¡Qué maravilla! ¡Viva la recuperación! Crecemos a más del 2% y además estamos creando empleo a tutiplén. ¡Es la bomba! Mariano y Cía han conseguido lo que han querido, lo que pasa es que no es lo que queremos los demás.
Y es que nos quieren dar un caramelito que además de amargo está podrido. Porque ese dulce que quieren que traguemos, como es el descenso del paro, está lleno de trampas. Trampas que hacen que esa bajada no sea sino una ilusión óptica que esconde la realidad.
Sí señores, tiene truco. En primer lugar porque para que se haya producido un descenso del paro, que todavía es más alto que el de diciembre de 2011 han tenido que emigrar, por falta de empleo (la ministra Báez, de forma desvergonzada y con falta de respeto, lo llama movilidad exterior, como si fuera voluntario y positivo), unos 200.000 trabajadores en esta legislatura, lo que supondría, de no haberse marchado contaríamos con otros 200.000 parados, la gran mayoría de ellos jóvenes, con alto nivel cultural.
Además, si no hay más parados es porque el empleo existente, mucho menos que hace cuatro años, se ha repartido entre más trabajadores. Un ejemplo claro: una hija mía trabaja en un comercio con un contrato de 10 horas semanales. Hace cuatro años ese trabajo lo desempeñaba una persona que trabajaba 40 horas. Hoy son cuatro las personas que hacen esa faena, cada una diez horas. Moraleja, bajo la precariedad se han escondido tres parados. O lo que es lo mismo, antes había un trabajador que vivía con un sueldo y hoy ha sido sustituido por cuatro que ganan la cuarta parte. A efectos estadísticos, hay tres parados menos y tres cotizantes más a la seguridad social. Un timo. Y así, existen unos cuantos casos, cada vez más.
Otro factor es la inestabilidad del empleo. Hoy son menos del 9% los contratos fijos que se firman. Por lo tanto, más del 91% de los trabajadores no puede programar una vida a medio y largo plazo, al no contar con un trabajo fijo que les permita las mínimas condiciones para ser autosuficiente y planear un futuro estable.
Hoy, a pesar de la cacareada recuperación y final de la crisis, el 43% de los parados (dato que continúa aumentando), o sea más de siete millones no percibe ninguna prestación del Estado. Además el número de hogares con todos sus miembros en paro ha aumentado y son ya 1,8 millones.
Añadamos a lo anterior que los salarios han bajado del orden de un 10% estos últimos cuatro años, lo que sumado a que los contratos a tiempo parcial han subido considerablemente y cotizan menos que los de tiempo total, aunque los cotizantes de la Seguridad Social se acerquen a los de hace cuatro años, la cantidad total recaudada es muy inferior.
En fin, podíamos estar peor, sí. Si además de todo lo que tenemos aumentara el número de parados sería motivo de revolución inmediata y justificada. Es como cuando uno estaba prácticamente muerto y una leve mejora permite que se le considere “sólo” muy grave.
Y esta es la recuperación tan repetida y tan maravillosa que nos presenta el PP. Esta es la razón por la que pide el voto a la ciudadanía, ya que no puede hacerlo por su comportamiento indecente. Claro que sólo habla de número de parados y de crecimiento económico. Y omite que todo eso beneficia sólo a los más poderosos, como lo demuestra el hecho de que la brecha entre ricos y pobres sea cada vez mayor y una muestra de que los peperos hablan de recuperación para ellos y sus amiguetes, naturalmente.
Salud y República