La polémica categoría aplicada a los cubanos residentes en el extranjero por el moderador de la Mesa Redonda de la Televisión Cubana sigue dándole la vuelta al mundo. Randy Alonso, en un acto que sólo puede calificarse como aberración moral, definió como “ex cubano” al medallista olímpico Orlando Ortega, que compitió en representación de España alcanzando la medalla de Plata en los 11o metros.
El cubano Orlando Ortega, nacionalizado español en el 2015, recibió una semana antes de los Juegos Olímpicos de Río 2016 la autorización de la IAAF (Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo) y el COI (Comité Olímpico Internacional) para representar a su nuevo país.
El vallista había abandonado la delegación cubana durante la disputa del Mundial de atletismo de Moscú-2013.
Aunque la Declaración Universal de Derechos Humanos en el apartado 2 del artículo 15 dice que “a nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad”, el artículo 32 de la Constitución cubana expresa: “No se admitirá la doble ciudadanía. En consecuencia, cuando se adquiera una ciudadanía extranjera, se perderá la cubana”.
El tercer párrafo del artículo nos recuerda la letra y el espíritu de una vieja patente de corso cuando dice: “La ley establece el procedimiento a seguir para la formalización de la pérdida de la ciudadanía y las facultades para decidirlo”.
Y a estas arbitrariedades con cuerpo de ley se ha remitido Randy Alonso, razón que ha indignado a los cubanos en el mundo, quienes no han dudado en sugerir la elaboración de un nuevo pasaporte que los identifique como “Ex-Cubanos”, entre tanto se siguen cuestionando por qué si son verdaderamente “Ex-Cubanos” necesitan entrar con el pasaporte de Cuba (el más caro y demorado del mundo) cuando se dan una vuelta por la isla.
Con información de CUBANET.
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