Félicité Mbida, de 50 ańos de edad, ha sido empleada doméstica durante más de 20 ańos y fue abusada y explotada por sus primeros patrones; ahora lucha por promover los derechos de otras trabajadoras domésticas de Camerún dentro del marco de la Red de las Asociaciones nacionales de apoyo a los trabajadores domésticos (RENATRAD en francés).
Como es el caso para muchas jóvenes de Camerún, Félicité comenzó a trabajar en el servicio doméstico con la idea de hacer ese tipo de trabajo temporalmente. Debido a la falta de otras opciones, no tuvo más remedio que continuar como empleada doméstica para alimentar a sus dos hijos. “Trabajé para siete familias diferentes durante diez ańos a causa de la paga insuficiente y las condiciones laborales irregulares y malas”, declaró.
Cuando comenzó en 1996, Félicité era a menudo víctima de violencia sexual de parte de sus empleadores y de presiones psicológicas. Trabajó sin contrato ni seguridad social y no tenía horas claras de trabajo. Cansada y harta de los abusos, decidió en 2004 establecer una asociación para las trabajadoras domésticas con el fin de promover el apoyo y la solidaridad entre los profesionales de este ámbito.
Se creó así la Asociación de amas de casa y de sus asociados de Yaundé (AMCY en francés) que rápidamente contó con 50 miembros. Alentada por este éxito, la iniciativa se integró a RENATRAD, que es una entidad que reúne a 65 asociaciones que tienen en promedio entre 20 y 50 miembros cada una.
El Fondo para la Igualdad de Género ayuda a RENATRAD a organizar talleres sobre legislación laboral, redacción de un contrato de trabajo y ética profesional. Gracias a esa formación, las empleadas domésticas han podido fortalecer su estatus social y defender sus derechos.
“Hemos recibido mucha información acerca de nuestros derechos, salarios, contratos y, sobre todo, seguridad social, ya que muchas de nosotras vamos a jubilarnos en un futuro próximo”, dijo Félicité, agregando que ahora conoce el salario mínimo nacional de Camerún – 28 216 CFA que equivalen a US$ 55. Así ha podido negociar con sus empleadores y redactar y firmar un contrato laboral, cambiando sus horas de trabajo y beneficiándose de la seguridad social al entrar al Servicio Nacional de Seguridad Social (CNPS en francés).
“El programa ha cambiado muchas cosas y el trabajo doméstico ya no es lo que era hace dos ańos”, declaró Félicité. La movilización a gran escala de estas mujeres se puede explicar sobre todo por su posición en la sociedad camerunesa. Se estima que los trabajadores domésticos representan el 3 por ciento de todos los trabajadores del país, y que el 80 por ciento de ellos son mujeres. “Hoy podemos decir que somos trabajadores como los demás: lo que decimos se toma un poco más en serio ahora y la cantidad de casos de violencia y abuso en el trabajo ha disminuido”, dijo.
Activista acérrima, Félicité fue elegida en 2011 Presidenta de RENATRAD. Ella ha contribuido sobre todo a la creación de una red nacional de trabajo doméstico controlado por el Comité de monitoreo técnico (CTS en francés) del programa, y a la preparación de un proyecto de ley sobre el trabajo doméstico que ya ha sido enviado al Gobierno.
Como resultado de todos estos esfuerzos, Félicité espera que Camerún ratifique pronto el Convenio 189 (Trabajo decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Fuente
Fotografía: Horizon femmes