La semana pasada nos volvieron a escoger a nosotras, las primas, para una de esas misiones ultrasecretas y superespeciales que ya nos han llevado a Lisboa, Estambul o París. En esta ocasión, el destino era Gerona y el cometido, muy importante: convertirse en la sexta jugadora de un Perfumerías Avenida que viajaba mermado por las bajas de más de doscientos, trescientos o cuatrocientos aficionados, ya ni sé, que decidieron quedarse en Salamanca por razones extradeportivas y misteriosas.
Las dudas nos comenzaron a asaltar incluso antes de comenzar la misión: ¿podríamos hacerlo? ¿Por qué las Perfumerías se llaman Avenida y no Avenida de las Reyes de España, o Avenida de Portugal? ¿Por qué el viaje se anunció en la web del club como si fuera un mensaje con código cifrado solo apto para investigadores titulados? ¿Ganaríamos? ¿Podríamos animar al nivel de las peñas¡ ¿Habría chinos en Gerona? ¿Abrirían los domingos? ¿Llovería? ¿Saldríamos en la tele?
Decidimos asumir la misión después de muchas dudas y descubrimos todas las respuestas a nuestras preguntas: Si. No sé. Ni idea. Si. Si. Si. No. Un poco. Mucho.
Lo pasamos genial. Una vez que llegamos a Gerona, después de un viaje infernal en coche, avión, tren, autobús, barco y bicicleta, nos juntamos con el comando de Madrid, una extensión igual de friki que nosotras que ha disfrutado la Copa tanto o mas que nosotras. Lo primero que abordamos fue el asunto de los chinos, pero lo resolvimos enseguida. Y allí nos volvimos locos probando trompetas, trompetines, cornetas, mancuernas, pompones, bombos chiquititos de los tres cerditos, pañuelos azulones para la danza del vientre… Un show. Al final arrasamos con todo lo que se nos puso por delante y nos fuimos a preparar las tácticas para el partido. Que se reducían a: llegar al pabellón, sentarnos, disfrutar y ganar. Y asi fue.
Pero al día siguiente para la final se nos complicaba el asunto. Tendríamos a mucha mas gente en contra. Mucho mas ruido. Nos empezamos a asustar. Acabamos recorriendo media Gerona en busca de algo, lo que fuese, con lo que hacernos unas pancartas que nos hicieran sentirnos un poco mas fuertes, un poco mas grandes, un poco mas acompañadas. Y después nos fuimos a preparar de nuevo las tácticas para el partido. Que se reducían a: llegar al pabellón, sentarnos, disfrutar y ganar. Y asi fue.
Si algo hemos aprendido después de esta nueva misión es que las cosas que al principio parecen muy difíciles se hacen fáciles con un buen equipo y mucha ilusión. Que no hay motivos extradeportivos suficientes que te impidan, cuando algo te gusta, hacerlo, porque no castigas a nadie mas que a ti mismo. Que los equipos grandes son los que independientemente del dinero, la posición en la tabla o la Federación, mantienen la humildad. Y que nosotras, que somos super humildes… ¡salimos un montón en la tele! Y por eso la madre de MM nos hizo un video homenaje que nos demostró que si, que la Copa la ganó el Avenida, pero que por un rato después de tanto esfuerzo, nosotras también fuimos un poco reinas ;-)))