Revista Opinión

Las revoluciones en el mundo árabe y sus posibilidades

Publicado el 02 febrero 2011 por Reven

Estas últimas semanas están siendo especialmente emocionantes por el levantamiento de muchos pueblos en el magreb (el lugar donde se pone el sol) y Oriente Medio. Los países que están sufriendo estas protestas son Túnez, Egipto, Argelia, Jordania, Yemén y algunas señales de que podrían seguirles algunos países vecinos (Sudan, Libia, Palestina y Omán), toda una oleada de insurrección contra los poderes dictatoriales de la zona.

Condiciones para una explosión social sin precedentes

Las causas de las protestas, por mucho que así parezca y sea uno de los motivos, no vienen principalmente motivadas por las dictaduras, y aún menos por Internet, sino por el aumento de los precios de productos básicos como el trigo (que en el caso de Túnez aumentó un 200%, pasando de 600$ la tonelada a unos 1800$ en el tiempo comprendido entre 2006 y 2008) y otros alimentos. Las dictaduras, a pesar de lo impopulares que ahora sean, llevaban bastantes años en el poder y han sido soportadas por las gentes hasta cierto punto. La opresión, con sus límites, puede ser soportada, pero el hambre no. Aumento de precios, congelación de salarios, paro, un gran problema demográfico; sin obviar las causas políticas como las detenciones arbitrarias, torturas, desapariciones y la total falta de libertades políticas (sufragio, representatividad gubernamental), son las condiciones que convierten la zona en un polvorín gigantesco que puede acabar barriendo a la mayoría de los poderes fácticos actuales.

Túnez

Todo ocurrió con la inmolación de un comerciante al que habían cerrado un puesto ambulante, su único medio de vida. La desesperación hizo que se quitase la vida. El suceso indigno a todo el país y parte de los países vecinos a los que llego la noticia (sobre todo Argelia y Egipto). El funeral fue masivo y el régimen, en un gravísimo error, lo reprimió con violencia, generando la chispa que detonó el polvorín. Tras un par de semanas, el dictador Ben-ali, tuvo que marcharse del país debido a las masivas revueltas que estaban empezando a hacer que el estado perdiera el control de la zona. El régimen ha continuado desde entonces hasta hoy con múltiples cambios de ministros, miembros del gobierno y jefes de la plana mayor del ejército, sin que ninguno de estos cambios hayan conseguido la tranquilidad en la zona, aunque los medios de comunicación extranjeros (en una clara muestra de que su único interés es la actualidad a expensas de la información) ya estén desapareciendo del país. Aún no se vislumbra el fin de este episodio de revueltas sociales ni quien acabará copando el poder, aunque la revuelta no para de arrancar ventajas sociales y políticas al régimen tunecino.

Egipto

A mediados de 2010 un joven llamado Kaled Said fue asesinado en la puerta de un cibercafé por intentar subir un vídeo contra el gobierno a Youtube. La acción indignó al pueblo egipcio que ya llevo acabo protestas por entonces, aunque fueron más débiles que las actuales y severamente reprimidas. El ejemplo del derrocamiento del dictador tunecino fue el incentivo definitivo para que los ciudadanos de este país milenario tratasen de derrocar el régimen de Mubarak de una vez por todas. No hay nada que mueva más que envidiar lo del vecino. En apenas 4 días los egipcios consiguieron el nivel de movilización que le costó desarrollar a los tunecinos más de 2 semanas, mostrando muchísima decisión y hambre de cambio. La oposición egipcia aún no ha conseguido derrocar al gobierno (la posibilidad de que Mubarak se mantenga en el poder sigue siendo real), pero ha conseguido numerosas declaraciones públicas que delatan el miedo del gobierno y indicios de la debilidad del régimen, como el hecho de que el ejercito se mantenga neutral y diga a los cuatros vientos que las manifestaciones son legitimas y que Mubarak diga que atenderá sus exigencias.

El caso de Egipto es mucho más complejo, ya que el país es un aliado estratégico de suma importancia para Israel y Estados Unidos. Es un muro de contención contra los intereses palestinos (fronterizo-comercial) y tanto Israel como los EEUU lo consideran “un pilar fundamental en la lucha contra el terrorismo y el islamismo“, sin tener en cuenta que su posición es importante para contrarrestar la posible hegemonia como potencia de Irán en Oriente Medio. De hecho, uno de los argumentos que el liberticida ha utilizado en su defensa es que sin su gobierno los islamistas llegarían al poder. No se puede estar seguro de quien gobernaría sin su gobierno, simplemente porque no se ha preguntado a la población sobre quien quiere que les gobierne, pero por ahora está claro que los Hermanos Musulmanes (no la Hermandad Musulmana….) no disponen de la influencia para movilizar a la oposición al régimen y es la única organización seria del islamismo egipcio. No hay aún motivos, ni pruebas tangibles, de que el islamismo esté detrás de las protestas.

¿Hay que preocuparse por el Islamismo?

Es difícil saber donde acabará está revolución u otra que se desate. No se sabrá hasta el final. Las revoluciones cambian a cada hora, simplemente porque estas no avisan, las revoluciones hacen. En las revoluciones tienen lugar evoluciones políticas colectivas muy fuertes que no se dan en ningún otro suceso histórico, debido en parte a las posibilidades que se les abren a las masas y los bruscos cambios que las correlaciones de fuerzas entre grupos sociales pueden experimentar. Sin embargo hay gente, suponemos que promovidos por la mala fé y sus propios intereses, que ya imaginan como acabarán y les vaticinan (no se puede llamar análisis a estas cosas) malos augurios. Es el caso de Richard Cohen, columnista del The Washington Post, que dice en un artículo en Radio Cable -que deberían leer solo si tienen ganas de atragantarse- entre otras cosas esto:

“El sueño de un Egipto democrático va a producir una pesadilla.”

Y también que:

“El próximo gobierno egipcio tiene bastantes probabilidades de componerse de islamistas. En ese caso, el acuerdo de paz con Israel será revocado y la turba que en la actualidad sale a las calles exigirá a gritos su anulación.”

Ya saben lo que tienen que hacer los manifestantes, disolverse si no quieren pasar de una dictadura laica a una islámica, no cabe la posibilidad de una democracia normal o algo mejor. Pero por otra parte, ¿deberían hacerle caso a alguien que defendió la invasión de Irak a pecho partido y dijo que la guerra preventiva era una “forma terapéutica de mantener la paz“? Oh, esperemos que no sea así. De lo que dicen otros comentaristas políticos estadounidenses mejor ni hablar.

Hay otra gente que piensa que el islamismo se expande gracias a las dictaduras que las potencias occidentales se han dedicado a imponer en la región. No conviene olvidar que el último Sha de Persia -último gobierno antes de la revolución que creó la República Islámica de Irán- fue un gobierno autoritario que gobernaba gracias a la ayuda de los Estados Unidos y Francia. La visión de Occidente como enemigo de la cultura musulmana alimenta el discurso del fundamentalismo y lo llena de fuerza y vida, hay que acabar con esto. La democracia tiene sus riesgos, pero es la única vía (cualquier tipo de democracia, no solo la nuestra). Lo único que desata el poder del fundamentalismo religioso es la insistencia de estas potencias en hacer que triunfe la conservación de sus intereses a toda costa. Las revoluciones en esta región del mundo no solo son necesarias sino que vienen tarde.

Un dato “curioso”

La organización política sobre la que se sustentaba el régimen de Ben-ali, la “Rassemblement Constitutionnel Démocratique” (RCD) formaba parte hasta mediados de enero de la Internacional Socialista. La Internacional Socialista es una organización política internacional, como su nombre indica, que agrupa a partidos de corte social-liberal o “socialistas”, similares al PSOE español y al SPD alemán. Tres días después de la huida del dictador el RCD ha sido expulsado de esta organización. ¿De qué manera era aceptable que dicho partido permaneciese en la organización? Dice Luis Ayala:

“[...]la decisión refleja los valores y principios que definen nuestro movimiento y la posición adoptada por la Internacional con respecto a los desarrollos en Túnez.”

Lástima que tras 30 años de dictadura se acuerden de sus principios cuando los suyos se quedan fuera del poder. Todos son demócratas cuando las dictaduras ya no se mantienen. Alguien debería dar una explicación.

22:07:

La Internacional Socialista está que lo parte: se han dado cuenta de que el partido del dictador egipcio, Mubarak, también incumple los principios de esta organización y lo ha expulsado. Podrían irse adelantando y mirando si tienen más dictadores entre sus colegas. Digo yo.


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