Editorial: Maeva
Páginas: 120
ISBN: 9788415120087
Precio: 14,50€
¿Cuántos libros sobre una persona con una disminución psíquica conocéis? Los hay, pero por suerte o por desgracia no se trata de un tema recurrente en la literatura, a pesar del hecho de que se relaciona directamente con otra problemática que en un momento u otro suele afectar a todas las familias: cuidar de una persona con dependencia. Siempre me ha llamado mucho la atención la tendencia de los lectores a evitar los temas duros; hay gente que teme pasarlo mal al leer una historia real pero sin embargo disfruta de tramas de crímenes en serie y otras barbaridades que a simple vista no tienen nada de suave, aunque la certeza de que son argumentos ficticios escritos con el objetivo de entretener hace que duelan menos que una novela de hechos verídicos y cotidianos.
Las risas de mi hermanonarra las vivencias de la propia Anne Icard como hermana pequeña de un chico discapacitado psíquico. En sus primeros años de vida todo parecía normal, jugaba con Philippe y nada parecía indicar que hubiera algo distinto en él. No obstante, un tiempo después su madre le contó que su hermano no era un niño cualquiera: esa escena en la cocina permanece grabada a fuego en la memoria de Anne, como solo un hecho que cambia tu vida para siempre puede recordarse. A partir de ahí, todo cambia: el sentimiento de adoración hacia Philippe no se desvanece, pero debe tomar conciencia de que sus padres estarán más pendientes de él toda la vida y su hermano no será el héroe protector con el que sueñan todas las hermanas pequeñas. A través de este libro, la autora nos hace partícipes de su historia mediante retazos de experiencias vividas junto a Philo, desde momentos frágiles de infancia hasta los sustos inevitables cuando la vigilancia de este se escapa de sus manos.
Lejos de tratar el tema con dramatismos, la autora hace retrospecciones y narra los acontecimientos con naturalidad, siempre desde la perspectiva de una hermana. Este punto de vista es uno de los atractivos de la novela: como ella misma dice, al ver a una persona con una disminución psíquica se piensa de inmediato en los pobres padres que tienen que cuidarlo, pero rara vez se repara en la figura de la hermana (que también debe ocuparse de él, aunque su postura es distinta a la de los progenitores). A veces, en la literatura, los hermanos son los grandes olvidados, a pesar de todo lo que pueden aportar a la historia con su particular visión.
Anne Icard trabaja como redactora jurídica para una editorial, mas la prosa que emplea en el relato nada tiene que ver con estos textos fríos y llenos de tecnicismos. Su estilo se compone de frases cortas, perfectamente construidas, que dan lugar a una narración bella y evocadora, en la línea de otros autores franceses, como Anna Gavalda, Delphine Bertholon o incluso Françoise Sagan. Lo he dicho muchas veces, los escritores franceses (al menos los buenos) hacen un uso del lenguaje exquisito, consiguen dotar cada palabra de una elegancia que rara vez se encuentra en autores de otras nacionalidades (aunque cada país tendrá sus puntos fuertes). Eso es lo que más me maravilla de ellos, esa capacidad para embriagarte independientemente del tema que traten.
Hablando de temáticas, aunque la trama de conocer cómo vive una hermana el tener un hermano mayor como Philippe pueda parecer evidente, en la práctica trata muchos puntos interesantes que a priori no son tan fáciles de suponer cuando vemos un libro de este tipo. Por ejemplo, el tiempo que tardó en asumir el carácter especial de su hermano y aceptarlo tal y como era, sin intentar buscar la protección de un hermano mayor en otros hombres. Philippe tampoco le puso las cosas fáciles a Anne a la hora de encontrar pareja: al igual que una madre va unida a su hijo, Anne va unida a su hermano discapacitado, cosa que no todos los hombres son capaces de aceptar, no del modo en que ella espera. El libro me ha parecido muy sincero y transparente, la autora no ha tenido reparos a la hora de plasmar sus sentimientos en cada circunstancia, incluidos aquellos en los que de algún modo lamentaba tener un hermano como Philo.
A pesar de la brevedad de la novela, se puede apreciar una clarísima evolución en Anne. La narración no es continua, digamos que se hacen saltos para poder narrar escenas puntuales, pero aun así la autora ha sabido conectarlas todas para dar coherencia al texto y transmitir lo que quería. Con respecto a lo que me ha aportado como lectora, os diría que me ha parecido una historia intimista que vale más por lo que te aporta mientras estás leyendo (descubrir esta perspectiva de hermana) que como obra literaria en sí. No todo pueden ser novelas al uso con venturas y desventuras; de vez en cuando me gusta sumergirme en historias introspectivas capaces de llegarme y, en este caso, ofrecerme algo que no había encontrado hasta ahora: un relato de amor hacia un hermano especial, auténtico y sin artificios. Si no le doy una valoración más elevada es porque, de algún modo, la nota final equivale a mi nivel de satisfacción como lectora, no tanto a una calificación objetiva basada en todos los aspectos de la obra. Las risas de mi hermano me parece un libro que está perfecto tal y como está porque cumple con su propósito y transmite lo que tiene que transmitir del modo en que quiere hacerlo, pero a mí no me ha dejado la huella que imprimen otros libros.
En general, me parece un relato más que recomendable y apto para todo tipo de lectores. Sé que no todo el mundo se siente atraído por estas temáticas, pero Las risas de mi hermano no pretende ahondar en la vida de una persona discapacitada con todos los detalles que eso supone, sino que se limita a contarnos los sentimientos de una hermana que ha vivido en primera persona el hecho de tener que cuidar de un hermano. Desde mi punto de vista, esta perspectiva hace que el libro pueda llegar a más gente, puesto que no llegas a sufrir mientras lo lees y las emociones que inspira son fácilmente identificables gracias a la magnífica prosa que acompaña la historia. En cualquier caso, la decisión es vuestra.
Os dejo con el tráiler del libro:
Mi valoración: 7/10