Casi siete décadas separan la riada valenciana de 1957 y la actual. Pese a los innumerables avances técnicos y de organización social, las trágicas consecuencias de ambas pueden no diferir en su gravedad. Entonces casi nadie tenía coche y hoy lo tiene cada cual. Sarcófagos para los muchos que no se han podido salvar y murallas de metal que ahora impiden trabajar. En ocasiones, el desarrollo se torna en bumerán…
La entrada Las trágicas paradojas de la modernidad apareció primero en El Blog Personal de Alonso-BUSINESS COACHING.