Veamos:
1º La Ariadna del bosque, la que busca un camino para salir de allí, la que prepara todo para que las cosas vayan como tienen que ir. Necesita que Manuel cumpla una misión. Y le deja el ovillo en un lugar concreto para que pueda dar con la salida. Objetivo: encontrar al minotauro y matarlo. Como en el mito de Ariadna y Teseo. Sólo que el monstruo es una metáfora que habita en la mente o en el corazón de las personas: acabar con el minotauro es terminar con las propias miserias, los propios miedos, es enfrentarse con los problemas que limitan la actuación humana, es superar las fobias que anidan en la mente y provocan ansiedad y locura:En el ayer están todas las respuestas. Hay que viajar al pasado y eliminar las causas que están detrás de todos los laberintos que impiden encontrar una salida a los problemas. Problemas como el que se nos presenta ahora. Si queremos gozar de la libertad, debemos combatir cada uno con nuestro propio minotauro. Y para eso hay que salir de aquí. Hay que seguir buscando. Seguro que la salida la tenemos al alcance de nuestras manos. Hay que dar con ella.
2º La Ariadna ejecutiva de una gran empresa, la que maneja el hilo convenientemente para hacerse con el proyecto innovador de Manuel, otro Manuel ( o tal vez el mismo, dado que el presunto autor de los relatos parece responder a ese nombre). La que logra que su empresa oficial rechace el planteamiento aparentemente, para luego apropiarse ella de él, dado que tiene otra empresa en secreto. Mecanismo para lograrlo: la seducción. Un arma que, sin quererlo, le viene facilitada por la película que elige -¿al azar?- nuestro personaje con el fin de matar el rato. La protagonista es calcada a ella. Inconscientemente despierta el deseo de Manuel de poseer a la heroína del cine, con su traje de cuero ajustado que realza sus sensuales formas. Cuando sale del cine tiene un mensaje en el hotel, una propuesta para su proyecto y una insinuante proposición de encuentro entre los dos:
Trabajo para otra empresa de la que soy además una de las principales accionistas -eso no es oficial, así que no pude decírtelo en la reunión- a la que sí le gustaría que compartieses tu proyecto con todos nosotros. Por supuesto, respetaríamos las condiciones iniciales que nos propusiste. Si no tienes nada mejor que hacer esta noche, te espero a las diez en mi apartamento con una copa de champán para celebrarlo. Si estás de acuerdo, llámame para confirmarlo.
3º La Ariadna doctora, la del gabinete psicoterapéutico, la que conduce a Manuel a través de un mundo onírico paralelo, no sabemos si como simple experimento científico o como parte interesada en el asunto. Podría ser la misma Ariadna del bosque, de hecho también era doctora. Siempre nos quedará la duda:
Vamos a continuar con el tratamiento. Es necesaria como siempre su colaboración. Manuel: va a seguir tumbado un rato más. Es necesario que se mantenga relajado y continuar así la sesión. Como le conté en su momento, estamos aplicando un protocolo de sueño inducido mediante un procedimiento de hipnosis combinado con apoyo farmacológico totalmente inocuo. Para que la terapia tenga resultados positivos, hemos de llegar hasta el final.
Las tres preparan el camino para que Manuel realice una actuación que para ellas es vital. Lo que ya no sabemos es si ese camino es real, producto de un sueño o un delirio de la locura que padece nuestro protagonista.
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Desde el laberinto es un libro de UNO editorial. Solo disponible en papel. No se vende en librerías. Para solicitar un ejemplar puedes escribir a este correo: [email protected]