Prácticas de meditación han existido durante siglos pero, especialmente en las dos últimas décadas, la práctica de la meditación ha aumentado espectacularmente en Occidente, debido por un lado a la apertura de las culturas Orientales, pero también a la necesidad de hallar respuestas ante una forma de vida que no acaba de aportar la satisfacción y el bienestar esperado.
La práctica de la meditación aporta esas respuestas, muchas veces negadas al intelecto, permitiendo un mayor autoconocimiento, la apertura espiritual y la expansión de la conciencia.
Pero los beneficios de la meditación no afectan sólo al campo espiritual y al autoconocimiento, ya que implica una evolución de la conciencia que incide en un incremento del bienestar y un mayor equilibrio tanto a nivel físico como emocional, que a su vez repercute de forma considerable en la mejora de la salud.
Si estás iniciando tu entrada en el mundo de la meditación tal vez hayas oído hablar de meditación trascendental, meditación zen, meditación budista, meditación vipassana, mindfulness, miceteu… ¿Cuál escoger? ¿Qué objetivo tienen? ¿En qué se diferencian??
Cada una de estos tipos de meditación utilizan diferentes técnicas que se han desarrollado desde el hinduismo, el cristianismo y el budismo, pero que de forma genérica, podemos clasificar en tres grandes categorías:
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Meditación de concentración.
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Meditación reflexiva
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Meditación de atención plena.
En la próximo publicación hablaremos de cada una de estas tres categorias. Te esperamos! Namasté.