Su leyenda es bastante confusa, pues existen al menos dos versiones de esta. La primera dice que eran tres hermanas, hijas de un rey escocés. Fueron en una peregrinación a Roma y cuando regresaban fueron sorprendidas por los vikingos en Caëstre, la actual Francia, lindando con la actual Bélgica, donde fueron asesinadas por ser cristianas, en 819.
La segunda versión cuenta que las tres princesas eran inglesas, pero hijas de reyes distintos de Britania, en la que aún había siete reinos. Mientras ellas eran conversas a la fe de Cristo, sus padres aún eran paganos. Las tres tenían comunicación entre sí y habían convenido mantener su virginidad y consagrarse a Cristo juntas en un monasterio, pero sus respectivos padres les buscaron esposo a cada una. Sin embargo, las muchachas huyeron y tomaron el velo en un monasterio, del que huyeron cuando supieron que sus pretendientes las buscaban para hacerlas regresar. Cruzaron el mar y se internaron en los bosques del norte de Francia, construyendo una ermita en la dicha ciudad de Caëstre. Pero allí las encontraron los príncipes, y como no pudieron hacerles renegar de su fe ni hacerlas volver para casarse, las decapitaron.Los cuerpos quedaron abandonados, pero la Santísima Virgen se apareció a un caballero ciego, revelándole lo ocurrido y encargándole enterrara y diera culto a las tres mártires. El caballero siguió la voz de la Virgen, encontró los santos cuerpos, tocó sus ojos manchados de la sangre martirial y recuperó la visión. Enterró a las mártires en su ermita y comenzó a venerarlas. Desde el siglo IX sí que consta una capilla, hoy iglesia parroquial, dedicada a su memoria en dicho sitio y donde se veneran algunas de sus reliquias.
Fuente:
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.
A 8 de diciembre además se celebra a Santos Cazarie, reclusa, y Valente, obispo; esposos.