Revista Cultura y Ocio
"Los envíos empiezan a llegar a Bilbao en 1940, en buques mercantes con pabellón de Estados Unidos de América. Algunos tienen un nombre exótico, de aire anglosajón, como Lehigh o Cold-Hairburg. Otras veces, la palabra pintada en su casco, Artiga, o Capulín, parece de origen sudamericano, más sospechoso por lo familiar, pero este detalle no tiene importancia. La carga que nos interesa nunca pasa por la aduana."
Leer a Almudena Grandes es un placer. De hecho gracias a su serie Episodios de una guerra interminable, me estoy reconciliando con una temática que me suele resultar árida. Por eso, cuando salió esta tercera entrega no pude ni quise resistirme a traérmelo a casa. Hoy traigo a mi estantería virtual, Las tres bodas de Manolita.
Conocemos a Manolita, una chica normal y corriente que en 1939 se encuentra con sus padres en prisión y tiene que hacerse cargo de la familia. Así la veremos luchando por sobrevivir en una España difícil, acudiendo a prisión para intentar ayudar a su hermano Antonio metiéndose de este modo en ambientes políticos. La historia, en Madrid, se llena de supervivientes, luchadores y personajes inolvidables.
Almudena Grandes ya expresó su intención de contar la historia real, aunque se trate de una obra de ficción. Tal vez por eso en este último libro es en el que mejor combina la fórmula al descubrir que el personaje de Isabel es real. Compone en esta tercera entrega una historia coral de postguerra en la que consigue unificar el tono para darnos una visión de conjunto, única pese a las distintas voces. Y si en el anterior libro comenté que la ambientación de los lugares pequeños era uno de los puntos sobresalientes, esta vez se ha ido a una ciudad como Madrid para demostrar que nada se le resiste. Aunque aquí lo que destacan son los personajes, sus luchadores, traicionados, vencedores, traidores... Manolita y sus bodas, Eladia, Isabel, Silverio, Antonio... todos ellos nos van ganando terreno consiguiendo muchas veces que tengamos un nudo en la garganta. Porque la historia, aunque no está exenta de humor, tiene un poso amargo. No busca evitarlo como tampoco busca ser imparcial, y posiblemente eso haga que ganen fuerza todas las pequeñas historias que componen la trama. Las personaliza. Y si hablamos de personalizar y de vivir con sus personajes, tengo que decir aquí que con el permiso de Manolita... yo me quedo con Eladia, un personaje inolvidable.
Nos deja además a los lectores de la serie desde su comienzo, reencontrarnos con alguno de los personajes ya conocidos como Sanchís o Alfonso, dotando así a su serie de un valor añadido, casi de crónica. Aunque bien es cierto que llegados a este punto es mejor aclarar que no hace falta haber leído los anteriores para embarcarse en esta aventura.
Almudena, como siempre, se extiende, quizás demasiado para gusto de algunos, pero no se hace pesada en ningún momento. Nos deja esta vez un cambio de ambiente en una historia con pequeños saltos en la que hay también hueco para pequeñas alegrías. Un libro que he disfrutado mucho y que comienza presentando muchas historias y en distintos momentos para ir componiendo un mosaico perfectamente tejido por el que ha sido un placer dejarse llevar y de la que, tengo que reconocer, me está costando no desvelar pequeños detalles que me encantaría ir comentando pero podrían daros demasiadas pistas.
Sé que suelo decir que me cuesta meterme a leer series, ya que luego quedo pendiente a la espera de la siguiente publicación. Pero es inevitable caer de vez en cuando. Y vosotros, ¿sois más de sagas o de libros autoconclusivos?
Gracias