¿El día más bello? Hoy
¿La cosa más fácil? Equivocarse
¿El obstáculo más grande? El miedo
¿El error más grande? Abandonarse
¿La raíz de todos los males? El egoísmo
¿La distracción más bella? El trabajo
¿La peor derrota? El desaliento
¿Los mejores profesores? Los niños
¿La primera necesidad? Comunicarse
¿Lo que más hace feliz? Ser útil a los demás
¿El misterio más grande? La muerte
¿El peor defecto? El mal humor
¿La persona más peligrosa? La mentirosa
¿El sentimiento más ruin? El rencor
¿El regalo más bello? El perdón
¿Lo más imprescindible? El hogar
¿La ruta más rápida? El camino correcto
¿La sensación más grata? La paz interior
¿El resguardo más eficaz? La sonrisa
¿El mejor remedio? El optimismo
¿La mayor satisfacción? El deber cumplido
¿La fuerza más potente del mundo? La fe
¿Las personas más necesarias? Los padres
¿La cosa más bella de todas? El amor
(Madre Teresa de Calcuta)
Devoción y compasión
Estas dos palabras, devoción y compasión, son las primeras que me vienen a la cabeza al pensar en la Madre Teresa de Calcuta. Devoción por la vida y por su variedad de expresiones. Compasión por el dolor que, en ocasiones e irremediablemente, conlleva ésta.
En resumen: todo el amor del mundo. Ella no fue una gota de amor, fue todo un mar de amor. Un mar que inundó, con su ejemplo, todos los resquicios del alma humana.
A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota. (Madre Teresa de Calcuta)