de los vampiros, basada en las historias de Drácula, es una película muda de 1922, dirigida por Friedrich Wilhelm Murnau, la historia gira en torno a Hutter y su mujer Ellen, quienes son un matrimonio joven que vive en la ciudad de Wisborg en el año 1838, un agente inmobiliario llamado Knock le pide a Hutter que viaje a Transilvania para cerrar un negocio con el conde Orlok, en su estancia ojea un libro de vampiros que encuentra en ese lugar, es recibido por el siniestro conde, al día siguiente Hutter amanece con dos marcas en el cuello, pero una vez firmado el contrato se da cuenta que el conde es un vampiro y teme por la vida Helen.

El Golem es una película alemana de 1920, también del cine mudo, dirigida por Carl Boese, cuenta la historia de un Golem de arcilla hecho por un rabino de Praga, con la ayuda de la hechicería lo traía a la vida para proteger a los judíos de Praga de la persecución nazi.

Estos filmes fueron una herencia de la primera guerra mundial, una época en la que Hollywood retractaba la guerra en casi todas sus producciones, pero sobre todo por la Alemania derrotada, fue tanta la influencia de este acontecimiento bélico que sirvió como herramienta en las renovaciones del cine de horror con las películas de Val Lewton, de esta manera el horror fue evolucionando en las décadas próximas.

En la posguerra, durante los turbulentos años sesenta, como lo atestiguan la producción de los estudios de la Hammer en Inglaterra, los filmes estadounidenses de horror categoría B y los clásicos “La máscara del demonio (1960) del Italiano Mario Bava y “La noche de los muertos (1968) del estadounidense George A. Romero, cuyas gráficas descripciones de los elementos de este género influyeron decisivamente en la producción posterior.

El cine de horror trataba de mostrarnos una cara la realidad de aquella época, pero representados por monstruos, seres sobrenaturales o entidades malignas que exorcizaban los fantasmas propios de las personas, todo esto como una variante del clima social tan depresivo que se vivía en los años treinta con la crisis mundial, la empatía entre el público y este tipo de films se vuelve cautelosa y se corona como una de las mejores épocas del cine de horror.

“Fenómenos” (1932), un filme clásico de horror que nos introduce al cine de culto, es una cinta ambientada en mundo cérquense con actores de la vida real, pero con un peculiar aspecto están deformes, pero tienen algo en particular sus características éticas son de humanismo y respeto.Este filme pone en duda la bondad de las personas normales porque nos ilustra muy detalladamente que las personas normales pueden ser incluso más horrorosas que las que sufren una deformidad, como los enanos, los siameses, los hombres larvas, las mujeres barbudas, lo hombres torso, los mancos y los mongoloides, esto nos deja en duda y desconcierta entre las convenciones que tenemos de normalidad y deformidad. Cuenta cómo una trapecista atractiva, cruel y calculadora (Olga Baclanova) es deformada por los fenómenos de la comunidad del circo, cuando seduce y humilla a uno de sus integrantes.

Tod Browning cineasta conocido por su labor en la creación de Drácula (1931), habría sido un hombre de circo, conociendo este mundo del espectáculo y de los fenómenos que laboran en este ámbito ya había trabajado en la construcción de personajes como: bellas y bestias horrorosas, seres monstruosos, atmosferas mágicas y juegos de luz y sombre que crean al menos, en los últimos 15 minutos-un clima de tensión, este técnica se pueden reflejar en obras como: “La novela Espuelas”, (tratándose de otras cintas, por lo general, de un doctor loco y genial).

En fenómenos los monstruos son quienes representan las apariencias y los clichés que hay con ellas, pero ellos son la norma de que las personas feas no tienen que ser malas, mientras que la trapecista es cruel y despiadada, mientras que el circo este regido por un código ético hecho por los mismos fenómenos, esta cinta fue considerada demasiado cruda por varios países, mutilada en duración y censurada.

Citamos otras grandes películas del terror como: “Frankenstein” (1931) y “El hombre invisible” (1933) de James Whale, “Drácula” (1931) y “The Devil-Doll de Browning, “Svengali” (1931) de Archie L. Mayo, en 1932, “La momia” de Freund, “El crimen de la calle Morgue” de Florey, “El hombre y el monstruo” de Moulian y “Zombie” de Víctor Halperin, y “La mujer pantera” (1933) de Erle C. Kenton.