Revista Cine

Las series más destacadas de 2022: Agosto-Septiembre

Publicado el 10 octubre 2022 por Enprimerafila
En el mes de septiembre se han producido algunas noticias importantes que continúan adaptando el panorama audiovisual para encarar un futuro en el que seguiremos viendo constantes cambios. Uno de los más relevantes es el desembarco de la nueva plataforma SkyShowtime en algunos países europeos y la introducción de Paramount+ en otros mercados, con los últimos lanzamientos de Showtime, como las adaptaciones de American gigolo (SkyShowtime, 2022) y Déjame entrar (Skyshowtime, 2022), que se puede ver desde esta semana, pero por el momento no se sabe nada de sus grandes lanzamientos cinematográficos anunciados como Jurassic World Dominion (Colin Trevorrow, 2022) o Top Gun: Maverick (Joseph Kosinski, 2022), que ahora mismo están disponibles en diversas plataformas en alquiler. Otro de los movimientos significativos es el cambio de nombre de algunos servicios de streaming, como el que se produjo de la noche a la mañana en Starzplay, ahora llamada Lionsgate+, y el anunciado para Epix, que se llamará a partir de 2023 MGM+, aunque esto último solo afecta al mercado norteamericano. La justificación es un tanto extraña, porque se argumenta que Lionsgate es una marca más consolidada que Starzplay, pero lo cierto es que no es una productora conocida entre el público. Para apoyar este cambio se anuncia en algunos países una oferta de un mes de suscripción gratuito, con estrenos como The serpent queen (Lionsgate+, 2022) o la nueva versión de Las amistades peligrosas (Lionsgate+, 2022-) que llegará el 6 de noviembre. En el caso de Epix, la intención es la de reflejar mejor el nombre de la empresa matriz, la icónica productora Metro Goldwyn Mayer, que recientemente fue comprada por Amazon y que cuenta con un amplio catálogo cinematográfico, aunque Epix suele estrenar sus series a través de acuerdos con terceros, como la reciente From (HBO Max, 2021-), una irregular historia de terror con influencias de Stephen King, que puede verse en HBO Max. La introducción de MGM+ será el 15 de enero de 2023, coincidiendo con el estreno de la tercera temporada de El padrino de Harlem (Epix, 2019-), que en España se puede encontrar en Disney+. Estos cambios se unen a otros que se han producido recientemente en diversas redes de difusión como IMDb TV, que se convirtió en Amazon Freevee para el mercado norteamericano. 

Ahora que la mayor parte de los estudios controlan sus propias plataformas, los tiempos de estreno resultan sorprendentes, con series destacadas como The old man (FX, 2022-), que se emite desde el 28 de septiembre semanalmente, o The bear (FX, 2022-), estrenada completa el 5 de octubre, que han llegado a Disney+ con meses de retraso. Pero también responde a una estrategia de marketing que pretende beneficiarse de las buenas críticas para captar el interés de los espectadores a nivel internacional. Un movimiento interesante en los últimos meses es el regreso a las emisiones semanales después de que Netflix fortaleciera una política de estrenos de temporadas completas. Pero incluso Netflix se está replanteando llevar a cabo esta fórmula con algunas series destacadas, sobre todo cuando se implante la tarifa con publicidad, y ya lo está probando con algunas series coreanas como Woo, una abogada extraordinaria (Netflix, 2022-) o Las hermanas (Netflix, 2022), la adaptación de Mujercitas escrita por la guionista habitual de las películas de Park Chan-wook, que se emite semanalmente desde el 8 de octubre. También el estreno el 18 de noviembre en Prime Video de la temporada 13 de La que se avecina (Mediaset, 2007-) cambiará la fórmula de bloques de varios episodios por una emisión semanal. Pero hay producciones a las que les sienta mejor que a otras. La casa del dragón (HBO Max, 2022-) es más interesante verla semana a semana debido a los saltos en el tiempo, la narrativa apresurada y los cambios de reparto, mientras que El Señor de los anillos: Los anillos de poder (Prime Video, 2022-) no obtiene beneficio de la emisión semanal. Pero, frente a estos dos grandes estrenos, ha sido Andor (Disney+, 2022-) la que se ha revelado como la serie que ofrece mayor espectáculo y mejor narrado de las tres fantasías que han llegado en septiembre. La noticia marciana del mes ha sido la referencia al fundador de Podemos, Pablo Iglesias, en la serie de animación para niños Teen Titans Go! (Cartoon Network, 2013-) en el episodio titulado Huevos de Pascua, cuando el personaje de Chico Bestia decide poner a su huevo de Pascua el nombre de Pablo Iglesias. Aunque se trata de un episodio de la quinta temporada emitido originalmente en 2019, hasta este mes no ha tenido una gran repercusión en España, sobre todo desde que el propio ex-político compartiera el video en sus redes sociales, y tuviera la respuesta del traductor del episodio, Javier Pérez Alarcón. Aunque solo se puede escuchar esta referencia en la versión original en inglés, porque en la versión doblada se decidió cambiar el nombre de Pablo Iglesias por el término "Cáscaras". Este episodio es el único de toda la serie escrito por el guionista de Luisiana Kevin MacQuarn. Para los amantes de las curiosidades se puede visionar en HBO Max como el episodio 26 de la temporada 5, y en Netflix como el episodio 17 de la temporada 5, ya que esta plataforma emite la serie en capítulos dobles. Los siguientes comentarios se basan exclusivamente en el visionado de las temporadas completas de las series mencionadas y pueden contener información relevante sobre sus argumentos.

Las series más destacadas de 2022: Agosto-SeptiembrePrimal (Temp. 2) *****HBO Max, 22 de julio-16 de septiembreCreada por Genndy TartakovskyDirigida por Genndy Tartakovsky

Cuando la primera temporada de Primal (Adult Swim, 2019-) se estrenó, venía precedida del prestigio de su creador, Genndy Tartakovsky (1970, Rusia), tanto como productor ejecutivo y creador de series de animación clásicas como El laboratorio de dexter (Cartoon Network, 1996-2003), Star Wars: Las guerras Clon (Disney+, 2003-2005) y Samurai Jack (HBO Max, 2001-2017), como director de tres de las cuatro películas de Hotel Transilvania (Genndy Tartakovsky, 2012). Pero este proyecto se distanciaba de las historias más enfocadas a un público infantil y juvenil para construir directamente una animación para adultos con clasificación R en los Estados Unidos y con la particularidad de no incluir ninguna línea de diálogo. Haciendo una revisión de la época prehistórica, la serie muestra la relación entre un hombre de las cavernas (Spear) y una hembra de Tiranosaurio (Fang), y su progresiva colaboración como una necesidad para sobrevivir en un mundo hostil y peligroso. La primera temporada ofrecía historias independientes que tenían como nexo en común la relación entre el hombre y el dinosaurio, repleta de luchas que son auténticas carnicerías de huesos fracturados, sangre y vísceras, con una técnica de animación 2D que sacaba partido a una planificación excepcional. Y al final de la temporada aparecía un nuevo personaje, Mira, una mujer más avanzada que pertenece a la tribu celta de los pictos, que habitaron Escocia desde el Imperio Romano hasta el siglo X. El episodio Sea of despairs (T2E1) comienza en el mismo momento en que termina la primera temporada, por lo que después de dos años de producción se hace necesario volver a visionar los últimos episodios para situarse en la narrativa actual. Lo interesante de esta nueva temporada es que Genndy Tartakovsky, que esta vez dirige los diez capítulos con Darrick Bachmann de nuevo como Jefe de Guionistas, consigue mantener la dinámica de la primera, pero con una estructura que se podría definir como más clásica en cuanto a una historia central que involucra los arcos de los personajes principales. Porque, a pesar de sus constantes secuencias de violencia extrema, con algunos momentos especialmente impresionantes como cuando un Coloso es obligado a destruir una tribu pacífica en The Colossaeus (2) (T2E8), incluidos mujeres y niños, Primal es una serie que habla sobre la definición de familia. Spear y Fang se unen al comienzo de la primera temporada cuando pierden a sus respectivas familias, y de alguna forma ellos construyen un entorno familiar propio. Pero esta idea está mucho más desarrollada en la segunda temporada, cuando cada uno de los personajes principales encuentra a su propia pareja, estableciendo una especie de relación triangular en algunos episodios como Shadow of fate (T2E2). Ambos luchan no solo por su propia supervivencia, sino por defender a los miembros de sus familias, ya sean compañeros sentimentales o su propia estirpe. La serie tiene una especial capacidad para encontrar la emoción incluso en momentos especialmente crueles, y se siente cómoda rompiendo con las expectativas. Esta segunda temporada, por ejemplo, ofrece en su mitad un episodio encapsulado que despedaza toda la propuesta inicial de la propia serie: The primal theory (T2E5) nos traslada hasta 1890 durante una reunión de unos caballeros ingleses que hablan sobre las teorías de Darwin  y reflexiona sobre el origen del primitivismo, ofreciendo por primera vez diálogos, lo que nos permite escuchar la voz del actor Aaron LaPlante, que habitualmente elabora todo tipo de gruñidos para el personaje de Spear. Es una historia de terror gótico, con un monstruo que provoca que los humanos civilizados tengan que regresar a su condición primitiva para luchar a su mismo nivel, y es una de las propuestas de animación más sobresalientes que hemos visto este año. También huye de la complacencia un final de temporada que para muchos seguidores ha podido ser frustrante, pero que abre posibilidades para que la serie, nuevamente, nos sorprenda en el caso de que se desarrolle una tercera temporada. El mundo de la animación vive un momento especialmente complejo, convirtiéndose en chivo expiatorio del reajuste económico de plataformas como Netflix que comenzó siendo extremadamente generosa y ha acabado sacrificando sus estudios de animación, lo que se ha unido al cierre precipitado en 2021 por parte de Disney de su subsidiaria Blue Sky Studios, responsable de la franquicia de La edad de hielo (Chris Wedge, Carlos Saldanha, 2002), y a otros movimientos que han transformado una ocupación estable en una profesión incierta. En una reciente entrevista, Genndy Tartakovsky comentaba que al comienzo de su último proyecto Unicorn: Warriors Eternal (Cartoon Network/HBO Max, 2022-), le resultó imposible encontrar animadores: "Netflix los había contratado a todos, no pude encontrar a nadie. Fue una locura, así que tuve que hacerlo yo mismo al principio. Todos estaban ocupados. Y ahora es todo lo contrario, hay gente que me llama para pedirme trabajo, lo que no me ha pasado en dos años." (Paste Magazine, 20/7/2022). Por eso, encontrar una producción como Primal (HBO Max, 2019-) tan abierta a explorar posibilidades narrativas, desarrollando nuevos enfoques visuales en un formato de animación tradicional 2D para adultos y ofreciendo una libertad creativa tan arriesgada, es importante en un panorama que tiene un futuro complicado. 

Las series más destacadas de 2022: Agosto-Septiembre
The resort
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Peacock, 28 de julio-1 de septiembreCreada por Andy SiaraDirigida por Ben Sinclair, Rania Attieh, Daniel García, Ariel Kleiman

La plataforma Peacock no está consiguiendo los resultados esperados, y el primer trimestre del año registró una baja cifra de 27 millones de usuarios, sin apenas crecimiento respecto al año anterior, y pérdidas de 467 millones de dólares. De hecho, su empresa matriz Comcast prevé que seguirá teniendo pérdidas durante el resto de 2022, a pesar de lanzar ofertas muy agresivas como una suscripción anual por 19.99 dólares, lo que significa que la tarifa mensual se queda en unos 2 dólares, muy por debajo del resto de plataformas. Lo que no está claro es si esta política comercial se puede sostener durante mucho tiempo. El futuro de Peacock podría pasar por la misma estrategia que NBCUniversal va a ensayar en Europa, con el lanzamiento desde el pasado 21 de septiembre de SkyShowtime, y la incorporación de contenidos de distintas plataformas en una sola. De hecho, parece confirmada la desaparición de Showtime en Estados Unidos, cuyo contenido se añadiría al de Paramount+. Pero tampoco es que haya tenido demasiada fortuna con sus producciones propias, con títulos decepcionantes como Dan Brown: El símbolo perdido (Movistar+, 2021), Joe vs. Carole (Peacock, 2022), The thing about Pam (Peacock, 2022) o el reboot the Queer as folk (Starzplay, 2022-), curiosamente ninguna de ellas incluida por el momento en SkyShowtime. Se puede decir que su apuesta veraniega ha logrado más reconocimiento, aunque ha dividido a la crítica y los espectadores. The resort (Peacock, 2022-) es una serie de aventuras creada por Andy Siara y producida por Sam Esmail, el responsable de Mr. Robot (Netflix, 2015-2019), Homecoming (Prime Video, 2018-2020) y Gaslit (Lionsgate+, 2022), que en un principio se comparó con The white lotus (HBO, 2021-) porque se desarrolla en un complejo turístico en Akumal (México), pero pronto se hace evidente que la historia sigue un camino diferente, más entretenido que la serie de HBO, y que tiene más conexión con la película Palm Springs(Max Barbakow, 2020), cuyo guión escribió Andy Siara. La estrategia de lanzamiento en Estados Unidos consistió en estrenar el primer episodio en el canal abierto NBC para posteriormente emitir la serie solo en Peacock. Las vacaciones de Emma (Cristin Milioti) y Noah (William Jackson Harper) se convierten en un intento de revivir un matrimonio que ha acabado en la monotonía y que, sobre todo para ella, resulta demasiado asfixiante. Y cuando encuentra en la selva un viejo teléfono móvil, comienza a investigar en torno a una pareja de jóvenes que desapareció después de un huracán en 2007. Aquel año, Sam (Skyler Gisondo) pasó las vacaciones de Navidad con su novia Hanna (Debby Ryan) y sus padres, y su llegada al resort Bahía del Paraíso está mostrada en el episodio The disappointment of time (T1E1) con un exuberante plano secuencia de cinco minutos que demuestra la habilidad del director Ben Sinclair, al que también vemos en la serie como actor interpretando a Alex, el dueño del complejo turístico. Uno de los principales misterios es el hecho de que Sam no desapareció junto a su novia, sino con Violet (Nina Bloomgarden), otra visitante del complejo que está de vacaciones con su padre Murray (Nick Offerman), lo que lleva a Emma a seguir diferentes pistas que la llevarán hasta las páginas del libro La desilusión del tiempo, y a una familia de sastres mexicanos cuyo heredero, Baltasar Frías (Luis Gerardo Méndez), parece estar implicado en la desaparición. 
The Resort tiene algunas flaquezas, pero es una historia impredecible y entretenida, que en esta aventura protagonizada por la pareja de turistas recuerda a veces a algunas películas de los años ochenta como Tras el corazón verde (Robert Zemeckis, 1984), en las que la comedia y la química entre los protagonistas funciona perfectamente, e incluso alguna referencia a Indiana Jones en el aspecto físico de Murray en la trama actual. Cuenta Andy Siara que la idea se fue desarrollando cuando encontró un antiguo móvil suyo en el garaje de su casa y comenzó a mirar fotos aún guardadas de su juventud que ni siquiera recordaba que había tomado, lo que le llevó a explorar qué tipo de información podían desvelar esas imágenes sobre su pasado. Esta reflexión sobre el paso del tiempo, y en cierta manera sobre la manera en que se puede trascender, es uno de los temas de una serie que fue pensada primero como un largometraje. Pero no se siente alargada en sus ocho episodios de 30 minutos, centrándose en dos relaciones de pareja en diferentes épocas que coinciden en su momento de crisis, marcado en el caso de Emma y Noah por un hecho trágico que supuso la brecha definitiva para su progresivo distanciamiento. La serie funciona bien en su creación del misterio, pero también en su recorrido por un sentido del humor absurdo que, para los que hayan visto Palm Springs, resultará reconocible. Y aunque la química entre Cristin Milioti y William Jackson Harper funciona singularmente bien, la actuación de Luis Gerardo Méndez les eclipsa en muchas ocasiones. El actor mexicano al que hemos visto en la última temporada de Narcos: México (Netflix, 2018-2021), tiene una vis cómica excelente, que ya demostró en la serie de Juan José Campanella Los enviados (Paramount+, 2021-), en la que forma equipo con Miguel Ángel Silvestre y que sorprendentemente aún está inédita en España. Pero hay otros momentos destacados como una hilarante intervención del actor portorriqueño Luis Guzmán, al que veremos en la serie de Tim Burton Wednesday (Netflix, 2022-) en el episodio de impronunciable título Hünch Fò Llub Seeth (T1E6), dirigido por Rania Attieh y Daniel García, directores de los largometrajes Recommended by Enrique (2014) y H. (2014), que participó en el Festival de Sundance. The Resort es una propuesta entretenida que a veces puede ser irregular pero que generalmente consigue el equilibrio entre la aventura, el humor absurdo e incluso la ciencia-ficción. 

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Después del huracán ****
Apple tv+, 12 de agosto-16 de septiembreCreada por Carlton Cuse, John RidleyDirigida por John Ridley, Carlton Cuse, Wendy StanzlerLa devastación que el huracán Ian ha provocado recientemente en Florida seguramente ha hecho recordar a muchos norteamericanos algunas de las imágenes más impactantes del huracán Katrina que arrasó Nueva Orleans en 2005, aumentado por la rotura del muro de contención que terminó provocando una inundación inesperada, con una cifra de 1.833 víctimas mortales. Posiblemente el mejor retrato de la devastación y la ineficacia de los servicios públicos de ayuda lo reflejó Spike Lee en la espléndida serie documental When the Levees Broke: A Requiem in four Acts (HBO, 2006-2007), y posteriormente se han realizado numerosas películas y series sobre el desastre natural aumentado por el desastre administrativo. Entre ellos, este mismo año se ha estrenado en HBO Max el interesante largometraje documental Katrina Babies (Edward Buckles, jr., 2022), que se centra en el relato de un grupo de jóvenes que vivieron la inundación cuando eran niños, y cómo esta experiencia ha afectado a sus vidas. Coincidiendo con el aniversario de la catástrofe, la miniserie Después del huracán (Apple tv+, 2022) está enfocada en una de las muchas historias que se provocaron durante aquellos días de incertidumbre. El Memorial Hospital se convirtió en una ratonera para los enfermeros y los pacientes que ocupaban el edificio, sin electricidad ni servicios básicos, lo que provocó decisiones controvertidas de algunos de los responsables médicos. La serie viene avalada por dos veteranos de la televisión como Carlton Cuse, productor de Perdidos (ABC, 2004-2010), Tom Clancy's Jack Ryan (Prime Video, 2018-2023) o Locke & Key (Netflix, 2020-2022) y John Ridley, creador de la serie American crime (ABC, 2015-2017) y ganador del Oscar por el guión del largometraje 12 años de esclavitud (Steve McQueen, 2013). Hay dos partes bien diferenciadas en la serie, de resultados irregulares, pero que componen un conjunto sólido. Los cinco primeros episodios se centran en los cinco días que los responsables del Hospital Memorial vivieron sin apenas recursos, mientras que los tres últimos están dedicados a la investigación posterior que trataba de esclarecer la razón por la que fueron encontrados 45 muertos en las habitaciones de una de las plantas del edificio. La primera parte es una de las experiencias más claustrofóbicas y desgarradoras que hemos visto este año, con una fuerza emocional que los directores Carlton Cuse y John Ridley tampoco tratan de evitar, sino todo lo contrario. Pero de esa forma consiguen que se transmita con eficacia el sentido de abandono y desesperación que pudo llevar a tomar decisiones drásticas y éticamente dudosas, y la progresiva deshumanización que desarrollaba las actitudes racistas. Hay una pregunta constante durante la serie respecto a cuál es la responsabilidad de los médicos en circunstancias extremas respecto a sus pacientes, pero nunca se contesta de una forma clara. La percepción de los acontecimientos que tiene la Dra. Anna Pou (Vera Farmiga) acaba siendo un punto de vista acomodado a sus valores éticos, lo que se manifiesta en el episodio The reckoning (T1E8) cuando el Dr. Horace Baltz (Robert Pine) le dice: "El que tú recuerdes las cosas de cierto modo no las hace realidad". Basada en el libro de Sheri Fink Five days at Memorial: Life and death in a storm-ravaged hospital (2013), que estuvo a punto de ser adaptado como una temporada de la serie American crime story (Disney+, 2016-), esta incursión en la experiencia de una devastación en parte provocada por la ineficacia organizativa de la FEMA, tiene momentos de auténtica historia de terror, aunque su impacto se difumina en la segunda parte. De alguna forma, se puede decir que Después del huracán (Apple tv+, 2022) despliega la parte emocional para finalmente concentrarse en las cuestiones políticas. La historia del principio se apoya de forma precisa sobre imágenes reales de la inundación, y el gesto de desprecio de una de las enfermeras cuando el Air Force One del presidente George W. Bush sobrevuela Nueva Orleans (que fue el vértice de una serie de malas decisiones tomadas durante aquellos días), es toda una declaración de principios de los creadores de la serie. De hecho, el huracán Katrina acabó siendo el elemento más desestabilizador de su presidencia, incluso más que la guerra de Irak, como se reflejaba años después en al artículo La inundación que hundió a George W. Bush (Vanity Fair, 26/8/2015). Al margen de las consideraciones éticas sobre las decisiones tomadas, la administración que fue cómplice de las consecuencias del desastre con una desorganización notable se esmeró en buscar chivos expiatorios, pero la decisión de los guionistas de humanizar al personaje del investigador Arthur Schafer (Michael Gaston), estableciendo un paralelismo con una pérdida familiar, es inteligente porque personaliza la búsqueda de la verdad, aunque en el caso de la otra investigadora, Virginia Rider (Molly Hager) resulta demasiado exagerada. Después del huracán es efectiva e ineficaz al mismo tiempo, dependiendo de la capacidad de observación del espectador, pero finalmente se trata de un drama doloroso que muestra el terror de una experiencia devastadora. Tanto como las imágenes del desastre que el huracán Ian ha provocado en Florida estos últimos días. 

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Billy El niño
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Movistar+, 5 de septiembre-24 de octubreCreada por Michael HirstDirigida por Otto Bathurst, Rachel Leiterman, Michael Nankin, David Frazee

Las últimas incursiones en el género western que se han estrenado parecen más enfocadas a una historia de emigración que a la utilización de la narrativa tradicional como historias de acción. 1883 (SkyShowtime, 2021) o la producción sueca Los emigrantes (Filmin, 2021) hablan de las dificultades a las que se enfrentaron los europeos que decidieron sacrificar lo poco que tenían para iniciar una vida nueva en una tierra nueva, y que acabarían sentando las bases de la futura Norteamérica. En esta línea se desarrolla también Billy, el niño (Movistar+, 2022-), la nueva serie creada por Michael Hirst tras concluir su etapa en Vikingos (Netflix, 2013-2020). Para el autor británico, el interés principal no está en realizar un western tradicional, sino una mirada más introspectiva a la figura de William H. Booney quien, a pesar de su corta vida se convirtió en una leyenda que ha pasado a la Historia. Pero esta propuesta no tiene el tono épico melancólico de 1883, sino que ofrece una mirada más modesta, representando una época en la que las ciudades no se habían desarrollado completamente, y solo existían pequeñas poblaciones incipientes. El hecho de que el primer episodio se titule The immigrants (T1E1) ya resulta significativo, pero el comienzo con una escena típica del género en el que Billy se enfrenta a un estafador en una cantina ofrece una irónica presentación de lo que se podría esperar de esta serie, aunque no pretenda ir por ese camino. Los primeros episodios se desarrollan en 1871 cuando Billy tiene doce años y comienza con su familia, inmigrantes irlandeses, un viaje desde una ciudad hostil como Nueva York hacia horizontes más amplios. Aunque Michael Hirst defiende que quiere contar la historia real de Billy, el niño, lo cierto es que la mayor parte de la información que se tiene de su infancia son especulaciones. Se conoce poco de su padre y de su madre, excepto las causas de su muerte, él por pulmonía y ella por tuberculosis tras iniciar una nueva vida con otro hombre. De forma que el creador de la serie construye una fabulación en torno a las causas por las que la familia decidió dejar Nueva York, la ciudad donde había nacido William, y trasladarse hasta Kansas. Pero introduce algunos aspectos poco retratados sobre la época, como la depresión que sufre el padre del protagonista, obligando a su madre Kathleen (Eileen O'Higgins) a tomar las riendas del hogar y a Billy a madurar antes de lo previsto. Los dos primeros episodios están dedicados a una juventud en la que el protagonista se enfrenta a una entorno violento que moldea lentamente su personalidad. Se podría decir que Michael Hirst crea un personaje romántico, que se ve forzado por las circunstancias a entrenar su puntería y cuya leyenda comienza casi como un malentendido. Pero el ritmo más lento de los primeros episodios trata de ofrecer un acercamiento íntimo a los personajes, especialmente a Billy (un acertado y melancólico Tom Blyth) y su madre, aunque por caminos que en ocasiones resultan algo convencionales. Es un desarrollo que se arriesga a perder la atención del espectador, pero que resulta necesario para la construcción del personaje principal. Billy, el niño gana ritmo e interés cuando se centra, a partir del episodio Fate (T1E5) en el enfrentamiento que se conoce como la Guerra del Condado de Lincoln, que se desarrolló entre 1878 y 1881, entre un ganadero afincado en el territorio de Nuevo México llamado James Dolan (Chad Rook) y un terrateniente recién llegado, Alexander McSween (Luke Camilleri) que se enfrenta a las condiciones injustas que tienen los granjeros con Dolan. Billy forma parte de un grupo de pistoleros que defienden al primero, extorsionando y amenazando a los habitantes de la zona, junto a su amigo Jesse Evans (Daniel Webber) y Pat Garret (Alex Roe), que se acabará convirtiendo en su asesino años más tarde. En estos episodios que conforman la segunda mitad de la serie se recupera un espíritu más cercano al western tradicional, con los enfrentamientos entre pistoleros, pero al mismo tiempo también define al personaje principal en su relación con los mexicanos, habitualmente menospreciados, y con una cierta ética que le hace rechazar la violencia gratuita contra familias desarmadas. Hay un aliento mucho más abierto en esta parte de la historia, cuya conclusión parece esperar al menos una segunda temporada, dado que el personaje murió pocos años después, aunque la productora Epix aún no ha confirmado la continuidad de la serie. 

Las series más destacadas de 2022: Agosto-Septiembre
Pistol ****Disney+ Star, 7 de septiembreEscrita por Craig PearceDirigida por Danny BoyleQue una serie sobre los Sex Pistols se estrene precisamente en Hulu/Disney+ no deja de ser una paradoja encantadora. La banda de punk fue reflejo de la anarquía dentro de una sociedad británica especialmente rígida, en pleno auge del neoliberalismo, convirtiéndose en icono de la transgresión, y ahora Craig Pearce, habitual guionista de las películas de Baz Luhrmann que ha escrito también la biografía musical Elvis (Baz Luhrmann, 2022) y el director Danny Boyle han convertido su historia en una miniserie de seis episodios basada en el libro Lonely Boy. Historias de un Sex Pistol (2016, Ed. Timun Mas), las memorias de Steve Jones, uno de los fundadores del grupo. De entrada, la historia está contada desde el punto de vista del guitarrista que tuvo que aprender a tocar en cinco días antes de dar su primer concierto, y es una aproximación que tiene el estilo mixto de Trainspotting (Danny Boyle, 1996) pero al mismo tiempo utiliza recursos de imágenes de archivo que muestran el Londres de los años 70 como contextualización de la invasión contra el establishment, a la manera que lo hacía el documental La mugre y la furia (Julien Temple, 2000), posiblemente el mejor retrato que se ha hecho del grupo punk y sus influencias. De hecho el personaje de Julien Temple (Lorne MacFadyen) aparece en varios episodios. La serie contó desde el principio con la oposición de John Lydon/Johnny Rotten, uno de los primeros miembros de la banda, que se negó a conceder los derechos de sus canciones, aunque el acuerdo de mayoría que tenía el grupo acabó en los tribunales dándole la razón a Steve Jones, Paul Cook y Glen Matlock, que sí estaban dispuestos a permitir que las canciones aparecieran en la serie. John Lydon acabó escribiendo: "El pobre viejo Johnny Rotten ha sido víctima de Mickey Mouse". Considerada por un sector de la crítica como un retrato demasiado caricaturesco de los miembros de la banda, lo cierto es que incluso los acontecimientos más sorprendentes son muy fieles a la realidad. Como el episodio track 3: Bodies (T1E3), que dedica parte de la historia a Pauline (Bianca Stephens), una joven que había sufrido abusos sexuales y varios abortos en la institución psiquiátrica en la que estaba recluida y que se convirtió en una admiradora del grupo después de huir del hospital, inspirando la canción "Bodies" (1977), escrita por John Lydon, considerada como una de las letras más desgarradoras que se han escrito sobre el aborto. La serie va creciendo progresivamente, con los dos primeros episodios más desequilibrados en torno a la relación entre Steve Jones y el mánager Malcolm McLaren, un snob que utilizó tácticas de confrontación, incluso dentro de la propia banda, para crear esa aureola de caos y anarquía que se convirtió en sello indiscutible de un estilo. Suya fue la idea de alquilar un bote en el que la banda interpretó la canción "God save the Queen" (1977) delante del Parlamento británico, que aparece en el episodio track 5. Sid & Nancy (T1E5), y por el que fue arrestado, que era su objetivo para conseguir publicidad. Pero Danny Boyle acierta más en la representación de la pesadilla que en la formulación de esta pandilla de jóvenes de clase obrera que quisieron formar un grupo aunque apenas sabían tocar los instrumentos. Y es mucho más certero en su retrato casi onírico que ofrece de la desastrosa gira que Sex Pistols realizó por los Estados Unidos en track 6. who killed Bambi? (T1E6), que fue el principio del fin de la banda. Danny Boyle, en colaboración con el dúo electrónico Underworld que le ha acompañado en algunos de sus proyectos, como la adaptación teatral de Frankenstein (2011), tomó la acertada decisión de que las canciones de Sex Pistols fueran interpretadas por los actores y los conciertos grabados como si se tratara de actuaciones reales, para lo que la mayor parte de ellos tuvo que aprender a tocar los instrumentos de sus respectivos personajes. Esta autenticidad es importante en la miniserie, y se sostiene en los trabajos de los actores, algunos más caricaturizados que otros. A Anson Boon se le puede perdonar que lleve los tics y las expresiones de mirada esquizoide de John Lydon incluso fuera de los escenarios, cuando el mismo cantante ha afirmado que esa imagen retorcida fue una inspiración del personaje de Laurence Olivier en la película Ricardo III (Laurence Olivier, 1955), y a veces el guión hace esfuerzos por retratar al personaje como más inteligente de lo que parecía. Toby Wallace tiene más problemas con Steve Jones porque, a pesar de (o quizás por) tratarse de una autobiografía contada desde su punto de vista, es el que peor está retratado, porque busca justificaciones constantes a sus acciones, como el abuso que sufrió en la infancia y al final acaba resultando el personaje menos interesante. Si acaso brilla en su relación con Chrissie Hynde (Sydney Chandler), la que sería líder de The Pretenders, y una de las pocas interacciones que muestran un movimiento musical que en la serie aparece recluido en Sex Pistols, pero que formó parte de un entorno musical radical mucho más complejo. Más interesante es el retrato que hace Thomas Brodie-Sangster de Malcolm Wallace, con su cautivadora forma de engatusar y su agenda revolucionaria más política que musical; y el del joven actor Louis Partridge que a sus 18 años compone una personalidad más profunda en torno a Sid Vicious que la que hizo Gary Oldman en Sid y Nancy (Alex Cox, 1986). Acaba ofreciendo una versión desvalida de Sid Vicious, una humanización del monstruo que resulta cautivadora. 
Las series más destacadas de 2022: Agosto-Septiembre
Atrapados de nuevo
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Netflix, 8 de septiembreCreada por Baltasar KormákurDirigida por Baltasar Kormákur, Börkur Sigþórsson, Katrín Björgvinsdóttir
Han pasado más de tres años desde que se presentara la segunda temporada de la aclamada serie islandesa Atrapados (Netflix, 2015-), cuya tercera entrega la plataforma Netflix ha titulado como si se tratara de una nueva serie, al igual que hizo recientemente con la producción danesa Borgen (Netflix, 2010-2022), que rebautizó como Borgen. Reino, poder y gloria (Netflix, 2022), seguramente por cuestiones de derechos. Ahora, Atrapados de nuevo (Netflix, 2022) es una secuela que directamente hace referencia a acontecimientos ocurridos en el pasado, y que comienza con el asesinato de Ívar Kristjánsson (Jóhann Kristófer Stefánsson), un joven al que el policía Andri Ólafsson (Ólafur Darri Ólafsson) había interrogado años atrás en relación con la desaparición de la novia de aquél, Lína (Christina M. Goldstein) en el año 2013. Andri, apartado del servicio policial y trabajando en la investigación financiera, regresa al remoto pueblo pesquero de Siglufiörður, en las Tierras Altas de Islandia, donde se desarrollaban las temporadas anteriores, para reencontrarse con sus antiguos compañeros de investigación: Hinrika (lmur Kristjánsdóttir), la antigua ayudante de Andri que ahora ejerce como responsable de la policía local y Trausti (Björn Hlynur Haraldsson). En esta ocasión se incorpora como asesor en la indagación de un asesinato en el que podría tener relación la disputa territorial entre los componentes de una banda de motoristas de origen danés que se dedica al contrabando de drogas y una comunidad religiosa que se ha asentado en la zona, liderada por Oddur (Egill Ólafsson). 
Atrapados fue uno de los representantes del resurgimiento del nordic noir que sorprendió con la introducción de una cierta tonalidad melancólica, y una complejidad en el desarrollo de los personajes que, como en el caso de Andri, a veces tomaba decisiones equivocadas que llevaban su investigación a un callejón sin salida. Especialmente en la segunda temporada, la serie tenía un ritmo pausado que la acercaba a la narración lánguida característica del cine islandés, pero que conseguía dotar a la serie de una textura particular, de una personalidad diferente en el entorno de un policíaco que se sentía más cómodo en el dibujo de los personajes que en la propia investigación. Atrapados de nuevo mantiene algunos de los elementos de las anteriores temporadas, pero se siente como una propuesta más convencional, más Netflix que RÚV (la televisión pública islandesa), con un desarrollo lineal que no toma demasiados riesgos, quizás por temor a perder la atención del espectador, pero cuya dedicación a los detalles y a la creación de una atmósfera desoladora era una de las características más interesantes de las dos temporadas anteriores. Incluso personajes como el líder de los motoristas Hopper, interpretado por el conocido actor danés Thomas Bo Larsen uno de los protagonistas de Otra ronda (Thomas Vinterberg, 2020), resulta menos amenazante de lo que se pretende, y no consigue hacer olvidar a personajes destacados tan complejos como Ásgeir (Ingvar Sigurdsson). Sin embargo, es interesante la introspección del protagonista Andri, lo que supone el regreso a una investigación criminal y tener que enfrentarse a los fantasmas de su pasado. La serie se estrenó como tercera temporada de Atrapados en la cadena pública islandesa el pasado otoño, con un total de ocho episodios que se han convertido en seis para su estreno en la plataforma Netflix, lo que ha resultado en una evidente reducción de metraje que puede haber afectado al desarrollo de la historia. Pero a pesar de sus flaquezas la última temporada sigue funcionando como un nordic noir decente, como una propuesta de calidad que evita algunos lugares comunes. 
El creador de la serie Baltasar Kormákur (1966, Islandia) es uno de los nombres más reconocidos de su país, aunque aprovecha mejor los elementos más idiosincráticos de Islandia como en la serie Katla (Netflix, 2021-) que sus incursiones en el cine de Hollywood con películas enfocadas en grandes retos humanos como A la deriva (Baltasar Kormákur, 2016), Perdidos en el Ártico (Peter Flinth, 2022) o La bestia (Baltasar Kormákur, 2022). Kormákur  se ha encargado de la dirección de los episodios iniciales y finales, mientras que el resto están dirigidos por la debutante Katrín Björgvinsdóttir y por Börkur Sigþórsson, que fue responsable de buena parte de los episodios de la primera y segunda temporada de la serie y recientemente ha dirigido dos capítulos de la producción inglesa The Midwich cuckoos (SkyShowtime, 2022). 
Las series más destacadas de 2022: Agosto-Septiembre
Mike
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Disney+, 8-15 de septiembreCreada por Steven RogersDirigida por Craig Gillespie, Tiffany Johnson, Director XLa colaboración entre el guionista Steven Rogers y el director Craig Gillespie dio como resultado hace unos años una corrosiva historia basada en hechos reales sobre la obsesión por el éxito en un mundo tan estético en la superficie como oscuro en su interior. La película Yo, Tonya (Craig Gillespie, 2017) elaboró un retrato implacable sobre la competitividad convertida en una psicosis, y en cierta manera el personaje de la patinadora Tonya Harding, espléndidamente interpretado por Margot Robbins, tiene algunos puntos en común con el de Mike Tyson en esta serie, que vuelve a reunir a los tres principales responsables de aquella: Steven Rogers como guionista, Craig Gillespie como director y Margot Robbins, ahora como productora. La conclusión en ambos casos es que esa personalidad autodestructiva y destructiva con los demás ha sido forjada por un entorno que presiona cruelmente con el objetivo de exprimir las facultades físicas de sus protagonistas. Yo, Tonya fue un paso adelante en una filmografía de Steven Rogers que estaba marcada por historias románticas blandengues como Quédate a mi lado (Chris Columbus, 1998) y Posdata: te quiero (Richard LaGravenese, 2007), lo que demuestra los curiosos giros que pueden dar las carreras cinematográficas. A lo largo de las poco menos de cuatro horas que dura en total esta serie de ocho episodios de unos 30 minutos cada uno, un formato inusual para este tipo de biografías, Mike (Hulu, 2022) ofrece una retrospectiva de la trayectoria de uno de los boxeadores más famosos de la historia, en muchas ocasiones más por cuestiones extradeportivas que por sus evidentes logros dentro del ring. Que al verdadero Mike Tyson no le haya hecho ninguna gracia esta recreación de su vida en formato de ficción puede tener su lógica, pero parece más relacionado con cuestiones económicas, teniendo en cuenta que el boxeador acabó perdiendo la mayor parte de los 500 millones de dólares que llegó a ganar en sus mejores tiempos. Y resulta significativo que el punto de partida de la serie sea el monólogo que él mismo interpretó en un escenario de Broadway en Nueva York y que Spike Lee filmó como película en Mike Tyson: Undisputed truth (HBO Max, 2013). De alguna forma, la serie se defiende estableciendo que el relato que se nos va a contar proviene de las propias palabras de Mike Tyson, aunque esto no sea del todo cierto. Pero el actor Trevante Rhodes hace un trabajo tan minucioso en la interiorización de su personaje que ciertamente desprende la honestidad suficiente como para ser totalmente verosímil. La tesis principal es que el joven boxeador consiguió el éxito al que todo deportista aspira, pero siempre a través de la manipulación: de su descubridor Cus D'Amato (Harvey Keitel), de sus managers, Billy Clayton (Kale Browne) y el inefable Don King (Russell Hornsby) e incluso de su primera esposa, la actriz Robin Givens, que recientemente se incorporó a la serie Batwoman (CW/HBO Max, 2019-2022) en su última temporada antes de ser cancelada, y que no sale muy bien parada en el episodio Lover (T1E3), a pesar de acusar públicamente a Mike Tyson de maltrato. Los títulos de los primeros episodios definen las contradicciones de un personaje al que no se pretende mitificar ni condenar, calificándole como ladrón, monstruo y amante, pero sí se transmite una admiración por el personaje que a veces resulta excesiva. Mike es una serie que quiere demasiado a su protagonista, impidiendo una mirada más objetiva. De alguna forma, el personaje es  retratado como un bribón con buen corazón, lo que dulcifica las acusaciones como abusador y maltratador, y su condena por violación. Afortunadamente, hay un momento en el que la serie se distancia para hablar de la acusación protagonizada por Desiree Washington (Li Eubanks) como víctima de una violación por parte de Mike Tyson, que él siempre ha negado pero que condujo a una condena de seis años de los que cumplió la mitad. Desiree (T1E5) es un episodio respetuoso en el que la narradora que rompe la cuarta pared es la víctima, con un guión escrito por Karin Gist y Samantha Corbin-Miller, y dirigido por Tiffany Johnson, responsable de series como Queridos blancos (Netflix, 2017-2021). El episodio no es solo interesante porque modifique el punto de vista que adopta la serie, sino porque ofrece un retrato contundente del sexismo dentro de una comunidad negra que se lanzó a defender a su estrella. Y nos lleva a pensar que posiblemente Mike Tyson tiene razón cuando afirma que nunca violó a Desiree Washington porque en su círculo forzar a una mujer a mantener relaciones sexuales no se considera violación.  Craig Gillespie marca el tono de la serie con sus habituales movimientos de cámara y ritmo dinámico que ya son marca de la casa, y que ha aportado a sus recientes incursiones en este formato, en los primeros episodios de Pan & Tommy (Disney+, 2022) como director y en Physical (Apple tv+, 2021-) como productor, en las que coincide un retrato de mujeres superadas por los acontecimientos que las rodean, pero también en la estupenda película Cruella (2021). Da la impresión de que está más interesado en lo que ocurre fuera del ring que dentro, en la construcción de un relato de manipulación que arrastra al personaje hacia el éxito para catapultarlo finalmente hacia una catarata de decisiones incorrectas. Aunque a veces demasiado seducida por la idiosincrasia del personaje, Mike (Disney+, 2022) es una biografía creada a partir de retazos que compone un conjunto sólido. 
Las series más destacadas de 2022: Agosto-Septiembre
Paris Police 1900
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Cosmo, 8 de septiembre-27 de octubreCreada por Fabien NuryDirigida por Julien Despaux, Frédéric Balekdjian, Fabien NuryUna de las series de mayor éxito en Francia la pasada temporada llega a España tras ser vista por más de seis millones de espectadores. Paris Police 1900 (Cosmo, 2021-) es una producción de Canal+ Création Originale que se ha convertido en la serie más cara afrontada por la cadena de televisión francesa, con 2 millones de euros por capítulo, 16 millones de euros para toda la temporada de ocho episodios. Se trata del segundo proyecto como guionista de Fabien Nury (1976, Francia), conocido por su serie de novelas gráficas W.E.S.T. (2003, Ed. Norma Editorial), Yo soy Legión (2008, Ed. Norma Editorial) y Érase una vez en Francia (2011, Ed. Norma Editorial). La película La muerte de Stalin (Armando Iannucci, 2017) está basada en un cómic del autor francés, quien desarrolló anteriormente la serie Oro (Guyane) (Canal+, 2016), pero este es su proyecto más ambicioso. El enfoque de Fabien Nury se interesa principalmente por extraer aspectos menos conocidos y más oscuros de determinadas épocas históricas, y en esta nueva incursión ofrece una representación de la denominada Belle Epoque desde un punto de vista violento y corrupto. Podría ser interesante visionar la reciente película El oficial y el espía (Roman Polanski, 2019) antes de la serie, ya que la historia principal de Paris Police 1900 se desarrolla tras los acontecimientos que se narran en ella, la injusta condena del oficial Alfred Dreyfus, chivo expiatorio que demostraba el profundo antisemitismo de la sociedad francesa, y que denunció públicamente el escritor Emile Zola en su novela Yo, acuso (1898, Ed. Ediciones 19), en la que se basa la película. La historia tiene lugar en 1899, cuando un cambio de gobierno promueve la revisión del caso en contra de Richard Dreyfus, lo que provoca altercados en París protagonizados por la denominada Liga Antisemita, que se enfrenta a los anarquistas y a la propia policía. En medio de este ambiente de violencia y tensión, el descubrimiento del cadáver de una mujer despedazada dentro de una maleta inicia una investigación por parte del oficial Antoine Jouin (Jérémie Laheurte) que acabará implicando a personas de la alta sociedad, y también estará ligada a las actividades del director del semanario L'Antijuif (El Antisemita), el periodista Jules Guérin (Hubert Delattre). Las pesquisas del policía cuentan con la colaboración de Jeanne Chauvin (Eugénie Derouand), una joven abogada que está basada en la primera mujer francesa que consiguió defender su Doctorado como abogada en 1892. Pero la serie traza otras subtramas, que a veces pueden hacer algo confuso el seguimiento de la historia principal, en las que están implicados el corrupto Jefe de La Sûreté, Puybaraud (Patrick d'Assumçao), cuyo brazo armado es el policía Joseph Fiersi (Thibaut Evrard), y el prefecto Louis Lépine (Marc Barbé). Casi todos estos personajes están basados en personas reales que existieron en una época donde el trabajo policial se sostenía en acusaciones falsas, sacadas de confesiones con torturas si era necesario, para acabar cerrando los casos y transmitir una imagen de seguridad. Se trata de un noir francés que traslada la naturaleza del mal desde un individuo concreto hasta el entorno propio de una sociedad podrida. Lo más interesante de la serie es una puesta en escena que destaca en su representación oscura de una sociedad marcada por las tensiones y el odio, y el retrato de la política y la policía como instituciones profundamente podridas por los intereses económicos. Incluso los personajes femeninos como Marguerite Steinheil (Evelyne Brochu), amante del presidente Félix Faure, quien murió de una apoplejía mientras ella le practicaba una felación, y Madame Lépine (Valérie Dashwood), la esposa del prefecto adicta a las drogas, son manipuladoras y utilizan sus propias herramientas para conseguir sus objetivos. En la construcción de la historia, Fabien Nury, quien se reserva la dirección del último episodio, consigue mezclar con inteligencia los personajes reales con los ficticios, construir una espléndida mezcla de ficción y hechos históricos que conforman una serie sobresaliente. Hay suntuosidad en esta mirada al París oculto de la época del Moulin Rouge, marcada por una excelente fotografía que utiliza las fuentes de luz naturales como las velas y los candelabros para iluminar solo los rostros, y que a veces enfoca a los personajes al contraluz de una ventana, creando una silueta que tiene la textura de las novelas gráficas. Julien Despaux, director de la serie Zona blanca (Netflix, 2017-) y Frédéric Balekdjian realizan un trabajo notable como realizadores principales, aportando ritmo y sobriedad. Paris Police 1900 está planteada para cuatro temporadas, en cada una de las cuales se abordaría un crimen real ocurrido en la época, a la manera de la popular serie policíaca francesa Engrenages (Canal+, 2005-), que sigue la investigación de un caso diferente cada temporada desde el punto de vista de las diferentes profesiones de un juzgado. 
Las series más destacadas de 2022: Agosto-Septiembre
Narcosantos
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Netflix, 9 de septiembreCreada por Sung-hui KwonDirigida por Jong-bin YoonLas producciones coreanas tienen una especial habilidad para construir thrillers que se pone de manifiesto en algunas de sus películas de mayor popularidad. El más reciente éxito es el thriller The roundup (Lee Sang-yong, 2022), una interesante aunque inferior secuela de Ciudad sin ley (Kang Yoon-sung, 2017), que sufrió el mismo tipo de controversia que ha tenido esta serie en cuanto a un cierto aire de superioridad por parte de las producciones surcoreanas cuando se trata de retratar a otros países. En el contundente thriller The roundup la acción transcurre en Vietnam, que es mostrado como un país tercermundista respecto a Corea del Sur, mientras que en Narcosantos (Netflix, 2022-) se describe al pequeño Estado de Surinam, entre la Guayana francesa y Brasil, como un país corrupto, lo que provocó las protestas oficiales de sus autoridades. Este aire de superioridad a veces perjudica a algunas de sus producciones, pero no es necesariamente un problema para elaborar tramas lo suficientemente interesantes como para mantener un nivel por encima de otros países asiáticos. Basada en la historia real de un infiltrado en una organización criminal, Narcosantos tiene todos los elementos para ser una serie con entidad, y no solo porque está protagonizada por dos de las estrellas más populares del cine surcoreano: al actor protagonista Ha Yun-woo le hemos visto en éxitos como The chaser (Na Hong-jin, 2007) y en películas de prestigio como Time (Kim Ki-duk, 2006) y La doncella (Park Chan-wook, 2016), mientras que el antagonista está interpretado por Hwang Jung-min, quien ha participado en el thriller New world (Park Hoon-jung, 2013) y protagonizó Infiltrado en el Norte (Jong-bin Yoon, 2018), una espléndida película de espías que se estrenó en el Festival de Cannes dirigida por el mismo director de esta serie. Los primeros episodios apuntan a una historia que a partir del tercer capítulo dará un giro rotundo con la incorporación del agente Choi Chang Ho, interpretado por el actor Park Hae-soo, uno de los protagonistas de El juego del calamar (Netflix, 2021-), quien propone a Kang In Gu (Ha Yun-woo) infiltrarse como narcotraficante en la organización criminal que lidera el pastor Yeon Yo Hwan (Hwang Jung-min), el personaje real en el que está basada la serie. La historia verdadera es la del traficante Cho Bong-haeng, quien fue condenado a 10 años de cárcel en 2011, aunque murió cinco años después de su condena, y quien engañaba a amas de casa y estudiantes con problemas económicos para que sirvieran como contrabandistas de cocaína, pero haciéndoles creer que llevaban piedras preciosas. La historia de una de sus víctimas fue adaptada al cine en la película dramática Way back home (Pang Eun-jin, 2013). Pero la realidad solo sirve como base para que el director Jong-bin Yoon construya una trama de engaños y traiciones llena de violencia que tiene la ventaja de desarrollarse a lo largo de solo seis episodios, al contrario de lo que suele suceder en las producciones seriales coreanas, compuestas por numerosos episodios de más de una hora de duración. Esta concisión en la narración es beneficiosa para una historia que evita alargarse demasiado para enfocarse principalmente en la relación entre el infiltrado y el líder de la organización mafiosa, y aunque a veces la actitud del primero parece demasiado atrevida, los resortes que componen la historia funcionan con eficacia. 
Hay también un tratamiento interesante de la religión, que el narcotraficante y pastor utiliza como una manera de captar miembros para su organización. En un país como Corea del Sur en el que conviven religiones como el budismo, el protestantismo y el catolicismo pero en el que más de la mitad de sus habitantes no tiene ninguna afiliación religiosa, establecer un paralelismo entre la adicción a las drogas y la devoción católica es una inteligente forma de reflexionar sobre cuál es la verdadera naturaleza de las instituciones eclesiásticas. Lo que proporciona a la historia un subtexto mucho más complejo de lo que pudiera parecer. Se puede acusar a la serie de estar impregnada de demasiada testosterona, incluso de ofrecer una mirada viril que no parece tener espacio para la construcción de personajes femeninos con cierta entidad. De hecho, la única mujer con alguna relevancia es Park Hye-jin (Ja-Hyeon Chu), esposa del protagonista, a la que solo vemos cuando llama por teléfono a su marido para que regrese a Corea. A la actriz Ja-Hyeon Chu la podemos ver en la serie Las hermanas (Netflix, 2022), una versión de la novela de Louisa May Alcott Mujercitas (1872) escrita por Seo-kyeong Jeong, co-guionista de La doncella (Park Chan-wook, 2016) y Decision to leave (Park Chan-wook, 2022), el espléndido drama policial ganador en el Festival de Cannes. Aunque también es cierto que la ausencia de personajes femeninos destacados es una flaqueza habitual en los thrillers coreanos. Pero Narcosantos (Netflix, 2022) es lo suficientemente entretenida y lo suficientemente reflexiva como para ser una propuesta sobresaliente. 
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La lección
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Filmin, 20 de septiembreCreada por Deakla KeydarDirigida por Eitan ZurSi a una serie se la juzga por los premios obtenidos, esta producción israelí es la más relevante de 2022, después de haber sido galardonada en los dos festivales más prestigiosos dedicados a la producción audiovisual en formato de series. CannesSeries le otorgó en abril los premios a Mejor Serie y Mejor Interpretación (Maya Landsman), y unos meses después Berlín Series Festival le volvió a impulsar como Mejor Serie y Mejor Intérprete (Maya Landsman). De esta forma, La lección (Filmin, 2022) se consolida como un de los éxitos de la cadena pública israelí Kan 11 (כאן 11), refrendado durante su emisión en abierto por los altos índices de audiencia. Y efectivamente la propuesta creada por la guionista Deakla Keydar (1982, Israel) tiene los ingredientes de un drama generacional que colisiona con el conflicto árabe-israelí. Un ejercicio de clase en un instituto se convertirá en un acontecimiento nacional, cuando el profesor de ética Amir Halevi (Doron Ben-David) propone rebajar el castigo de su alumna de 17 años Lianne Zarhi (Maya Landsman) si presenta un tema interesante para debatir. Es entonces cuando ella aprovecha la ocasión para denunciar el acoso que sufren las mujeres israelíes en las piscinas públicas por parte de grupos de árabes que las insultan por no estar cubiertas. Cuando el profesor le pide una solución al problema, ella propone prohibir la entrada de los árabes a las piscinas, lo que provoca el primer conflicto: "Te he pedido que propongas una solución democrática", le dice Amir, creando una división entre los alumnos. Una referencia del profesor a las Fuerzas Armadas de Israel lleva a Lianne a difundir un video de la discusión en las redes sociales, lo que enciende la mecha del conflicto político. La cuestión que se debate es si un profesor de una escuela pública puede expresar sus opiniones personales y hasta qué punto es racista la opinión expresada por su alumna. Y lo que pone de manifiesto la serie es la profunda disgregación social de Israel dentro de una tensión constante entre árabes e israelíes, pero también una brecha generacional que muestra la tendencia hacia la derecha de una parte de la población más joven que solo conoce el conflicto árabe-israelí por las referencias históricas. Aunque no se anuncia como tal, la historia está claramente inspirada en un hecho real ocurrido en 2014, cuando el profesor de Pensamiento Judío Adam Verta fue denunciado por su alumna Sapir Sabah (ella acabaría formando parte del concurso Gran Hermano), por transmitir doctrinas izquierdistas en sus clases, negando el derecho de los israelíes a ocupar los territorios palestinos. Sapir Sabah escribió una carta al Ministro de Educación israelí que se filtró a la prensa, y el profesor se enfrentó a una audiencia disciplinaria que decidió su despido. La escalada del conflicto que se produce en la serie tiene paralelismos con la que vivió el maestro, con el que se solidarizaron muchos alumnos. Pero al mismo tiempo la historia escrita por Deakla Keydar reflexiona sobre la dificultad de detener un debate que se va haciendo cada vez más exacerbado y que desemboca en manifestaciones públicas en todos los sentidos. El apoyo que reciben tanto Amir como Lianna por parte de sectores que coinciden en sus planteamientos, es también la mecha que enciende una confrontación cada vez más violenta, en la que las redes sociales juegan un papel predominante. La serie se apoya en las interpretaciones de los dos protagonistas: Doron Ben-David, cuya imagen es más reconocible de otras exitosas series israelíes como Fauda (Netflix, 2015-2022), encarna a un profesor que tiene unas razones poderosas para estar en contra del reclutamiento de jóvenes israelíes en las Fuerzas Armadas, pero que también es incomprensiblemente obcecado en su constante respuesta a las provocaciones. Pero sobre todo Maya Landsman realiza una espléndida composición de un personaje que tiene solo 17 años (la actriz tiene 29), y que está absorbida por los conflictos internos en sus relaciones familiares y por el complejo de su propio cuerpo. Cuenta la guionista Deakla Keydar, que le sorprendió la respuesta de un joven árabe cuando presentó la serie en un instituto. "Fui a una escuela pública integradora para una presentación. Uno de los estudiantes de árabe me dijo: “Vaya, ¿cómo puede un profesor hablar así a los estudiantes? Eso es tan insultante, tan humillante”. Entonces le pregunté: “Eres un árabe en Israel. ¿Cómo es que no estás enojado con los estudiantes que gritan, 'Maten a los árabes'? Me dijo que estaban acostumbrados a escuchar esa frase, que era algo que escuchan todos los días". (Variety, 6/4/2022). Dirigida con pulso y tensión constante por Eitan Zur (1963, Israel), responsable del notable thriller Asylum City (Yes, 2018-2019), La lección utiliza una historia local para abordar conflictos latentes que enfrenta, no ya a árabes e israelíes, sino a la propia sociedad de Israel. 
Las series más destacadas de 2022: Agosto-Septiembre
Dahmer - Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer
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Netflix, 21 de septiembreCreada por Ian Brennan, Ryan MurphyDirigida por Carl Franklin, Clement Virgo ("The wire"), Jennifer Lynch, Paris Barclay ("The watcher"), Gregg ArakiEn el episodio Dios del perdón, Dios de la venganza (T1E10), Lionel Dahmer (Richard Jenkins) se queja del escaso éxito de ventas del libro que ha escrito sobre su hijo, A father's story (1994): "El libro no ha ido muy bien. Las críticas eran buenas, pero creo que mucha gente pensaba que quería explotar el dolor de las víctimas", le dice a Jeffrey durante una visita a la cárcel. Es una línea de diálogo significativa porque, de alguna forma, la serie se cuestiona a sí misma y anticipa la controversia que ha suscitado entre las familias de las víctimas del asesino en serie Jeffrey Dahmer (Evan Peters), que la acusan precisamente de explotar y resucitar su dolor. Es en los dos últimos episodios donde la historia se cuestiona pero al mismo tiempo también se justifica, a través de las innecesarias intervenciones de Glenda Cleveland (Nicey Nash), un personaje ficticio que está creado a partir de dos vecinas del asesino, que denunciaron continuamente los movimientos extraños que habían detectado: Glenda Cleveland, que en la vida real no vivía en un piso junto a Jeffrey Dahmer, sino en un edificio adyacente, y Pamela Bass, que sí era vecina del mismo piso que el asesino. Pero el personaje es utilizado por los guionistas para justificarse, expresando la maldad del protagonista a través de secuencias de dolor psicológico, incluso dedicándole el episodio Cassandra (T1E7), dirigido por Jennifer Lynch, que introduce la reflexión política a través de la presencia de Jesse Jackson (Nigel Gibbs). Posiblemente sea el aspecto más inestable de una serie que no se siente lo suficientemente segura de sí misma y que se cuestiona pero al mismo se justifica constantemente. Pero la propuesta de Ian Brennan y Ryan Murphy evidentemente explota el dolor de las víctimas, y muestra con fascinación, especialmente en los primeros episodios, el modus operandi de Jeffrey Dahmer. Lo que no supone necesariamente una crítica negativa desde el punto de vista narrativo, pero sí la perjudica para que pueda encontrar una centralidad en su propuesta. Dahmer es una serie que utiliza el morbo para introducir al espectador en un ambiente inquietante, sucio y deprimente que provoca desasosiego, a lo que contribuye la espléndida banda sonora de Nick Cave y Warren Ellis, que introduce elementos de distorsión. Incluso en los episodios finales se hace referencia a otro asesino en serie como John Wayne Gacy (Dominic Burgess), estableciendo un paralelismo con Jeffrey Dahmer y desembocando en una escena casi surrealista, en la que éste le pregunta al párroco de la cárcel por qué hay cada vez más asesinos en serie: "Algunos dicen que es por las nuevas autopistas", le responde el cura: "Puedes matar a alguien y desaparecer rápidamente. O quizás por la Segunda Guerra Mundial o Vietnam, porque los padres volvían traumatizados de la guerra. Estaban ausentes, eran abusadores y criaban hijos con problemas. O por un mayor acceso a la pornografía". El último éxito controvertido de Ryan Murphy, creador de franquicias que precisamente explotan el true crime sin remordimiento, reflexiona sobre su propia utilización del morbo en los últimos episodios, aunque no consigue del todo sus pretensiones. Resulta más efectiva cuando se centra en el protagonista, y establece, quizás de una forma demasiado repetitiva, las alarmas que desde la infancia podrían haber anticipado la creación de un monstruo. En este sentido, es mucho más interesante la aproximación que se hace en la película Mi amigo Dahmer (Marc Meyers, 2017), en torno a la  incapacidad de un joven Jeffrey Dahmer para adaptarse a la convivencia en un instituto. Y encuentra su mejor representación en el episodio Silenced (T1E6), dirigido por Paris Barclay, que comienza como si fuera un capítulo de Queer as folk (Filmin, 1999-2000) y poco a poco se convierte en una historia de terror. Curiosamente, es cuando adopta el punto de vista de una de las víctimas, el joven Tony Hughes (Rodney Burford), asesinado el 24 mayo de 1991, cuando la serie consigue sus mayores aciertos. Pero también hay una aproximación interesante al entorno familiar desestructurado que formaban Lionel Dahmer (Richard Jenkins), y su esposa Joyce Dahmer (Penelope Ann Miller), no tanto para encontrar justificaciones sino para establecer las bases sobre las que acabó creándose un monstruo. Esa ambigüedad entre el padre que introduce a su hijo en la fascinación por la muerte, y el que intenta encontrar el camino adecuado para que pueda adaptarse a la sociedad, entre el padre que abandona y el padre que protege, está perfectamente construida en fragilidad por el actor Richard Jenkins. Quizás Dahmer no es tan profunda en la psicología de sus personajes, permaneciendo en la superficie de la ineficiencia policial y el racismo que discriminaba a las víctimas negras, pero consigue una aproximación inquietante que no necesariamente glorifica al asesino. 
Las series más destacadas de 2022: Agosto-Septiembre
Funeral for a dog
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SkyShowtime, 21 de septiembreEscrita por Hanno Hackfort, Bob Konrad, Thomas PletzingerDirigida por Barbara Albert, David DietlA falta de mayor contenido de Paramount+ y Peacock, lo más interesante que ofrece hasta el momento la plataforma SkyShowtime, recién estrenada en los países nórdicos y de próxima llegada a España, son algunas de las series europeas producidas por Sky Atlantic. Y entre ellas destaca Funeral for a dog (SkyShowtime, 2022) estrenada en Alemania el pasado mes de marzo, que se distribuye a través de la nueva plataforma. La serie está basada en el exitoso libro de Thomas Pletzinger Funeral for a dog (2008), que cuenta la relación de un triángulo amoroso a lo largo de 15 años, a partir de las investigaciones de un periodista obsesionado con su historia. La novela está narrada desde distintas perspectivas y transcurre en diferentes países, por lo que su adaptación es compleja, pero los guionistas Hanno Hackfort y Bob Konrad, que recientemente estrenaron la serie Kleo (Netflix, 2022), con la participación del propio autor del libro, consiguen construir un complejo puzzle de fragmentos de las experiencias de sus protagonistas, sustituyendo los monólogos interiores por flashbacks que van desgranando los diferentes aspectos de su relación. La historia comienza cuando el periodista Daniel Mandelkern (Albrecht Schuch) viaja a la parte italiana del lago Orta para intentar conseguir una entrevista con el escritor Mark Svensson (Friedrich Mücke) autor de una novela en la que narra su relación con Félix Blaumeiser (Daniel Sträßer) y la joven finlandesa Tuuli Kovero (Alina Tomnikov), a la que conocieron cuando se encontraban en Colombia, y con la que comenzaron una relación amorosa a tres bandas que les llevó a varios países. Daniel tiene una especie de obsesión con Svensson, a quien admira y del que quiere descubrir más aspectos sobre su escritura, pero también está obsesionado con Tuuli y al mismo tiempo utiliza el viaje como huida de la relación que mantiene con la editora jefe de la revista en la que trabaja. Al mismo tiempo, se introduce un misterio sobre la muerte de Félix, aparentemente ahogado en el lago, pero cuyo cuerpo no ha sido encontrado. La serie se construye a partir de los relatos fragmentados de los 15 años de relación desde que se encontraron en Colombia, escenas que fueron rodadas en Cuba por lo que resulta extraño escuchar acentos cubanos como el del actor Luis Alberto García, hasta su convivencia en diferentes lugares. El título Funeral for a dog proviene de un personaje secundario pero esencial, la perra Lula, a la que debido a un disparo fortuito deben amputarle una pata, por lo que deciden llamarle a partir de entonces Lua. Y esta perra inseparable, representa con sus tres patas una metáfora sobre el propio triángulo amoroso que se nos cuenta. En el episodio Shitty City (T1E4) viajan a un pueblo remoto de Finlandia, donde vive la madre de Tuuli, pero también les vemos en Samuli (T1E5) pasando un tiempo en la ciudad de Nueva York, donde el ataque contra las Torres Gemelas en 2001 coincide con la crisis en la estabilidad que mantienen los tres, sobre todo a partir del embarazo de Tuuli, que dice no saber quién es el padre. El pasado y el presente se mezclan en una complicada estructura que sin embargo muestra con claridad el desarrollo de los personajes, y que va descubriendo secretos y mentiras que guardan cada uno de ellos, incluido el propio Daniel, que vive su propia crisis matrimonial mientras se involucra cada vez más en la historia de Mark y Tuuli, como si quisiera ser el círculo que falta tras la muerte de Félix de los anillos de Borromeo que se tatuaron los tres en sus brazos, un símbolo de la unión imperecedera. 

El equilibrio de la historia es aportado también por la dirección de Barbara Albert (1970, Austria), directora reconocida en festivales internacionales por películas como Nordrand (1999) y Falling (2006), ambas presentes en la Mostra de Venecia, y David Dietl (Los Angeles, 1979), que realizan cuatro episodios cada uno de ellos. Funeral for a dog es una serie de ritmo pausado que se detiene en los personajes y que va revelando aspectos emocionales, dejando en cada uno de los capítulos preguntas abiertas que se irán respondiendo en los siguientes. Hay un equilibrio delicado entre el romanticismo y el drama que habla sobre la perdurabilidad de la amistad y la amenaza de los celos incluso en una relación abierta de sentimientos compartidos. A veces la propia serie se acerca a la estructura de la novela: una escena importante es la presentación del libro de Mark Svensson, que en un episodio vemos desde el punto de vista de Daniel, quien asistió como periodista, y en otro posterior desde la perspectiva de Svensson, que presentaba su libro, lo que descubre para al espectador un aspecto desconocido hasta ese momento. Lo mismo ocurre con la propia muerte de Felix, cuyo relato está lleno de versiones diferentes cuya realidad se irá reconstruyendo a partir del punto de vista de diferentes personajes. Se trata por tanto de una serie rica en reflexiones sobre las relaciones humanas con una estructura de puzzle que reconstruye un conjunto fascinante. 
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Prisma
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Prime Video, 21 de septiembreCreada por Ludovico Bessegato, Alice Urciuolo, Giulio CalvaniDirigida por Ludovico Bessegato

Si en España Estíbaliz Burgaleta, la creadora de SKAM España (Movistar+, 2018-2020) ha estrenado recientemente otra historia de adolescentes, Tú no eres especial (Netflix, 2022), desde Italia nos llega Prisma (Prime Video, 2022-), desarrollada por Ludovico Bessegato (1983), creador de SKAM Italia (TimVision/Netflix, 2018-), que este año sorprendió con el estreno en Netflix de una quinta temporada, desmarcándose de la serie noruega original, SKAM (NRK, 2015-2017) o de la propia versión española, que solo llegaron a las cuatro temporadas. Acompañado por algunos de los guionistas que han trabajado con él en los últimos años, como Alice Urciuolo y Giulio Calvani, también abordan la realidad juvenil en una historia que tiene como protagonistas a un grupo de jóvenes estudiantes y las relaciones entre ellos, muchas veces marcadas por los secretos y las traiciones, pero también por el compañerismo y la amistad. Los protagonistas principales son dos hermanos gemelos, Andrea y Marco, ambos interpretados por el debutante Mattia Carrano, que hace un trabajo extraordinario en la representación de dos personajes que son idénticos físicamente pero tienen personalidades muy diferentes. Por un lado, Andrea es más extrovertido y se dedica a trapichear con la venta de drogas para ahorrar dinero con el que poder escapar de un pueblo que le resulta asfixiante. Sobre todo porque no se siente seguro para expresar su feminidad y porque poco a poco acaba metiéndose en un lío cuando se hace pasar por una chica en un chat y se intercambia mensajes con Daniele (Lorenzo Zurzolo), un compañero de clase algo macarra por el que se siente secretamente atraído. Por su parte, Marco es mucho más retraído y en cierta manera se siente seguro bajo la protección de su hermano, pasa buena parte del tiempo en la piscina donde practica natación y no es capaz de mostrar sus sentimientos por Carola (Chiara Bordi), mientras que Nina (Caterina Forza) acaba de descubrir que siente atracción por las chicas. Aunque este juego de roles sentimentales puede parecer más o menos convencional, la fuerza de la serie radica en el desarrollo de los personajes, siendo capaz de construir la personalidad de todos ellos en secuencias que tienen a veces una mirada poética y se siente cómoda en la elaboración de casualidades que alimentan la apetencia por exprimir la vida que tienen los protagonistas, como cuando Andrea corre para tomar un autobús en el episodio Bianco (T1E8) (cada título está dedicado a un color) mientras suena la clásica canción italiana "Lontano, lontano" (1966) del cantautor genovés Luigi Tenco. Lo más atractivo de Prisma, que se proyectó fuera de concurso en el Festival de Locarno, es que reflexiona con habilidad en torno a la búsqueda de una identidad propia, pero en el sentido más amplio de la palabra, sin utilizar la habitual tendencia a establecer categorías sexuales para sus personajes. Es por tanto una propuesta pansexual en la que los jóvenes no se definen a sí mismos como heterosexuales, homosexuales o bisexuales, sino que su viaje emocional no tiene nada que ver con la representación binaria que suelen presentar la mayor parte de las producciones, incluso aquellas que intentan abordar la identidad con cierta amplitud, como Sex education (Netflix, 2019-). Así es interesante, por ejemplo, el momento en el que Daniele y los otros dos componentes de su grupo de música trap, que representan esa masculinidad heterosexual típicamente italiana, a veces incluso macarra y agresiva, están hablando sobre las relaciones que han tenido y uno de ellos menciona sin darle importancia que la vez que disfrutó más de un beso fue cuando se lo dio un amigo. No solo es la construcción de unas tramas que son atractivas y que consiguen elaborar cliffhangers de suspense al final de cada episodio, una técnica bien aprendida del estilo de la serie noruega SKAM, lo que proporciona un interés especial a Prisma, sino su visión no delimitada de las relaciones personales, lo cual estimula una mayor complejidad en la construcción de sus personajes. Lo cual no quiere decir que no existan barreras, como la que se autoimpone Andrea respecto a su sentimiento de feminidad, que solo puede expresar cuando se escapa con Nina a una fiesta LGTB en Roma, y donde puede maquillarse y vestirse como realmente necesita para exponer su identidad. Es un espacio pocas veces mostrado en las producciones audiovisuales, en las que los personajes se sienten atraídos por personas de su mismo sexo o del sexo contrario, pero casi nunca se encuentran en un término medio. Esto hace que Prisma sea una historia diferente, que representa mejor que ninguna otra ese signo de inclusión, que pretende aglutinar a todo tipo de identidades, que representa el "+" en las siglas LGBTI+. Y eso, viniendo de una Italia donde acaba de subir al poder una extrema derecha que recupera el significado heteropatriarcal de la familia, es particularmente interesante.

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Mañanas de septiembre (Temp. 2) ****Prime Video, 23 de septiembreCreada por Josefina TrottaDirigida por Luis Pinheiro, Dainara Toffoli
Uno de los estrenos más interesantes del año pasado fue la serie brasileña Mañanas de septiembre (Prime Video, 2021-), que ya destacamos en nuestras recomendaciones. La segunda temporada retoma la historia donde concluyó, con Cassandra (Liniker), Leide (Karine Telles) y el hijo de ambas, Gersinho (Gustavo Coelho) realizando un viaje por carretera hacia Curitiba. Pero el trayecto se interrumpe cuando el coche deja de funcionar a mitad de camino, en el Estado de Paraná, donde Cassandra se crió y donde nunca quiso volver, viéndose obligada a pedir ayuda a su padre Lourenço (Seu Jorge), con el que rompió el contacto hace años porque él nunca aceptó su identidad sexual. Este comienzo es importante porque no solo nos introduce en el entorno familiar desestructurado de la protagonista, sino que también establece para Gersinho la conexión con otra parte de la familia. Pero también refleja una de las características que diferencia esta segunda temporada respecto a la primera, en referencia a la no aceptación de la transexualidad de Cassandra. Esta agresión puede ser pasiva, y en cierta manera inconsciente, cuando su padre sigue refiriéndose a ella con su nombre masculino, o más activa como en uno de los flashbacks en los que se muestran los insultos que sufrió Cassandra cuando era joven, y de los que fue defendida en alguna ocasión por Leide, lo que establece otro nivel de comprensión de la relación entre ambas que acabó desembocando en el nacimiento de Gersinho. Si la primera temporada exploraba el punto de vista de una maternidad no querida por Cassandra, la segunda temporada ofrece la perspectiva del personaje como hija, cargada de reproches; pero también se centra más en la mirada de Gersinho, quien desde su inocencia, no establece las barreras de comunicación que construyen los adultos. 
Mañanas de septiembre es una serie creada por la guionista argentina afincada en Sao Paulo Josefina Trotta, responsable del guión de las películas Me nome é Bagdá (Caru Alves de Souza, 2020) y Biônicos (Alonso Poyart, 2022) y de la serie recientemente estrenada Eleita (Prime Video, 2022-). Pero la mesa de guionistas también incorpora el talento de la escritora Alice Marcone, que aporta credibilidad a la experiencia como mujer transexual de la protagonista, y Marcelo Montenegro, que aporta su experiencia como guionista de series como Descolados (MTv, 2009) y 3% (Netflix, 2019) y como un reconocido poeta brasileño. La serie está dirigida principalmente por Luis Pinheiro, que ha realizado comedias como Mulheres alteradas (2018) y este año ha estrenado su último largometraje, Vale night (2022), aunque algunos episodios están dirigidos por Dainara Toffoli. A pesar de que Brasil está clasificado como el país del mundo con mayor tasa de asesinatos de personas trans, la serie no aborda directamente la violencia explícita, pero sí la agresividad implícita, como cuando los amigos de Ivaldo (Thomas Aquino) bromean sobre su relación con una mujer transexual. Cassandra sin embargo nunca ha querido comprometerse, ni siquiera cuando su pareja decide dejar a su esposa para formalizar su relación con ella. Pero la segunda temporada parece introducir un sentimiento más frustrante sobre la normalización de la identidad sexual, quizás influida por la etapa de extremismo ideológico impuesta por el presidente Jair Bolsonaro (aunque según los resultados de la primera vuelta en las recientes elecciones presidenciales, una parte importante del país se siente cómoda con la extrema derecha). Cassandra tiene sus propios problemas para mantener su estabilidad económica, especialmente cuando debe sustituir su motocicleta por una bicicleta para repartir comida a domicilio, y continúa tratando de comprender cuál es su papel de madre para Gersinho cuando ella misma no ha conocido una relación familiar convencional, mientras la idealización hacia su madre se siente menos segura después de un descubrimiento personal.
La serie también tiene una relevancia para los amantes de la música brasileña. El propio Luis Pinheiro la describía en un encuentro entre parte del equipo de guionistas como una "melodramedia realista poética musical" (O2Cast, 28/9/2022), que tiene como elemento de referencia a la cantante Vanusa, para la que Mañanas de septiembre, que toma el título de su popular canción "Manhãs de setembro" que se incluía en su álbum Vanusa (1973, WEA International), se convierte en un homenaje especial. La voz de Vanusa, interpretada por la actriz Elisa Lucinda, acompaña a Cassandra como una especie de conciencia que la aconseja pero al mismo tiempo la hace tomar decisiones a veces equivocadas. Pero también sus canciones se convierten en un reflejo de la propia Cassandra, que en esta temporada se revela a través de la letra de esa hermosa canción reivindicativa que es "Mudanças", de su álbum Viva Vanusa (1979, RCA): "Hoy voy a cambiar / dejar de ser una niña / para ser mujer. Porque soy una mujer / como cualquiera otra / con dudas y soluciones / con errores y aciertos / con amor y desamor". Y que en la versión interpretada por Liniker en la serie, es también la reivindicación de la identidad que siempre ha representado y que ha desembocado en la publicación de su primer álbum musical, Indigo Borboleta Anil (2021, Liniker), con la colaboración de Milton Nascimento. Mañanas de septiembre se consolida en esta segunda temporada como una serie que ama a sus personajes, y que encuentra el equilibrio entre cierta melancolía y un sentimiento profundo de exploración de la realidad social brasileña.
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Rehenes
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HBO Max, 28 de septiembreCreada por Maro Chermayeff, Jeff DupreDirigida por Maro Chermayeff, Abbas Motlagh, Sam Pollard, Joshua Bennett, Jeff Dupre
Mientras asistimos cada día a la revolución ciudadana que ha provocado la muerte de la joven iraní Masha Amini, es interesante el estreno de una serie como ésta que aborda la crisis de los rehenes de la Embajada de los Estados Unidos que comenzó en 1979 y terminó en 1981, porque sienta las bases de lo que Irán es en la actualidad. Rehenes (HBO Max, 2022) es una magnífica serie documental que profundiza y contextualiza la crisis diplomática para elaborar una disección clara y profunda sobre las relaciones entre los gobiernos de Estados Unidos y las dictaduras que se han sucedido en el país. Pero la serie no es únicamente interesante porque de alguna forma conecta con la actualidad, sino porque se trata de un trabajo de investigación muy sólido que aporta diferentes puntos de vista, desde entrevistas con algunos de los secuestradores como Ebrahim Asgharzadeh, uno de sus ideólogos, o Mohammad Naeemipour, hasta políticos de Estados Unidos e Irán o los propios secuestrados. Con una estructura clara en cuatro episodios de una hora de duración cada uno, la serie comienza en The peacock throne (T1E1) realizando una contextualización previa de los acontecimientos, con un Sha de Irán, Mohammad Reza Pahlevi, occidentalista y cercano a los Estados Unidos en los que realizaba inversiones millonarias. Y aunque hubo un cierto aperturismo en la sociedad iraní respecto a las mujeres, por ejemplo, también había una mano férrea en la represión de los opositores y un estado de alerta constante que iba haciendo crecer una desafección cada vez mayor. Uno de los entrevistados afirma que, de hecho, la llamada Operación Ajax fue el primer golpe de estado internacional en el que participó la CIA, que permitió en 1953 la llegada al poder del Sha. Aunque el analista político y consultor de la CIA Robert Jarvis comenta: "No creo que entendiéramos el grado en que los iraníes nos culpaban por 1953. Es un gran debate: ¿qué importancia tuvo EE.UU. en el golpe de estado? Creo que significante, pero no crucial. Pero lo importante es que los iraníes creían que fue crucial". 
En el segundo episodio, Den of spies (T1E2), se aborda la progresiva influencia de Ruhollah Jomeiní, exiliado en Francia, y la revolución ciudadana que acabaría con la fuga del Sha. La crisis de la Embajada de Estados Unidos comenzó como un acto de rebeldía de un grupo de estudiantes contra la complicidad de Norteamérica en la represión del Sha. Como afirma la corresponsal de Newsweek en aquellas fechas, Elaine Sciolino, "la embajada era el símbolo de décadas de imperialismo en el mismo centro de Teherán". La toma de la embajada quiso ser una muestra de fuerza para retener durante dos días a los diplomáticos que quedaban en ella, y se convirtió en un secuestro que duró 444 días, provocó un cambio de gobierno en Irán e influyó en las elecciones de Estados Unidos. La principal portavoz de los secuestradores fue la joven Massoumeh Ebtekar, que se había educado precisamente en Norteamérica y que con tan solo 19 años asumió la responsabilidad de justificar el secuestro. Es también una de las pocas secuestradoras, recordada por las víctimas como una de las más extremistas, que se ha mantenido cerca de los regímenes conservadores posteriores, llegando a ser Vicepresidenta de Familia y Mujer entre 2017 y 2021. 
Los dos primeros episodios están codirigidos por Sam Pollard, director de espléndidos documentales como Mr. Soul! (2018) y Martin Luther King y el FBI (2020), junto al realizador iraní Abbas Motlagh y la neoyorquina Maro Chermayeff, fundadora de la productora Show of Force, lo que permite un equilibrio entre los puntos de vista, mientras que en los dos últimos participan Joshua Bennett y John Dupre. En estos se hace referencia a la tormenta política que provocó el secuestro de los diplomáticos, ahora convertido en un arma política por el Ayatollah Jomeiní, y con un presidente Jimmy Carter presionado para tomar la decisión de acoger en el país a un Sha enfermo de cáncer. Lo que acabó siendo una de las peores decisiones de su carrera política, porque empeoró la situación y alargó la exigencia del gobierno iraní de que el antiguo dictador fuera entregado a Irán a cambio de liberar a los diplomáticos secuestrados. Rehenes hace un buen trabajo a la hora de narrar los entresijos políticos y la influencia que esta acción tuvo en la contienda electoral, especialmente durante las elecciones presidenciales en las que se enfrentaban la continuidad de Jimmy Carter y la llegada al poder de Ronald Reagan en 1981. Y se apunta que, mientras Jimmy Carter trataba de negociar una liberación antes de las votaciones, Reagan/Bush podrían haber negociado en secreto que los secuestrados siguieran retenidos hasta después de las elecciones. John Ghazvinian, historiador de la Universidad de Pensilvania, comenta que: "Parece bastante descabellado que la administración de Reagan prometiera que vendería armas a Irán a cambio de retener a los secuestrados. Pero a mediados de los ochenta de repente surge el escándalo Irán-Contra sobre la venta clandestina de armamento a Irán desde los Estados Unidos". 
La serie expone con claridad los acontecimientos, sus antecedentes y sus consecuencias. El episodio The transaction (T1E4) comienza con el videoclip de la canción "O Superman" (1981) que la artista Laurie Anderson escribió "como respuesta al desastroso intento de rescate de los rehenes en Irán". Un intento fallido que acabó con un helicóptero accidentado y la muerte de varios soldados norteamericanos. "Se iba a utilizar una gran tecnología para salvarlos y en cambio nos estrellamos en el desierto", afirma Laurie Anderson. "Fue increíblemente humillante y desastroso". En este sentido, el documental equilibra adecuadamente la alta política con su influencia en los ciudadanos, también en Irán. La periodista Sheherezade Faramarzi afirma que: "Muchos de los jóvenes iraníes están muy enojados con mi generación. Dicen: 'Los secuestradores no son héroes en absoluto'. Nos suelen decir: 'Vosotros sois los responsables de nuestros problemas'".  La revolución acabó desembocando en la represión y el aislamiento cada vez mayor de un país que ahora se enfrenta nuevamente a una crisis social profunda. Y espléndidos documentales como Rehenes (HBO Max, 2022) contribuyen a entender cuál ha sido la evolución de un país tan estratégico desde el punto de vista internacional y tan sometido a las constantes luchas internas. 
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Apagón
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Movistar+, 29 de septiembreCreada por Fran AraújoDirigida por Rodrigo Sorogoyen, Raúl Arévalo, Isa Campo, Alberto Rodríguez, Isaki LacuestaLa apuesta más ambiciosa de Movistar+ para este año toma como inspiración el podcast El gran apagón (Podium Podcast, 2016-2018), pero en realidad podría haberse producido como una serie autónoma, ya que solo coincide el origen del apagón en una tormenta solar, imaginando cinco historias nuevas que no adaptan ninguna de las tramas de las tres temporadas del podcast y que evita la tendencia a construir un thriller a partir de la posibilidad de un apagón global, como ocurre habitualmente. La idea principal es la de crear situaciones realistas que muestran con verosimilitud las consecuencias de un corte general de energía, apoyándose en las diferentes fases de adaptación al fenómeno, lo que la acerca más a planteamientos como el de la producción francesa El colapso (Canal+, 2019). En el primer episodio, Negación (T1E1), hay un estilo visual que ya es característico en las historias que hemos visto en Rodrigo Sorogoyen, en este caso situada en la Dirección General de Emergencias y Protección Civil cuando llegan noticias preocupantes sobre una tormenta solar que podría afectar a España. Prácticamente la acción no sale de las oficinas de Protección Civil, y las reuniones en los despachos, las decisiones rápidas y el suspense tienen cierto paralelismo con la maquinaria política que describieron en El reino (Rodrigo Sorogoyen, 2018). En este sentido, director y guionista juegan sobre terreno conocido, pero el crescendo está milimetrado, apoyado por una banda sonora presente a veces de forma muy solapada de su habitual colaborador Olivier Arson. En Emergencia (T1E2), escrita y dirigida por Raúl Arévalo, la atención se centra en el funcionamiento de un hospital semanas después del apagón. Es el episodio de la aceptación de una situación que ya no se presenta como excepcional sino que tiene visos de durar varios meses, y no se puede evitar pensar en las imágenes que se pudieron ver a través de los informativos durante la pandemia del coronavirus, con los centros sanitarios colapsados y una evidente falta de suministros básicos, aunque no hay una referencia directa. El guión co-escrito junto a Fran Araújo y Alberto Marini, aborda también el incremento de las actitudes racistas y los desequilibrios sociales, aunque es demasiado obvia la representación de una mejor adaptación de los habitantes de barrios marginales para los que sufrir apagones es la realidad cotidiana. 

Se puede decir que la idea principal de la serie hace referencia a la transformación de los estamentos sociales a causa de un hecho que afecta a todos por igual. La diferencia de clases no la establece ya el poder y el dinero, que pierden su valor, sino la capacidad de supervivencia. Es una idea interesante pero que acaba resultando repetitiva, y en algunos casos demasiado discursiva. Hubiera sido más valioso explorar diferentes reflexiones en vez de contar cinco historias que básicamente plantean la misma idea. En el tercer episodio, Confrontación(T1E3), han pasado unos cuatro meses tras el apagón y se utiliza el contraste de una comunidad organizada en un barrio residencial de alto poder adquisitivo cuyos lujos sirven de poco en una sociedad que se basa en la supervivencia. La comunidad necesita ser excluyente para mantener su cohesión, lo que se pone de manifiesto cuando un grupo de jóvenes sin familia hace su aparición. Es una propuesta interesante escrita y dirigida por Isa Campo, aunque predecible en su desarrollo, contada desde un punto de vista principalmente femenino, sobre las formas de organización de una comunidad de vecinos que han perdido sus privilegios y la insolidaridad que provoca la necesidad de sobrevivir. Estos temas también están presentes enSupervivencia(T1E4), escrito por Rafael Cobos y dirigido por Alberto Rodríguez. La historia del pastor Cortelazor (Jesús Carroza), rodada en la sierra de Segovia, quien trata de proteger a su rebaño de cabras cuando un grupo de personas pretende que las comparta con ellos, muestra también el conflicto humano entre quienes necesitan adaptarse a una situación nueva y quien lleva sobreviviendo desde hace años. En su construcción como un thriller de montaña recuerda a una de las películas clásicas del cine español, La caza(Carlos Saura, 1966). 

En el episodio final, Equilibrio (T1E5), Isaki Lacuesta dirige un guión de Fran Araújo e Isa Campo que vuelve al concepto de comunidad, pero en esta ocasión con un elemento de solidaridad. La historia regresa al día en el que se ha producido el apagón, apoyándose en la protagonista Alicia (María Vázquez), quien trata de recuperar el huerto que había dejado abandonado como una forma de abordar un nuevo comienzo. El apagón se convierte en una manera drástica de romper con la insatisfacción de su vida anterior, lo que establece una mirada esperanzadora sobre el reinicio. La convivencia con los inmigrantes que trabajaban en la cosecha expone las vicisitudes de su migración, pero lo hace en una secuencia que resulta tópica e incluso pueril en su exposición. Y de alguna forma este episodio contiene la principal flaqueza de una serie que resulta innecesariamente discursiva, pero que en la individualidad de sus historias encuentra momentos de brillantez que otorgan al conjunto una gran solidez. 

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Industry (Temp. 2)
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HBO Max, 30 de septiembreCreada por Mickey Down, Konrad KayDirigida por Birgitte Stærmose, Isabella Eklöf, Caleb FemiCuando estrenó su primera temporada, Industry (BBC/HBO 2020-) no llamó especialmente la atención entre las producciones de HBO Max, pero consiguió el respaldo de la plataforma para continuar su incursión en el mundo de las finanzas en Londres. Y en cierta manera se podría decir que la serie refleja en su segunda temporada de qué forma ha cambiado la sociedad pre-pandémica a la post-pandémica, sin ser una historia que aborde directamente el tema, que se introducía de forma sesgada en el final de la primera temporada y tiene más protagonismo en la segunda. Lo que ofrecían los creadores Mickey Down y Konrad Kay en su primera serie original, después de escribir algunos guiones para Hoff the record (Dave, 2015), era convertir en protagonistas a un grupo de villanos y aspirantes a villanos del mundo financiero, enfrentándolos a una burbuja cruel y al mismo tiempo enfrentándose entre ellos mismos para conseguir acceder a los puestos de poder. Los aspirantes a ser admitidos en Pierpoint & Co., una empresa de servicios financieros, se reflejan en sus mentores, especialmente en el caso de Harper (Myha'la Herrold), una joven norteamericana de familia inmigrante que ha manipulado sus calificaciones académicas para poder acceder a una pasantía en la empresa, y Eric (Ken Leung) un veterano despiadado que ejerce el abuso entre sus empleados, pero que tiene una especial empatía por Harper. Prácticamente todos los protagonistas excepto ella provienen de familias poderosas que les han permitido ser unos privilegiados: Yasmin (Marisa Abela), Robert (Harry Lawtey) y Gus (David Jonsson) son compañeros pero también rivales, lo que permite a los guionistas desarrollar victorias y fracasos a partes iguales para cada uno de ellos. Los protagonistas parecen versiones juveniles de los adolescentes a veces desagradables que protagonizaban la clásica comedia inglesa Skins (Netflix, 2007-2013), en una etapa de crecimiento que los lleva a una madurez que se quiere reflejar en la manipulación de Eric o en el abuso sexual que ejerce la ejecutiva Nicole Craig (Sarah Parish) entre sus empleados. La primera temporada de Industry (BBC/HBO, 2020-) se encontraba todavía por definir, según han reconocido sus propios creadores, y resultaba demasiado enrevesada en su dialéctica financiera y demasiado dependiente de su mezcla entre los entresijos de las altas finanzas de Succession (HBO, 2018-) y las aventuras sexuales juveniles de Euphoria (HBO, 2019-), como queriendo aglutinar los elementos más destacados de las dos series más exitosas de la productora. Una deuda que es asumida en esta segunda temporada con humor cuando al comienzo del episodio Lone wolf and Club (T2E7), Eric le dice a Rishi (Sagar Radia): "¿Hay alguna razón en particular por la que vengas disfrazado de Kendall Roy?". Lo que juega a favor de los dos jóvenes guionistas como un reconocimiento irónico de las flaquezas que se habían detectado en la serie. Porque consiguen eliminar en esta segunda temporada algunos de los problemas que tenía en primer lugar sacando a los personajes fuera de las oficinas de Pierpoint y por otro lado simplificando el lenguaje financiero (en esta ocasión contaron con un asesor externo). Aún así, hay algunos episodios, particularmente The fool (T2E3) que se desarrolla en un evento de inversores, que parecen una referencia formal a las habituales reuniones de la familia Roy, pero al mismo tiempo utiliza con astucia las negociaciones financieras que han convertido a la industria de la sanidad privada en un negocio esencial tras la pandemia. Mickey Down y Konrad Kay usan la post-pandemia con inteligencia, introduciendo como uno de los personajes principales de la temporada a Jesse Bloom (Jay Duplass) un inversor que se hizo rico comprando un segmento de seguros antes de que estallara la pandemia, al que en los circuitos financieros llaman "Mr. Covid" por su capacidad para predecir el desastre sanitario, y que funciona como eje de las maquinaciones de Harper a lo largo de la temporada. Pero su mayor acierto es el de ejecutar un trasfondo familiar en los personajes principales a través de las complicadas relaciones de Yasmine con su padre, Harper con su hermano y Robert con su padre, lo que funciona como construcción formal de los protagonistas, que no busca tanto justificar sus acciones como moldear sus personalidades. En uno de los mejores episodios de la temporada, There are some women... (T1E4), dirigido por la realizadora sueca Isabella Eklöf, guionista de la interesante película Border (Ali Abbasi, 2018) y directora de Holiday (2018), se muestran las debilidades de Eric, que también tienen relación con su papel como miembro principal de su familia. Industry ha sabido crecer desde ciertos desequilibrios y flaquezas hasta una mayor solidez en la segunda temporada, y a veces toma caminos arriesgados como el desenlace, lo que la convierte en una de las propuestas más interesantes de HBO en estos momentos.

______________________________________Dónde están disponibles las películas mencionadas: 

Decision to leave se estrena en cines el 20 de enero de 2023. 
Hotel Transilvania y Perdidos en el Ártico se pueden ver en Netflix. La edad de hieloTras el corazón verde y Cruella se pueden ver en Disney+. Palm SpringsSid y NancyCiudad sin ley y Holiday se pueden ver en Filmin. Katrina babiesElvis,Mike Tyson: Undisputed truthEl oficial y el espía se pueden ver en HBO Max.12 años de esclavitud se puede ver en Filmin y Prime Video. Sid y Nancy se puede ver en Filmin. Ricardo III se puede ver en Acontra+ y Filmin. Otra ronda y Martin Luther King y el FBI se pueden ver en Movistar+. A la deriva, Mi amigo DahmerEl reino yBorderse pueden ver en Prime Video. Yo, Tonya se puede ver en HBO Max y Movistar+. Posdata: Te quiero se puede ver en Pluto TV y Prime Video.La muerte de Stalin se puede ver en Filmin, HBO Max, Movistar+ y Prime Video. La doncella se puede ver en Movistar+ y RTVE play. El colapso se puede ver en Disney+, Filmin y RTVE Play. La caza se puede ver en FlixOlé. 

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