AMC Networks opera en España bajo la marca AMC Selekt 14 canales lineales y contenidos bajo demanda de diferentes temáticas y cuenta con otras plataformas de streaming como AMC+, Planet Horror, Historia y Actualidad y El Gourmet. Con franquicias como el universo de The walking dead y series sobresalientes com Entrevista con el vampiro (AMC+, 2022-), además de ser un comprador destacado de producciones europeas como el próximo estreno Conflicto (AMC+, 2024), cuenta con algunos canales que tienen una larga tradición en España como Xtrm, Sundance TV, Odisea o Canal Hollywood, además de Canal Cocina, que se ha caracterizado por invertir en producción propia local. Para Movistar Plus+, que ha ido incorporando contenidos de Max, SkyShowtime y pronto Apple tv+, parece un movimiento lógico deshacerse de aquellos con los que nunca estuvo satisfecha, pero para los usuarios resulta una pérdida notable. La plataforma española ha intentado tranquilizar a sus suscriptores con la incorporación de cuatro canales de BBC Studios: Drama, Top Gear, Food y History, aunque los dos primeros se pueden encontrar de forma gratuita en Pluto TV. En una divertida respuesta de AMC, Canal Cocina lanzaba hace unos días en redes sociales una publicación que preguntaba a los usuarios si preferían la comida española de Canal Cocina o la británica de BBC Food. En todo caso, los canales de AMC se pueden seguir viendo en el resto de operadores de España y a través de AMC Selekt en Prime Video. Los siguientes comentarios se basan exclusivamente en el visionado de las temporadas completas de las series que destacamos y pueden contener información relevante sobre sus argumentos.
La sombra de la tierra
Miniserie | Ficción, 4x45' | atresplayer | ★★★★★
Escrita y dirigida por Elvira Mínguez
La actriz Elvira Mínguez, nominada al Goya en cuatro ocasiones y ganadora como Mejor Actriz de reparto por Tapas (José Corbacho, Juan Cruz, 2005), debutó como escritora con la novela La sombra de la tierra (2023, Ed. Espasa), y ha tardado poco tiempo en trasladarla a la pantalla, pero con la intención de mantener un control tan completo que ella misma se ha encargado de escribir y dirigir esta adaptación. De hecho, para quienes conozcan la obra original, la historia está versionada de una manera casi literal, con diálogos y escenas que son exactamente los mismos que los que se pueden leer en la novela. Esta es una opción que no siempre funciona porque suele haber cierto beneficio en la incorporación de una mirada externa, pero el resultado es de una excelencia que finalmente parece la decisión más acertada. Y porque Elvira Mínguez evita algunos lugares comunes de las últimas adaptaciones que hemos visto recientemente, como la utilización de un narrador para conectar lo audiovisual con lo literario. En La sombra de la tierra no hace falta, porque las imágenes hablan por sí solas, como esas transiciones temporales que se muestran a través de los diferentes estados de la siembra en la tierra árida que solo se beneficia del cultivo de berza. La literalidad del libro también permite mantener la construcción de unos personajes que se definen perfectamente: la obesidad mórbida de Garibalda, el luto de Atilana, la timidez de Baldo, la sexualidad de Amparo (María García-Concha), la paciencia de Vacas... o por la percepción de los demás, como en el caso de Ladislao (Ginés García Millán) o el Tuerto (Tomás del Estal). Y también permanece el lenguaje, tan cuidado en la novela, que se traslada a una serie que huye del presentismo para mantener los nombres rurales y las expresiones clásicas que surgen del entorno y su época. Hay sin embargo algo de precipitación en la última parte de la serie, que se distancia en algunos momentos de la novela evidenciando la diferencia de criterios entre la creadora y la cadena: mientras que Elvira Mínguez pretendía contar la historia en tres episodios, Atresmedia le pidió los habituales seis, y al final se ha quedado en cuatro. Pero esto provoca que haya cierto desequilibrio entre la forma en que se cuentan los acontecimientos en los dos primeros episodios, con un ritmo perfecto, y cómo se abordan en los otros dos, algo más descompensados.
La sombra de la tierra aborda una realidad oscura que penetra en la piel de sus personajes, en las dos mujeres que están demasiado obcecadas con su propio odio como para darse cuenta del odio que generan a su alrededor, especialmente en sus hijos. Tránsito (Camila Viyuela) sufre los maltratos de su madre Garibalda incluso aunque ésta apenas pueda moverse, pero se establece un paralelismo con Atilana como una mujer que también tiene un comportamiento caciquil cuando las circunstancias se lo permiten. Es el reflejo de una época en la que España se dirigía hacia su última gran derrota como potencia colonial en Cuba, perdiendo el último de sus territorios de ultramar. Como directora que proviene del mundo de la interpretación, Elvira Mínguez ofrece una elección de grandes actores, jóvenes y veteranos, recuperando al excelente Carmelo Gómez olvidado por el cine, pero que mantiene una estable carrera en el teatro, y convirtiendo en protagonistas a dos actrices que habitualmente se encuentran en personajes de reparto: la malagueña Adelfa Calvo, ganadora del Goya por El autor (Manuel Martín Cuenca, 2018) y la cordobesa María Morales, nominada al Goya por Todas las mujeres (Mariano Barroso, 2013), dos interpretaciones rotundas y profundas que parece que quedarán, desgraciadamente, fuera de la temporada de premios, secundadas por un buen reparto de intérpretes que provienen del teatro como Ginés García Millán, Tomás del Estal, Tusti de las Heras y Rafa Castejón. Más ocupada en promocionar El gran salto (atresplayer, 2024) y Santuario (atresplayer, 2024), Atresmedia ha relegado a un plano secundario a la que, al final, ha acabado siendo su gran joya de esta temporada. La sombra de la tierra es una de las primeras producciones de Fonte Films, fundada en 2022 por Pablo Isla, expresidente de Inditex, la abogada María Jesús Román y Carla Pérez de Albéniz, ganadora del Goya a Mejor Dirección de Producción por Mientras dure la guerra (Alejandro Amenábar, 2019). Fonte Films también ha estrenado este año el documental Mugaritz. Sin pan ni postre (Paco Plaza, 2024) y está preparando el largometraje Zeta (Dani de la Torre, 2025) y la serie de espionaje El Centro (Movistar Plus+, 2025).
Invisible
Miniserie | Ficción, 6x50' | Disney+ | ★★☆☆☆
Adaptada por Paco Caballero | Escrita por Virginia Yagüe
Dirigida por Paco Caballero
La historia tiene como protagonista a Capi (Enric Seijo), un joven de 12 años aficionado a los cómics que utiliza ese mundo imaginario para crearse su propia armadura emocional contra el acoso que sufre por parte de MM (Diego Montejo) y su pandilla. El propio libro no evita las representaciones algo estereotipadas de determinados personajes como el abusador como un alumno de familia con recursos que se siente inmune ante las posibles denuncias que pueda recibir debido a la influencia de sus padres, pero puede tener sentido por estar enfocado a lectores adolescentes. Lo interesante del planteamiento es que aborda la invisibilidad imaginada de Capi como una representación de lo imperceptibles que son las víctimas de acoso en su entorno, y menciona el silencio de su mejor amigo, Zaro (Izan Fernández) como una forma de complicidad, mientras Kiri (Liv Dobner) es la única amiga que trata de ayudar al chico invisible, pero en un entorno escolar en el que las señales de alarma no parecen abordarse como algo más grave que "una simple cosa de críos". Invisible tiene un problema de credibilidad desde el principio, porque trata de ser tan global que acaba perdiendo verosimilitud, lo que además no tiene demasiado sentido en un panorama audiovisual en el que las historias locales funcionan a nivel internacional. La representación del instituto en la serie pierde completamente el perfil sociológico español para confundirse en una especie de centro educativo general sin alumnos racializados en el que es difícil detectar una mínima representación de la realidad. Las intervenciones dentro de La Profesora (Aura Garrido) respecto al acoso, cuyo pasado relacionado con el bullying se cuenta en el episodio La chica del dragón en la espalda (T1E6), son absolutamente indefendibles desde el punto de vista psicológico, porque incluso revictimizan a la víctima. Los protagonistas juveniles están rodeados de personajes adultos que representan ideas generales y ni siquiera tienen nombre, como El Psicólogo (Mike Esparbé) y La Directora (María Morales), de manera que se aísla su realidad desde una mirada de aparente incomprensión adulta.
Invisible cuenta su historia introduciendo constantemente mensajes que parecen discursos bastante artificiosos sobre el acoso escolar, y de hecho los libros de Eloy Moreno suelen utilizarse dentro de los institutos como una herramienta educativa. En la serie este tono moralizante funciona peor, porque resulta demasiado evidente y menosprecia la inteligencia del espectador. Incluso la representación de ese mundo imaginario de Capi recuerda a películas como Un monstruo viene a verme (J.A. Bayona, 2016), entre otras cosas porque está subrayada por la música de Fernando Velázquez, que también firmaba la banda sonora de aquella película sobre el monstruo interior que representaba los traumas de un niño. De manera que esta fantasía en la que un dragón habla con la voz de David Verdaguer acaba resultando algo forzada y artificiosa, pareciéndose más a un recurso comercial para atraer a ciertos sectores de la audiencia. Y aunque Paco Caballero (1980, Madrid), director de series como Sin huellas (Prime Video, 2023) y Citas Barcelona (Prime Video, 2015-) ofrece un trabajo artesanal efectivo que mantiene el ritmo, es incapaz de extraer de los jóvenes protagonistas interpretaciones que transmitan emoción, si acaso únicamente en el caso de Diego Montejo, quien interpreta al acosador con bastante acierto, porque se enfrenta a un personaje con matices, aunque envuelto en un arco ridículamente sensiblero, lo que también acaba transmitiendo un mensaje confuso. Perdida en su pretensión didáctica envuelta en soluciones contradictorias, Invisible es una aproximación al acoso escolar que permanece siempre en la superficie.
The head
Temporada 3 Final | Ficción, 6x50' | Max | ★★☆☆☆
Creada por David Pastor, Álex Pastor, David Troncoso
Escrita por Teresa de Pelegrí, Dominic Harari
Dirigida por Jorge Dorado
La tercera temporada de The head cuenta como responsables de guión con el matrimonio formado por la española Teresa de Pelegrí y el británico Dominic Harari, que han escrito guiones para películas como The chosen (Antonio Chavarrías, 2016) y actualmente están desarrollando las series Grand final (atresplayer, 2025) para Buendía Studios y Young Poe (2025), otro proyecto internacional para The Mediapro Studio. La historia retoma los acontecimientos que se produjeron al final de la segunda temporada y comienza con Rachel Russo (Olivia Morris) continuando la investigación de su padre Arthur Wilde (John Lynch) en torno a una toxina contaminante cuya nueva fase requiere la investigación con seres humanos. En medio del desierto más inhóspito, en un territorio sin gobierno, un grupo de personas, entre ellos cinco participantes en el experimento como objetos de estudio, junto a Olivia Jackson/Maggie Mitchell (Katherine O'Donnelly) y Lauren (Olwen Fouéré), que aparecía en la segunda temporada, se enfrentan de nuevo a situaciones misteriosas tras la aparición de un hombre desconocido llamado Michael Drake (Seumas Sargent), que dice ser un turista norteamericano perdido tras una excursión al desierto, y que por supuesto no es lo que parece. The head fue concebida como una miniserie que se desarrollaba en el Ártico (aunque la mayor parte se rodó en Canarias) y que tuvo algunas dificultades para que su continuación fuera convincente en una segunda temporada que tenía lugar en un barco en medio del punto más alejado del Océano Pacífico, convirtiéndola en un enfrentamiento entre Maggie Mitchell y Arthur Wilde. Pero en realidad utilizando la misma fórmula de un grupo de personas atrapadas en un lugar aislado en el que comienzan a producirse muertes misteriosas, que también es el punto de partida de esta tercera temporada, rodada esta vez en Almería para simular el Sahara, Tenerife y Madrid para las escenas en el interior de la base científica.
Como las anteriores, The head es un thriller que juega con el ritmo y la introducción de giros un poco locos que muchas veces ni siquiera están justificados y suelen resolverse con poca credibilidad. Por tanto, es necesaria una actitud pasiva por parte del espectador para dejarse llevar plenamente por una historia con numerosos agujeros narrativos y escasa verosimilitud científica. Para introducir a uno de sus principales protagonistas, Arthur Wilde, el guión recurre a flashbacks presentados en blanco y negro que justifiquen su presencia, pero que están alejados de la trama principal, aunque pretendan ofrecer algunas explicaciones sobre los acontecimientos que hemos visto en las temporadas anteriores. El planteamiento de reunir un nuevo equipo de guionistas en cada temporada puede ser interesante para aportar nuevas ideas, pero en este caso resulta contraproducente para dar coherencia a una historia que parece haber ido improvisándose en cada nueva entrega. La tercera temporada de The head está de nuevo dirigida por Jorge Dorado (1976, Madrid), que se ha dedicado al formato de series desde que comenzó a dirigir episodios de El Ministerio del Tiempo (RTVE, 2015-2020) aunque también estrenó su tercer largometraje, Objetos (2022), y cuenta con la incorporación española en el reparto de Clara Galle, a la que vimos recientemente en Ni una más (Netflix, 2024), junto a otros intérpretes internacionales, algunos de los cuales duran poco más de un episodio. La tercera temporada es más de lo mismo, para bien y para mal, un thriller intenso que tiene escaso trasfondo, pero que sabe ser adictivo y construir un entorno propio que lo han convertido en uno de los mayores éxitos internacionales de la producción española.
¿Yo fui mujer florero?
Miniserie | Documental, 2x45' | Max | ★★★☆☆
Escrita por Rafa de los Arcos, Meritxell Aranda, Lala Manresa
Dirigida por Rafa de los Arcos, Meritxell Aranda
1992
Miniserie | Ficción, 6x45' | Netflix | ★☆☆☆☆
Creada por Álex de la Iglesia, Jorge Guerricaechevarría
Dirigida por Álex de la Iglesia, Adolfo Martínez Pérez
El anuncio de la cancelación de 30 monedas (Max, 2020-2023) el pasado mes de mayo fue una sorpresa, porque desde el principio había sido concebida como una serie de tres temporadas, y porque se nos estaba vendiendo como uno de los éxitos internacionales de HBO y Max. Aunque no ha habido una explicación oficial, el alto presupuesto y el bajo rendimiento han podido ser las principales causas, pero parece claro que la principal ha sido la salida de Miguel Salvat, vicepresidente de programación original de HBO España, en noviembre de 2023, y el principal impulsor de la serie dentro de la compañía. Todo ello en medio de un debate interno en el que Laura Carafoli, directora de contenidos de Warner Bros. Discovery para el Sur de Europa, ha tenido más de un enfrentamiento sobre la forma de gestionar la producción original de la plataforma, con tendencia a controlar desde Italia la estrategia para España y Portugal, y muy contraria a la independencia que mantenía Miguel Salvat en HBO España. Tanto es así, que su sustituto fue el ejecutivo italiano Alberto Carullo, aunque los problemas internos están lejos de resolverse porque Carullo no ha durado ni diez meses en el puesto, abandonándolo el pasado mes de octubre para asumir el cargo de director general de contenidos de Mediaset España. 30 monedas ha acabado siendo por tanto una víctima colateral de las trifulcas internas de Warner Bros, Discovery, pero Álex de la Iglesia ya tenía en marcha otro proyecto que se ha materializado en 1992 (Netflix, 2024), una propuesta de thriller que había pedido la plataforma y que el director bilbaíno ha convertido en una mirada irónica hacia uno de los dos acontecimientos que quisieron convertir a España en ejemplo de modernidad a principios de lo noventa. El excelente documental El año del descubrimiento (Luis López Carrasco, 2020) ya mostraba el lado menos amable de aquella época, el año de la reconversión tramposa, la especulación extranjera y la traición de un partido de izquierdas a la clase obrera. Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría prefieren quedarse en la mirada irónica hacia la corrupción política y la representación de la España cutre: el naufragio de la réplica de la Nao Victoria en su botadura, con la mascota Curro precipitándose al agua, y el incendio del Pabellón de los Descubrimientos, todo ello a pocos meses de la inauguración de la Expo '92. De hecho, la serie funciona mejor cuando se traslada a 1992 que cuando se desarrolla en la actualidad, y el episodio Sevilla es como soñar con el cielo (T1E3) acaba siendo una divertida representación de la política chusca de los maletines y las cajas B, con la aparición del ensayo de una cofradía en medio de una operación policial.
Pero 1992 está desgraciadamente más cerca de Veneciafrenia (2021) que de La comunidad (2000), de un Álex de la Iglesia en horas bajas, incapaz de sostener con solvencia un thriller previsible y lleno de clichés del género, y además con un nivel de producción más que modesto, en el que Netflix no parece haber invertido demasiado. Los protagonistas de la historia son Richi (Fernando Valdivielso), un ex-policía que trata de recuperarse de su adicción al alcohol, y Amparo (Marián Álvarez), una viuda cuyo marido acaba de morir en un incendio provocado por un asesino que parece tener como objetivo a altos cargos de la Expo '92. El punto de partida es interesante, y la historia del asesino juega con algunos de los recursos clásicos del género, con referencias a Los crímenes del museo de cera (André De Toth, 1953). El entorno de La Cartuja se presenta como un espacio descuidado, un escenario oscuro donde conviven empresas de alta tecnología con las superficies mohosas de los pabellones abandonados, convirtiendo a Curro en un elemento terrorífico, que remite a aquella imagen tétrica de un video que se viralizó en internet del cementerio de los Curros, un almacén de anticuario situado en Alcalá de Guadaira en el que permanecen un centenar de antiguas mascotas de la Expo, descoloridas y manchadas. Hay una iconografía en la serie que resulta atractiva, pero la pobre ejecución, el guión descuidado, la falta de desarrollo de los personajes y sus continuas idas y venidas en AVE Madrid-Sevilla / Sevilla-Madrid, acaban convirtiéndola en un despropósito sin posibilidad de solución. Incluso el compositor Roque Baños, habitual colaborador de Álex de la Iglesia, parece haber creado una banda sonora en piloto automático, que está presente de manera constante e incluso molesta en ocasiones. Más allá de su superficialidad como thriller algo casposo, 1992 esconde una interesante reflexión sobre la cara oculta de la España colorista que se vendió aquel año de grandes acontecimientos, reflejando el lado más chapucero y deshonesto. Pero dentro de la filmografía de un director generalmente notable, acaba formando parte de sus propuestas más mediocres. Hay una idea atractiva que sin embargo sufre por su mala ejecución y eso que, al contrario de lo que suele ocurrir en las colaboraciones de Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría, que acaban desbarrando bastante en sus tramos finales, esta serie consigue que los dos últimos episodios sean los que elaboran un desenlace más convincente.
______________________________________Películas mencionadas:
Por un puñado de dólares se puede ver en FlixOlé, Movistar Plus+ y Prime Video.Centauros del desierto, Todas las mujeres y El año del descubrimiento se pueden ver en Filmin. El autor se puede ver en Netflix.Mientras dure la guerra, Mugaritz. Sin pan ni postre y Los crímenes del museo de cera se pueden ver en Movistar Plus+.Brave citizen se puede ver Kokowa+.Un monstruo viene a verme se puede ver en Max, Netflix, Prime Video y SkyShowtime.Objetos se puede ver en Prime Video y RTVE Play. Con la pata quebrada se puede ver en FlixOlé. Veneciafrenia se puede ver en Prime Video. La comunidad se puede ver en Disney+, FlixOlé y Movistar Plus+.