Revista Salud y Bienestar

Las recetas cronificadas

Por Jas

Las recetas cronificadas
El problema de las recetas de crónicos sigue persiguiendonos y no hay indicios de la existencia de planes para su resolución en la inmediatez. Algunos días y con cierta frecuencia, a la media de 50 pacientes atendidos en consulta debes añadir la elaboración de un buen número de recetas, como el de la fotografía que encabeza y pretende ilustrar el tema, que corresponden a los pacientes que reciben un tratamiento crónico.
El enfoque que se le da a esta necesidad de renovar periódicamente las prescripciones varía de un lugar a otro: algunas Comunidades Autónomas, al haberse abrazado a la "Receta Electrónica" desde hace algún tiempo, han relajado al médico de la presión de esta carga burocrática, acudiendo los pacientes directamente a las farmacias, a recoger sus medicamentos habituales.
En Madrid aún no se adoptó medida alguna, por lo que se da la circunstancia de que en cada Centro de Salud pueden tener una forma diferente de actuar:-. Las más de las veces las imprime el médico, cuando puede y aunque no pueda. Lo más habitual es que se vayan haciendo en el espacio de tiempo que existe entre paciente y paciente, sacrificando esos segundos que, de otro modo, se usarían y tan bien nos vienen para resetear la mente.
-. Otras veces -pocas- las hacen la enfermera ó la unidad administrativa, en un voluntarioso gesto de ayuda, ya que siempre serán responsabilidad del médico, quien aún así deberá encontrar ratos para firmarlas.
-. En algunos Centros, al no haberse habilitado un sistema para crónicos, los pacientes han de acudir a consulta cada vez que desean renovar sus remedios.
Vayan desde aquí mis clamores en pro de la resolucíón de este conflicto que sólo sirve para incrementar la carga de trabajo del médico. Clamor también por conseguir las oportunas modificaciones en su reparto cualitativo, pudiendo dedicar una mayor parte de nuestro tiempo a la labor puramente asistencial: en pleno siglo XXI, con el impresionante despliegue tecnológico que nos rodea, la fórmula "una receta, una caja" ya debería constituir un mal recuerdo histórico en toda España.
Por supuesto que en el abigarrado campo de las recetas, además de las prescripciones para crónicos a las que quise circunscribirme, existe todo un mundo de problemas, impecablemente descrito por nuestro colega Rafael Bravo, en la entrada del día de su blog "Primun non nocere".

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