Colección Fundación Pérez Simón. Se pudo ver en la Exposición Temporal “Colección Pérez Simón” en la Galería Centro Centro en Madrid. De dicha exposición, es la información preliminar de este cuadro:
Las rosas de Heliogábalo (1888) no sólo es la obra de importante de Sir Lawrence Alma-Tadema y una de las más emblemáticas de la Colección Pérez Simón, también uno de los cuadros más celebrados de la pintura británica del siglo XIX desde el momento de su primera exposición en la Royal Academy. La escena genera un encanto inmediato por su monumentalidad y por la belleza decorativa que envuelve al espectador, pero una vez que se repara su fidelidad histórica, descubrimos que Alma-Tadema fue un erudito lector atento de la Historia Augusta, de Edward Gibbon y de Herodiano, entre otras fuentes y obras clásicas de la historiografía del bajo imperio romano. A continuación, descubrimos al viajero que ha sabido recrear paisajes visitados por él mismo, al investigador de la vida y la fisionomía de los romanos, al buscador del mobiliario y los enseres auténticos para dar verosimilitud a su obra y, en fin, al artista independiente de corrientes estéticas que fue Alma-Tadema, capaz de sintetizar la belleza, la crueldad y el tedio de una Inglaterra en pleno auge pero que no dejaba de temer la sombra de la caída y la decadencia.
Esta colección posee más de una docena de obras de este autor.
El hecho que se describe en la pintura es bastante desagradable aunque difícilmente se percibe por una vista de pasada del cuadro:
Su asunto se basa en un episodio, probablemente inventado, de Heliogábalo, emperador romano de la dinastía Severa, (204-222), tomado de la Historia Augusta. Heliogábalo mandó arrojar por sorpresa tal cantidad de pétalos de rosas sobre los invitados a una de sus fiestas que algunos de ellos murieron asfixiados.[2]
En sus notas a la Historia Augusta, Thayer observa que Nerón también lo hizo (Suetonio, Nerón, XXXI), y un hecho similar en la casa de Trimalción se describe en El Satiricón de Petronio.
Sin embargo, si nos fijamos más, se ve al Emperador riéndose de la «broma» mientras los invitados en la parte más cercana al espectador empiezan a caer desmayados, bajo la cantidad de pétalos de rosa. Y todo ello, mientras al fondo, una mujer está tocando un instrumento de viento…
De ahí, las menciones a la crueldad y al tedio en el cuadro, que parece ser pintado como una alegoría o metáfora de lo que el pintor percibía en la Inglaterra victoriana.
Pérez Simón Foundation Collection. It was on display at the «Perez Simon Collection» Temporary Exhibition at the Centro Centro Gallery in Madrid. From the information available in the exhibition:
The Roses of Heliogabalus (1888) is not only Sir Lawrence Alma-Tadema’s most important work and one of the most emblematic in the Pérez Simón Collection, but also one of the most celebrated paintings in 19th-century British painting since its first exhibition at the Royal Academy. The scene generates an immediate charm due to its monumentality and the decorative beauty that envelops the viewer, but once its historical fidelity is recognized, we discover that Alma-Tadema was an erudite and attentive reader of the Historia Augusta, Edward Gibbon, and Herodian, among other sources and classic works of late Roman historiography. We then discover the traveler who knew how to recreate landscapes he had visited, the researcher of Roman life and physiognomy, the seeker of authentic furniture and furnishings to give credibility to his work, and, ultimately, the artist independent of aesthetic currents that Alma-Tadema was, capable of synthesizing the beauty, cruelty, and tedium of an England in full swing, yet still fearing the shadow of decline and decay.
This collection features more than a dozen works by this artist.
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