Extraído en el LINK
Antes de las luces del alba su hombre, como cada mañana, salía a faenar. Ella le aguardaba en su hogar.Y con ofrendas a la Diosa Ceres, de guirnaldas de flores y hogazas de pan recién hecho, con su cuerpo oraba a la fertilidad.Los rayos del sol entraban por la ventana y se reflejaban en su cuerpo desnudo. Irradiaba tanto deseo carnal.En sus aposentos franqueaban los gemidos, cuando de sus labios escapaban suspiros y se entreoían las caricias en la flor de Venus.Adoraba esas antiguas costumbres, como una verdadera mujer que deja jugar a sus sentidos sin cadenas.Y al anochecer cuando su hombre regresaba, tras la cena, buscaba sus manos con ternura, le besaba los labios y custodiaba sus sueños más sensuales, cuando dormía profundamente por el agotamiento.