Hace poco, con la crisis de Fukushima, veíamos la delirante propuesta de algunos para curar, mediante remedios homeopáticos, los efectos de la radiactividad (una somera búsqueda en Google da con muchos resultados). Hoy nos enteramos que el delirio continúa (más bien permanece, porque desde el siglo XVIII nada ha cambiado): curemos la homosexualidad.
A través de @lagamez conozco la noticia publicada en Spiegel On Line titulada “Katholische Ärzte wollen Homosexuelle mit Homöopathie kurieren”, algo así como que médicos católicos pretenden curar la homosexualidad mediante la homeopatía. Mi alemán es nulo, pero me han ayudado a entender el artículo (si es que es posible entender semajante disparate).
El responsable del desatino es un tal Winkelmann Gero, de una asociación católica de médicos, y que ahora dirige una clínica homeopática. Sus fuentes son múltiples: literatura médica (sic) y psicoterapéutica, filosofía, teología, la Biblia y los libros de Hahnemann. Supuestamente muchos homosexuales se encuentran bajo una gran angustia espiritual y psicológica y, claro, sufren mucho.
El remedio que utilizan es platino, pero documentándome algo sobre el tema, he encontrado el repertorio del Dr. Kent, un personaje que vivió a fines del siglo XIX y principios del XX. Al parecer, este repertorio es muy utilizado y, entre sus remedios, aparecen bajo el epígrafe “Mind“, aparecen remedios para la “aversión al sexo opuesto” (página 9) y la “indiferencia hacia el sexo opuesto” (página 55).
¿Cuál será el siguiente delirio?
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