Revista Libros
Las princesas también se tiran pedos de Ilan Bernman / Ionit Zilberman. Editorial Algar , 2010. Cartoné, 24,5×25,5 cm., 30 pp., 15,95 €.
Por Anabel Sáiz Ripoll.
No hay nada tan maravilloso para una niña como una princesa de cuento. Perfecta, impecable, bella. Nada parece perturbable. Vive por y para el escaparate. Ni come ni bebe ni siquiera va al lavabo. Es el modelo de perfección y también de aburrimiento. Poco a poco se han ido trasgrediendo los tabúes principescos y nos hemos enterado, por ejemplo, de que las princesas también lloran; pero lo que no sabíamos es algo tan íntimo como que se tiran pedos. Y esa es la novedad del libro que estamos recomendando, Las princesas también se tiran pedos. El título ya invita a la sonrisa y, en algunos casos, puede ser tachado de irreverente, pero a los niños les encantará poder pronunciar la palabra pedo sin que nadie les advierta que esa “palabra no se dice”.
En el cuento, Laura le pregunta a su padre si son ciertos los rumores que circulan por el colegio de esa particularidad de las princesas. El padre investiga en sus libros y, juntos, descubren que es algo común y que princesas como la Cenicienta, Blancanieves o la Sirenita han tenido episodios de flatulencia que casi casi han cambiado el curso del cuento. Ahora bien, esa novedad, lejos de empañar la reputación de las princesas, las pone a la altura de las niñas, sus más fervientes admiradoras y les permite contemplarlas con nuevos ojos y sentirlas más cercanas.
El cuento escrito por Ilan Brenman y traducido por Josep Franco Martínez muestra que, en el fondo, todos nos igualamos porque todos tenemos unas mismas necesidades y unos mismos comportamientos. Muestra que no hay que hacer aspavientos ante algo tan normal como es tirarse un pedo. Seguro que los primeros lectores disfrutarán con la historia, sean niños o niñas, y se lo pasarán en grande imaginando a la Cenicienta en pleno ataque de pedos o Blancanieves envuelta en una nube tóxica que ella misma ha provocado. Las ilsustraciones de Ionit Zilberman recogen la ternura de la historia y separan muy bien el plano real, formado por Laura y su padre, del plano imaginario, integrado por las princesas y el resto de personajes de ficción.
En definitiva, Las princesas también se tiran pedos, es uno de esos cuentos que demostrará a los pequeños que la lectura es divertida, aparte de mostrarles que la perfección no existe ni falta que hace.