A Julita García, vallisoletana de nacimiento aunque residente en Oviedo desde hace más de 40 ańos, nunca le ha faltado trabajo como empleada del hogar. Lleva ya ańos trabajando en la capital asturiana, en algunos casos, incluso, ha llegado a compaginar la atención de 12 casas al mismo tiempo. El nuevo acuerdo entre el Gobierno y los sindicatos para integrar de manera progresiva a las empleadas del hogar en el régimen general de la Seguridad Social, afirma, dará un giro positivo a su vida laboral. ŤTendremos una mayor seguridad, sobre todo cuando te pones enferma y tienes que sacarte una baja. Por fin a lo que vengo haciendo ańos se le llama trabajoť. Las principales mejoras acordadas, que aún están pendientes de aprobación en el Parlamente, atańen a la cotización y las prestaciones por enfermedad. Los sindicatos echan en falta en cambio que se incluya también que estas trabajadores puedan acceder a las prestaciones por desempleo, aunque afirman que la propuesta para incluirlo en el acuerdo final también está sobre la mesa.
Julita García es una de las 14.000 trabajadoras del hogar que hay en el Principado. ŤSomos como cualquier otro empleado, pero hasta ahora mucha gente nos miraba por encima del hombro. Y hacemos una tarea muy importante porque cuidamos de mayores, de nińos, cocinamos, limpiamos, y para hacer este tipo de tareas se necesita a gente que sea de confianzať. A partir de ahora estas trabajadoras deberán tener un contrato laboral en el que se especifique el sueldo que cobrarán y las horas de trabajo, que hasta ahora no era obligatorio.
De las 14.000 empleadas domésticas, menos de la mitad (6.415) ya cotizan a la Seguridad Social en el régimen especial de trabajadoras del hogar, donde tienen menos derechos que el resto de empleados, denuncian. Y se estima que puede haber más de 8.000 personas que no constan en las listas de la Seguridad Social, la mayoría mujeres y extranjeras. De hecho, singularmente, no es obligatorio que la trabajadora doméstica esté dada de alta si su semana laboral es inferior a las 20 horas.
La ecuatoriana Cecilia Abalco lleva en Asturias nueve ańos. Asegura que tampoco le ha faltado nunca empleo en el sector doméstico. ŤYa era hora de que nos tuvieran en cuenta, porque hasta hoy si querías ir al médico tenías que acabar recuperando de nuevo las horas, o si se te muere un familiar no tenías derecho a coger díasť, seńala. Aunque nunca le ha faltado trabajo, asegura que es necesario trabajar bastantes horas para conseguir tener un sueldo digno. ŤComienzo a trabajar a las nueve de la mańana, hasta las tres de la tarde, luego tengo una hora para comer rápido e ir a por los nińos, para acabar de trabajar a las siete de la tardeť, explica. Y así de lunes a sábado.
Araceli Zapico regenta una empresa ovetense que se dedica a poner en contacto a trabajadoras domésticas con familias que necesitan sus servicios y administra una web sobre el sector (www.hogaradas.com). Asegura que la nueva normativa dará una mayor seguridad a estas empleadas, aunque apunta que aún quedan muchos pasos que dar en el sector, como el de reconocer la prestación por desempleo para estas trabajadoras. La misma reclamación hacen los sindicatos. ŤLa negociación sigue abierta, y nosotros estamos pidiendo que los derechos de estas empleadas se sigan igualando a los del resto de trabajadoresť, asegura Clara Casiano, responsable del área de la mujer de UGT. La portavoz de CC OO, Maite Feito, seńala que Ťcon el acuerdo se abre todo un abanico de posibilidades para estas empleadasť. ŤEran unas mejoras que los sindicatos llevábamos exigiendo ańosť, destaca. El acuerdo, coinciden ambos sindicatos, servirá también para destapar la Ťenormeť cantidad de dinero sumergido que mueve este sector.
Más cauta sobre los resultados que pueda tener el cambio normativo se muestra la uruguaya Silvia Ivaldi, que lleva siete ańos trabajando como empleada doméstica en Oviedo. ŤHabrá que esperar a los resultados. Pero lo que estaba claro es que teníamos que tener un mínimo de derechos, no se podía seguir sin tener derecho a vacaciones y con la inseguridad de no poder caer enfermať, seńala. Y ańade: ŤAhora con la crisis hay mucha más inseguridad en el sector y derecho al seguro del paro nos daría una mayor tranquilidadť.
La misma opinión defiende Rita Cavalcanti, una brasileńa de origen italiano asentada en Pravia, que llegó a la región en 1994. Aunque sólo los seis últimos ańos ha venido trabajando en el servicio doméstico, Cavalcanti es una de las que sí que están notando los envites de la crisis. ŤEstos últimos ańos he estado cuidando de gente mayor, pero ya no está tan fácil encontrar trabajo, aunque ahora estoy ayudando a unas amigas de mi paísť.
Ha pasado temporadas sin trabajar, pero nunca ha cobrado el paro. Eso sí, asegura que en su país de origen, Brasil, las empleadas domésticas sí que tienen ya derecho a cobrar ayudas si se quedan sin empleo. ŤEn algunos aspectos allí están más avanzados que aquíť.
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure