Revista Cultura y Ocio

Las tempestalidas. Georgi Gospodinov

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Las tempestalidas. Georgi Gospodinov

     "Y bien, el tema es la memoria. Tempo: andante, tendiendo a andante moderate, sostenuto. Probablemente la zarabanda, de solemnidad templada y con un segundo tiempo prolongado, estaría bien para empezar. Händel mejor que Bach. Repetición rigurosa a la vez que desplazamiento hacia delante. Moderado y solemne para empezar. Luego todo puede _y debe- desmoronarse".

     Hay títulos que no sabemos cómo llegan a nuestras manos, pero llegan. Hoy traigo a mi estantería virtual, Las tempestálidas.

     Conocemos a Gaustine un doctor que monta una clínica que servirá para ayudar a pacientes con alzheimer. La clínica parte de un punto sencillos y es que si estos pacientes suelen recordar mejor o, al menos, de forma recurrente, determinados momentos del pasado, en la clínica se recrearán distintas décadas del siglo pasado. De esta manera los pacientes encuentran su refugio en su recuerdo, un momento en el que se anclan y que incluso les provoca mejoría en algunas ocasiones. Visto el resultado y la supuesta felicidad de los pacientes, la clínica crece  y posteriormente se replica, ya que los familiares de los ingresados también quieren hacer la prueba de vivir así y finalmente también los países que vivieron mejores tiempos en el pasado se encuentran interesados en el tratamiento o, quizás, en el modo de vida que significa quedarse en tu mejor lugar.

     Me enamoré en primer lugar de la palabra: tempestálidas. Y por eso comencé a leer esa relación entre el narrador y terapeuta que me llevó a conocer las clínicas de la nostalgia en las que los pacientes eran residentes. Algo que el narrador domina es el arte de generar momentos distintos y es que, si bien pareciera que todo el mundo se iba a quedar en un momento dorado, aprovecha el camino para hacer una reflexión sobre la memoria y el olvido colocando, por ejemplo, a un exdelincuente cuyo anclaje con el pasado es el expolicía que lo persiguió. Y es que la memoria se ancla a lugares insospechados, como el de otro caso en el que la nostalgia es de aquello que nunca tuvo (un viaje en este caso) convirtiéndose en su refugio y recordándonos que los deseos incumplidos a veces permanecen más tiempo que el placer de las fantasías realizadas. Es tan interesante el tema que cada caso merecería su novela particular. Su propio capítulo en Netflix.

     Entonces el lugar crece, el experimento. Y son no ya personas individuales, parejas o familias, son los propios países quienes no tienen en cuenta las consecuencias de lo que hacen y comienzan a tratarse anclándose en un pasado recreado temerosos de un futuro incierto en el mejor de los casos y ciertamente desolador como alternativa. Y es entonces cuando pensaréis en los problemas que eso conlleva, pero el ser humano en su capacidad para sorprendernos, decide que ¿por qué no adaptarse del todo. Por qué no disfrazarse de soldados en Alemania y dirigirse a la frontera con Polonia o acaso matar a un dirigente cuando tocaba en el fragmento histórico elegido? ¿Cómo se vota en un país el momento a elegir? La idea es complicada y retorcida, es diferente y divertida en la pluma de Gospodinov en la que estar condenados a repetir un error y no aprender de los errores cometidos se convierten en leyes de su ficción. Países que idealizamos no saben qué momento feliz tienen que elegir, hay tantos... y tienen delante a otros que no encuentran un buen momento en los últimos cien años. La historia es vida y repetirla, debatirla, supone una buena excusa para recorrer la más reciente de estos países.

     Las tempestalidas ganó el premio Strega en 2021 y llegó a mis manos el verano pasado en un viaje. Me he encontrado con una novela diferente, cálida y llena de reflexiones en las que la historia tiene un eco no siempre divertido pero aparentemente inevitable. Un libro muy recomendable. Una ilusión.

     Y vosotros, ¿qué importancia le dais al título de un libro a la hora de elegir la lectura?

     Gracias.


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