Las tareas domésticas agotan a casi la mayoría de familiares y son fuente de discusiones y peleas entre los miembros del equipo de un hogar. En la mayoría de los casos la mayoría de las tareas que realizamos no son recompensadas por nadie. Se hacen porque se deben hacer y ya está. Es una obligación.
Para que se haga todo esto más llevadero en muchos hogares se reparten las tareas, con el alivio de tensiones y carga que ello supone, además de mejorar la convivencia y lograr cierta disciplina entre los más pequeños.
Por otro lado, son muchos los padres los que se preguntan a partir de qué edad un menor debe colaborar en casa y de qué manera. La edad de inicio recomendada según la mayoría de expertos está en torno a los 3 años. Haciendo bien las cosas desde ese momento tendremos muchas posibilidades de éxito en un buen reparto de las labores domésticas, ayudando a una mejor convivencia en casa.
Niños jugando a la consola, sin colaborar en tareas domésticas. Fuente de la imagen: Cadena Ser.
Si no sabes qué hacer para que tu hijo colabore en casa, a continuación te damos una serie de pautas, según la edad de los hijos, para que descubras esas tareas del hogar para niños y adolescentes, que les puedan motivar y organizaros eficazmente en casa.
A partir de los 3 años, primeras tareas
Los niños pueden empezar a colaborar en tareas del hogar, pero siempre relacionadas con tareas que tienen que ver con él: recoger la mochila del cole de su sitio, dejar la chaqueta en su lugar correspondiente, recoger los juguetes, etc.
Poco a poco iremos incorporando tareas sencillas como limpiar el polvo (pasar un trapo seco por un mueble), regar plantas, llevar algo ligero y no peligroso a la mesa, y cosas así.
Una forma divertida de hacer colaborar a los niños en las tareas de casa es utilizando el juego o incluso canciones. Aquí te dejamos una canción que nuestra psicóloga Yolanda Pérez ha preparado para los más pequeños.
Siempre has de dar ejemplo a tus hijos. Cuando quieras que realicen algo, encárgate de hacerlo tú para que te vea. No hay nada mejor que dar ejemplo.
Siempre que tu hijo/a haga una tarea que quieras que se repita, recuerda reforzar positivamente su comportamiento, diciéndole lo bien que lo ha hecho. El refuerzo no siempre debe ser material, también puede ser verbal. Regalas palabras positivas, siempre hace que el comportamiento se repita.
Es posible que con esta edad cuando les pidamos que hagan determinadas tareas como ponerse la camiseta, no lo hagan como esperábamos, y nosotros como padres perdamos la paciencia. Nunca le riñas ni le digas lo mal que lo ha hecho. Dale otra oportunidad y dile que ‘buen intento’. Es normal que se equivoque, y aunque tú tengas mucha prisa, él ‘no lo ha hecho para fastidiarte’, es posible que realmente no sepa hacerlo porque sólo tiene 3 ó 4 años. Ten paciencia y calma. Recuerda que tú tampoco naciste enseñado.
A partir de los 5 ó 6 años, trabajo en equipo
A esta edad los niños ya tienen la capacidad de realizar tareas más complejas, pero siempre con la supervisión de un adulto, con su ayuda, no delegando y dejando que lo haga sólo.
Las tareas que aquí se pueden realizar ya pueden estar relacionadas con la cocina (cosas sencillas pero más complejas que con menor edad), como pueden ser:
– Escribir una lista de alimentos para hacer la compra
– Hacer la cama juntos los fines de semana
– Recoger la ropa sucia
– Y muchas otras tareas sencillas que se os ocurran
Estas tareas son directamente proporcionales a la edad, cuanta más edad, más tareas y más complejidad. Los padres no deben realizar las tareas que le han asignado a sus hijos. Deben dejar que las hagan ellos por sí solos con acompañamiento.
Es interesante que los niños de esta edad tengan una recompensa al finalizar las tareas. Por ejemplo: coger la bici después de recoger los juguetes.
Nunca deben priorizarse las tareas del hogar a los deberes del colegio. Las tareas educativas son su obligación, las tareas domésticas son una ayuda y colaboración de todos los miembros.
El refuerzo positivo debe continuar siempre porque funciona. Debemos mostrar los grandes beneficios que supone hacer las tareas, así como felicitar por el trabajo que hacen y su esfuerzo, ya que esto hará que se fomente su autonomía, autoestima y que los niños sean más respetuosos con la casa, que es espacio de todos.
Si no colaboran porque no quieren, debemos aplicarles las consecuencias que se merezcan. Siempre con proporcionalidad, y acordes a la actividad que debían realizar.
Siempre que podamos aprovecharemos para que nos ayuden en cosas que les puedan gustar: por ejemplo hacer un pastel de chocolate. De esta forma será más fácil porque colaborarán pero casi sin darse cuenta, ya que estará haciendo algo que les gusta.
No dejaremos que realicen una tarea si están enfadados por hacer la tarea. Primero se debe resolver el conflicto y luego realizar la tarea para que no lo tomen como un castigo.
En la adolescencia
Lo que no se haya conseguido llegados esta edad, no vamos a decir que ya sea imposible pero se hace más complicado, ya que no podemos pretender que un niño que no ha hecho nada durante su infancia, lo haga en la adolescencia. Ahora será más difícil pero no imposible.
Podemos incorporar las tareas poco a poco y de forma gradual. Empezaremos por incorporar las tareas más sencillas para que no les suponga mucho esfuerzo. Ya que a esa edad, todo cuesta mucho o al menos así lo transmiten ellos.
A esta edad es importante que tomen responsabilidades mucho mayores. Como hemos dicho antes, a mayor edad, mayor responsabilidad. Eso es así.
En resumen…
Si tienes un hijo/a y quieres que ayude en casa, ya sabes que depende de la edad en la que se encuentre, podrás utilizar unas u otras estrategias. Y cuanto antes os pongáis manos a la obra, mucho más fácil resultará que los hijos colaboren activamente. Las tareas del hogar, para niños y adolescentes, pueden convertirse en un hábito para ellos y en un trabajo en equipo de toda la familia.
Si crees que es demasiado tarde, o tienes problemas para afrontarlo, no desesperes, busca ayuda profesional, para que te orienten y te guíen en este proceso.
Sobre el autor
Yolanda
Yolanda Pérez Directora del centro de Psicología Eclipse Soluciones. Doctora en Psicología (nº col. CV-9418) y Master en Psicología de la Salud. Especializada en terapa adultos-intantil. Experta en formación y orientación laboral.
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