Los recintos públicos más típicos de los romanos eran las termas.
Thermae o therma.
Si eran públicos se llamaban thermae o therma, las cuales respondían a una función social y política. Eran lugares ideales para la conversación relajada, el recreo y la relación social. Si eran de uso privado se llamaban balmes o balneum.
En las termas públicas también había estancias reservadas para actividades gimnásticas y lúdicas.
Estaban provistas de una decoración delicada, hermosos frescos, mosaicos y estatuas.
Las termas públicas eran frecuentadas por plebeyos o esclavos que no tenían baños en casa. Estas termas un día cualquiera, podrían recibir entre 1800 o 3000 personas, por lo que resulta fácil imaginar que las aguas no serían tan cristalinas como imaginamos, en ellas quedarían restos de hollín, barro, cremas, sangre, grasas y un sinfín de aditivos diversos que portarán en su piel los diferentes usuarios.
Un testimonio nos lo ha dejado Tiberio Claudio Segundo en la lápida de su compañera Mérope:
“los baños hacen que tengamos una buena vida” a un mismo tiempo “arruinan nuestros cuerpos”
Marcial nos comenta que las heces acababan flotando en el agua
Las clases más pudiente, conocedoras de la realidad que imperaba en las termas tenían su Balmes privados.
Marco Aurelio nunca fue visto en ninguna terna pública y escribía:
“¿Qué os han parecido los baños? Aceite, residuos asquerosos, agua cenagosa, todo repugnante” (Meditaciones, 8.24)
Termas caldes de Montbui
Estos baños abrían al mediodía y cerraban al ponerse el sol. Había estancias separados para hombres y mujeres; si no había espacios separados, se regulaba el horario estableciendo unas horas al día para las mujeres y otras horas para los hombres.
Las termas pertenecían al Estado que las arrendaba. El arrendador solía cobrar una entrada de precio módico que incluso se suprimió cuando un rico magistrado pagaba la entrada por un período de tiempo, así los baños en Roma eran gratuitos. Para asegurarse su popularidad algunos emperadores establecen unas tarifas bastante bajas o gratuitas.
Normalmente constaban de las siguientes estancias:
Palestra: patio central al que se abrían todas las demás estancias y se podía practicar ejercicios físicos.
Tabernae: tiendas adosadas a las salas de baños donde se vendían bebidas y comida.
Caldarium: baño de agua caliente, el alveus. Era la habitación más luminosa y adornada. Las grandes termas contaban con piscinas donde se podía nadar. Las más pequeñas, se tomaba el baño en bañera o depósitos de agua caliente llamados labra.
Frigidarium: sala destinada a los baños de agua fría. En las grandes termas el frigidarium estaba al aire libre y tenía una gran piscina para practicar la natación (Natatio).
Tepidarium: una sala con temperatura tibia que preparaba al bañista para la sala de agua caliente.
Apodyterium: vestuarios. Próxima al pórtico de la entrada había una habitación donde los bañistas dejaban sus ropas, en unas cajas numeradas se depositaban las ropas y los objetos personales, que quedaban vigilados por un esclavo.
Para calentar el agua se utilizaba un sistema llamado hypocaustum. Mediante túneles y tubos corría el agua caliente y el vapor. El calor se extendía por el suelo lo que hoy diríamos suelo radiante, alimentado por una serie de hornos situados en los sótanos.
Las termas más importantes de Roma eran:
Agripa
Thermae Neronianae
Tito
Trajano
Constantino
Caracalla
Diocleciano
Las termas de Hispania eran:
Campo Valdés
San Baudilio
Caesaraugusta
Itálica entre otras
Vídeos sobre termas :
Las termas romanas de Los Bañales
Reconstrucción3D Termas Mayores de Itálica
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Imágenes:
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WikipediaFuentes:La literatura médica clásica y la arquitectura de las termas medicinales .Mora RodriguezTermas y tecnología del agua. López Monteagudo
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