Dice el D.R.A.E. en su actual edición:
humanitario, ria.
1. adj. Que mira o se refiere al bien del género humano.
2. adj. Benigno, caritativo, benéfico.
3. adj. Que tiene como finalidad aliviar los efectos que causan la guerra u otras calamidades en las personas que las padecen.
Con la proliferación de situaciones dramáticas, tanto por causa del terremoto en Japón, como de las revueltas populares en el norte de África, los telediarios, avances informativos y mesas de tertulias radiofónicas, se llenan de frases altisonantes sobre lo que está ocurriendo. Y como, además, últimamente hemos decidido que cuantas más sílabas tenga una palabra, más importancia tiene, y más culta parece, pues allá que hemos convertido el trisílabo adjetivo: humano, que era el utilizado para señalar todo lo relativo o perteneciente al hombre, en el pentasílabo: humanitario. Porque si cinco es más que tres, ergo, humanitario es más que humano, ergo, supercalifragilisticoespialidoso, debe ser la hostia, la repera limonera y la biblia en verso.
Nos cansaremos de oír frases de este tenor: drama humanitario; tragedia humanitaria; catástrofe humanitaria; y por supuesto: crímenes humanitarios, para terminar de cuadrar el círculo. Claro que algunos pensarán que si se cargan a Gadafi, será un crimen humanitario. Pero esos son otros lópez.
Me temo que si continúa esta situación, la Real Academia no tendrá más remedio que incluir en la próxima edición del D.R.A.E., humanitario como sinónimo de humano. Y seguiremos empobreciendo el idioma.