Juan Martorano
En el artículo anterior, realicé algunas consideraciones respecto a la medida del aumento del salario mínimo y de la base de cálculo de la cesta ticket socialista como una medida política más que meramente económica. Y quiero en esta entrega, por añadidura, referirme al tema de la Revolución Deportiva, las reivindicaciones a nuestros bomberos y bomberas, y a nuestros funcionarios y funcionarias del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (C.I.C.P.C.) como otra muestra de algunos logros dentro de las decisiones políticas estratégicas y de alto impacto, que viene adoptando el Gobierno Bolivariano, en defensa del Estado Democrático y Social, de Derecho y de Justicia que estamos construyendo.En primer lugar, recordemos que el domingo pasado culminaron los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro. Venezuela llevó 89 atletas, la mayor cantidad llevada por nuestro país desde la participación de nuestro país en una justa de estas características. Y nuestro país obtuvo tres medallas ( dos de bronce y una de plata), y cerca de doce diplomas olímpicos, otro tanto de ellos y ellas, de nuestros atletas, se ubican entre los mejores veinte atletas del mundo, en sus distintas disciplinas. Es decir, los más de 80 atletas que dignamente nos representaron en esos eventos deportivos, como se dice en la jerga olímpica, ha dado el todo por el todo en cada una de sus disciplinas deportivas frente a las grandes potencias mundiales del deporte.
Incluso es importante destacar que en la Cuarta República, en casi cuarenta (40) años desde Asnoldo Devonish y hasta Rafael Vidal, se obtuvieron 2 medallas de plata (Pedro Gamarro (1976) y Bernardo Piñango (1980) , 5 de bronce (Asnoldo Devonish (1952), Enrico Forcella (1960), Marcelino Bolívar (1984), Omar Catarí (1984) y Rafael Vidal (1984)) y una de oro (Francisco “Morochito” Rodríguez (1968)), y de ahí vino una sequía terrible en cuanto a la participación de nuestro país en este tipo de torneos.
Tómese en cuenta que excluyo la medalla de oro obtenida por Arlindo Gouveia en taekwondo en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, puesto que este deporte para ese año era sólo de exhibición. Esto para tomarlo en cuenta para las estadísticas.
En el tiempo que tenemos en la Revolución Bolivariana, en diciesiete (17) años, tenemos siete (7) medallas discriminadas de la siguiente manera: 5 de bronce (Adriana Carmona (2004), Israel Rubio (2004), Dalia Contreras (2004), Yoel Finol (2016) y Stephanie Fernández (2016), 1 de plata (Yulimar Rojas (2016)) y 1 de oro (Rubén Limardo Gascón (2012)), y ni hablar de la inmensa cantidad de diplomas olímpicos obtenidos por nuestros atletas.
Y esto se debe a que el Comandante Eterno y Supremo, Hugo Chávez, era amante y practicante del deporte, y lo reconoció como una actividad importante hasta el punto que lo llevó a nuestra Constitución, que lo señala en su artículo 111, definiéndolo como un conjunto de actividades que benefician la calidad de vida tanto en lo individual como en lo colectivo. Y el Estado debe asumir el deporte y la recreación como una política de educación y salud pública, garantizando los recursos para su promoción. La educación física y el deporte cumplen un papel fundamental en la formación integral de la niñez y la adolescencia, y su enseñanza es obligatoria en todos los niveles de la educación pública y privada hasta el ciclo diversificado, con las excepciones que nuestras leyes establezcan. Nuestro Estado está en la obligación de la atención integral de nuestros y nuestras deportistas sin discriminación alguna, así como el apoyo al deporte de alta competencia y la evaluación y regulación de las entidades deportivas del sector público y del sector privado, de acuerdo a la legislación venezolana vigente.
Además de ello, nuestra Ley del Deporte aprobada en tiempos de revolución, consagra una serie de incentivos y estímulos a todas aquellas personas, instituciones y/o comunidades que promuevan a los y las atletas y desarrollen o financien planes, programas y actividades deportivas en el país.
De ahí que la labor de planificación, seguimiento y evaluación de las políticas públicas en materia deportiva son sumamente importantes. Y de ahí la importancia de las reuniones a escenificarse a partir de hoy en la planificación del ciclo olímpico para los Juegos de Tokio en el año 2020.
También debo destacar en este artículo, la decisión del Presidente Maduro del pasado sábado 20 de agosto, donde decidió aumentar en un 50% en todas las tablas y tabuladores de todos los bomberos a nivel nacional, además del aumento a 42.000 bolívares de la cesta ticket socialista y un aumento de 150% en la prima de riesgo a toda la comunidad bomberil a nivel nacional.
Además de ello, se les depositará una retribución única de motivación valorada en 30.000 bolívares adicional a estos aumentos. E igualmente, instruyó al Ministro Nestor Reverol para que coordine con la Gran Misión Vivienda Venezuela para asegurar las viviendas a la familia bomberil. Esto es muy importante en lo que concierne a las nuevas concepciones de la seguridad ciudadana, en una incipiente área como lo es la protección civil y administración de desastres, y en donde los cuerpos de bomberos constituyen uno de los componentes fundamentales.
Asimismo, en la edición 65 de su programa “Contacto con Maduro”, celebrado en la nueva sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) en la parroquia San Agustín de la ciudad de Caracas, el Primer Mandatario Nacional decidió aumentar en un 50% todas las escalas salariales de los funcionarios y funcionarias de este cuerpo policial.
Este aumento se hace con la finalidad de cuidarla calidad de trabajo de nuestra policía científica y su ingreso frente a esta guerra económica perversa. El CICPC presta una contribución muy importante en el combate a las bandas paramilitarizadas usadas con fines politiqueros en el marco de la Guerra No Convencional con la que agreden a nuestro país.
Y la manera de como el Presidente Maduro obtiene los recursos para sufragar estos aumentos a pesar de la caída de los precios petroleros tiene una respuesta muy sencilla: los excedentes del Seniat producto de la recaudación tributaria y los ingresos obtenidos por el aumento de los precios de la gasolina, así de sencillo.
En resumen, y esto como complemento del artículo escrito anteriormente, estas reivindicaciones a nuestros y nuestras deportistas, a nuestros bomberos y a nuestras bomberas, y a nuestros y nuestras policías del CICPC, se hace con el enfoque de saldar inmensas deudas sociales, además de sostener su nivel socioeconómico. Principalmente al de nuestros deportistas, por la función social que cumplen a medida que sanean a la juventud del delito. Si estas reivindicaciones para la derecha son gastos, para los revolucionarios y revolucionarias son inversiones sociales a futuro.
Por eso, esto se trata no solo de defender al Gobierno de Nicolás Maduro, sino el modelo de inclusión señalado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que es parte del legado del Comandante Hugo Chávez.
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos! Abogado, Activista por los Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC).
[email protected] @juanmartorano