Siempre me ha gustado el cine, las series. Pero desde que tuve a los niños, especialmente desde que nació el pequeño, se han convertido en una auténtica válvula de escape para mi.
Por desgracia, la pérdida de concentración que he sufrido y las constantes interrupciones han acabado con mi capacidad para leer una novela. Me ocurre a menudo que leo tres veces la misma página sin haberme enterado porque dejo volar mis pensamientos mientras estoy con el libro en las manos. O que me pierdo y tras varias interrupciones ya no soy capaz de seguir. O que el libro está tan interesante que sufro porque no puedo retomar la lectura tantas veces como quisiera. Así que hace años que apenas leo nada de adultos. Eso sí, leemos mucha literatura infantil, que no es poco, y, aunque de otra manera, lo disfruto igual.
Las series tienen varias cosas buenas. En primer lugar, que son breves: 41 minutos, que es lo que duran la mayoría, es un espacio de tiempo que me puedo permitir, que incluso me permite ver varios capítulos cada noche. Si se despierta algún niño, doy a la pausa y luego sigo. Si la cosa se pone fea, incluso puedo verla en el móvil ¡anda que no he visto series mientras daba la tetilla a Bebé en su cama! Y como me meto mucho en la historia, durante esos minutos no pienso en nada, absolutamente en nada. ¡Eso es un lujo para mi!
A menudo son, además, una forma de compartir ocio con el padre de las criaturas. Muchas noches estamos tan agotados del día que no nos quedan ganas ni de hablar. Con una serie podemos acurrucarnos en el sofá y compartir el final del día sin tener que pensar en nada más.
Es posible que no vaya a ser muy original, pero os tengo que recomendar tres series que me han encantado:
- Perdidos
Sí, ya os decía que mi selección no va a ser muy original, pero es que ¡creo que es una serie que hay que ver al menos una vez en la vida! Me enganché cuando estaba embarazada de Mayor. Puedo decir completamente en serio que me quitó de muchas horas de comerme la cabeza. Fue un auténtico bálsamo para mi. Además, cuando me enganché la serie estaba ya casi acabando así que pude verla prácticamente del tirón, lo que me facilitó mucho seguirla bien, ya que es una serie muy intensa y algo complicada.
- The Good Wife
Sin ser una experta, me atrevo a decir que es la mejor serie de todos los tiempos. Mi nivel de enganche ha sido brutal. En algo más de un mes y medio me he tragado las seis temporadas enteras y ahora ya no me queda más remedio que ir semana a semana con la séptima temporada. He estado viendo 4-5 capítulos todas las noches.
Me parece una serie absolutamente perfecta. Su protagonista, Alicia, tiene que empezar de cero cuando su marido, el fiscal del condado de Cook (Chicago) se ve envuelto en una trama de prostitución y corrupción y acaba en la cárcel.
Es una serie de abogados con “The Good Wife” como protagonista pero que mezcla muchas tramas, con unos personajes profundísimos que van evolucionando con el paso de los años. El toque justo de drama, amor, intrigas políticas, tensión sexual, dilemas éticos y una estética impecable. Cuando termine la serie me va a dejar un vacío tremendo.
- New Girl
Su protagonista es una chica alocada e ingenua que comienza a vivir con tres chicos tras romper con su novio. Ella es todo un personaje pero los otros tres… ¡vaya grupo que forman!
Si sólo buscas risas, si además necesitas capítulos muy cortitos (apenas 20 minutos), es la serie perfecta. Aunque creo que decae un poco conforme van pasando las temporadas, os aseguro que con las dos primeras no me había reído más en toda mi vida. Si tienes un mal día es toda una terapia.
Acabo de empezar Masters of Sex y me está gustando mucho. Narra la historia de William Masters, un prestigioso médico especializado en fertilidad que está decidido a estudiar la sexualidad humana. Con ciertas licencias, parece que está basada en hechos reales, ya que éste médico y su ayudante sentaron las bases de la revolución sexual que se inició en la década de los 60.
¿Y vosotras, compartís mi enganche a las series? ¿Me recomendáis vuestras series favoritas?