Una de las peculiaridades de un recién nacido es su cabeza 'blandita', esto se debe a que los huesos que conforman su cráneo nacen sin estar fusionados con el fin de permitir el paso a través del canal del parto de forma más sencilla y favorecer el desarrollo y crecimiento adecuados.
Los espacios que hay entre los huesos del cráneo son las denominadas fontanelas o puntos blandos.
Estas separaciones se podrán observar hasta aproximadamente los 18 meses, cuando se cierran con tejidos elásticos, fibrosos y fuertes denominados suturas.
El cráneo del bebé
El cráneo del bebé está formado por ocho huesos craneales separados: el hueso frontal, el hueso occipital, dos huesos parietales, dos huesos temporales, esfenoides y etmoides. A simple vista se pueden observar dos fontanelas, una en la parte delantera de la cabeza del bebé y otra en la parte de atrás, esta última se cierra pronto, normalmente antes de los dos meses de edad incluso puede estar cerrada al nacer, mientras que la fontanela delantera se mantendrá perceptible hasta pasado el año. Gracias a estas zonas blandas el cerebro del bebé puede crecer y desarrollarse de forma adecuada.
Precisamente los pediatras utilizan la palpación de las fontanelas para determinar el crecimiento y desarrollo del bebé. La mayor o menor tensión de las mismas es indicativa del grado de presión intracraneal, deben ser planas y firmes si están abultadas indicaría un aumento de la presión dentro del cerebro. En este caso lo mejor para evaluar la situación es la realización de una resonancia o una tomografía computerizada. Para aliviar la presión puede que sea necesario aplicar técnicas quirúrgicas. En cambio si la fontanela está hundida es un indicativo de deshidratación.
Cierre prematuro de los huesos del cráneo y otros problemas
Otro de los problemas que se pueden dar en relación con las fontanelas es el cierre prematuro de los huesos del cráneo, es la llamada craneosinostosis, una o más de las suturas que separan los huesos del cráneo se cierran antes de tiempo. Es una alteración congénita y puede estar asociada con retraso mental aunque lo normal es que los bebés que la padecen simplemente presenten un crecimiento de la cabeza longitudinal en lugar de a lo ancho. Normalmente no hay síntomas asociados aunque sí hay veces que se recurre a la cirugía para que no se altere el desarrollo del cerebro y pueda crecer de forma normal, también se puede operar para mejorar la apariencia de la cabeza del niño.
Como comentábamos las fontanelas son valoradas por el especialista, de todas formas los padres en casa pueden observar si se da alguna alteración en su bebé. En un estado normal se nota firme y con una ligera curva hacia el interior cuando se toca, si el niño llora, vomita o está acostado puede que esté abultada, esto es normal siempre y cuando vuelva a su estado cuando el niño esté erguido y tranquilo. Habrá que ir al médico en caso de que el abultamiento no cese y además vaya acompañado de fiebre y somnolencia.