Revista En Femenino

Las superwomans (III)

Publicado el 24 junio 2013 por Romanas

Las superwomans (III) Decíamos ayer que una jueza de Gavá que seguramente como esas otras 2 que prácticamente han echado fuera de su profesión a un tío que fue  número uno en las oposiciones a judicatura con las que ingresó en la carrera judicial, o esa otra tal jueza Alaya que está metiendo a media Sevilla en la cárcel por haberse los jodidos mangantes del Psoe alzado con el santo y la limosna en materia de las pensiones andaluzas, decíamos ayer, coño, y seguimos diciendo ahora que la justicia es una arma cargada de futuro.  Porque el futuro, mis queridos señores, es ya presente, el PP se ha hecho, al fin, bajo la exquisita batuta del hombre que ha conseguido ocupar ese cargo que lució el inefable Fraga con mucho orgullo en su amplia solapa, la embajada de nuestro país en Londres, al lograr la mayoría absoluta y la presidencia en el que es, sin duda, el más importante de los órganos que el 2º gallego más ilustre creó, el más supremo de todos los supremos tribunales en la nación cuyos órganos jurisdiccionales han sido más veces reconocidos como los mejores del mundo, por mor del de la Inquisición.  Si el Derecho es el quicio sobre el que gira la puerta del Estado, todo éste es ya propiedad del PP. Y esto hay que admitirlo con la mayor de las gentilezas porque lo ha conseguido civilizadamente, esta vez, no como aquellas otras en las que lo hizo con la fuerza de las armas.  Lo que no es admisible es el encarnizamiento con el que la juez Alaya persigue a muerte a todos esos delincuentes del Psoe mientras sus compañeros de judicatura y fiscalía, los fiscales son los mejores números de las promociones de jueces, hacen de abogados defensores del Sr. Blesa, que el solito se pulió, si son ciertas las cifras de lo que se han tenido que poner para solventar su pufo en Cajamadrid,  23.000 millones de euros, que, por mucho que gran parte de ellos se lo haya llevado el Real Madrid para “alante”, son el mayor daño que nunca nadie haya hecho individualmente a la economía española, por lo que el ahora famoso juez Elpidio debería de haber sido objeto de la erección de un monumento.  Todas estas mujeres son superwomans no por conocer de asuntos de gran importancia o significación sino por su modo de hacerlo.  La de Gavá, conociendo lo que Messi significa o representa para todos nosotros, los barcelonistas, para los que es mucho más que un crack, incluso yo me atrevería a decir que un dios, porque nos hace más felices que a cualesquiera otros sus religiones, podía haber llamado a Messi y familia a declarar privadamente, ahorrándole lo que se ha dado en llamar pena de paseíllo, por similar a la que dicen que se impone a los que se les abre el juicio oral penal y se tienen que sentar en el banquillo de los acusados, pero, claro, eso hubiera supuesto todo lo contrario de lo que se pretendía, el escarnio del ídolo de los cientos de millones de fans del Barça, del equipo que le ha arrebatado limpiamente al Madrid la corona de mejor club de fútbol del mundo.  En cuando a las dos miembras, ya sé que suena mal pero también que así les gusta más a ellas que las llamen, de la Sala de la Audiencia que ha ridiculizado al juez en el que concurren ni más ni menos que las siguientes circunstancias: una, ser premio extraordinario de la licenciatura de Derecho, casi “ná”, número uno en la oposición de ingreso a la carrera judicial, más casi “na” aún, y el tío con los cojones suficientes, incluso algunos dicen que está loco por ello, para atreverse a empurar ni más ni menos que al compañero de pupitre de Aznar, otro, porque el tío ha tenido muchos compañeros de tal clase, en la preparación de la oposición a inspectores de Hacienda y no sólo  eso sino que también las sacaron juntos y fue codestinado con él a una ciudad del Norte, de cuyo nombre no me acuerdo, en la que incluso alquilaron piso en el mismo edificio y en la misma planta, circunstancias casuales que el genocida premió luego haciéndole presidente de la Caja de ahorros más importante de España, como luego se ha visto.  Pues, bien, ambas señoras magistradas de la Sala han puesto especial empeño no ya sólo en ridiculizar al juez Elpidio José Silva, sino en denigrarlo por completo situándolo mucho más abajo aún que a los pies de los caballos, diciendo con el mayor cachondeo que este juez, con tan brillante curriculum, era una puñetera mierda que copiaba sus argumentos jurídicos, en las resoluciones que dictaba, ni más ni menos ¡QUE DE WIKIPEDIA!  Y ustedes tal vez digan, “oiga, bueno, no es tan grave” y yo les respondo que sí, que es muy grave, quizá lo más grave que jurisdiccionalmente se haya hecho nunca porque el respeto de los magistrados entre ellos es mucho más aún que sacramental, existiendo en su particular axiología una norma, la primera, que dice: “ay de aquel que se atreva a rozar siquiera a un juez con la más ligera de las plumas del ala de un ángel, más le valiera atarse una piedra al cuello y arrojarse de cabeza al mar”.  De modo que el exabrupto de estas señoras magistradas contra su compañero de profesión es mucho más que brutal.  Pero, coño, es que ellas son unas superwomans.

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