Las urracas ( Pica pica) son tradicionalmente vistas en Europa como unas ladronas con debilidad por los objetos brillantes. Tanto es así que este comportamiento es mencionado en la primera acepción de la definición de urraca en el diccionario de la lengua española de la RAE o el diccionario de inglés Collins. Aunque se han encontrado objetos brillantes en nidos de urracas, apenas se ha estudiado si tienen predilección por ellos.
La atracción por los objetos brillantes está presente en aves como los milanos negros ( Milvus migrans), que los colocan en sus nidos para asustar a otros miembros de su misma especie, y varias especies de córvidos, aunque sin preferencia por el brillo ni ningún color. Los cuervos jóvenes suelen verse atraidos simplemente por la novedad. En el caso de las urracas se ha observado que no tienen ninguna predilección especial hacia los objetos brillantes, sino que, en el caso de tomar un objeto, evitaban aquellos que no conocían, sin importar su aspecto. Esta neofobia está menos acusada en los ejemplares en cautividad.
Aunque se base en una premisa falsa, es un dato popular en la cultura. En La gazza ladra (1817) de Gioachino Rossini, la criada Ninetta es acusada de robar cubiertos de plata de la familia, pero la culpable resulta ser una urraca. En Las joyas de Castafiore (1963) de Hergé, las joyas también son robadas por una urraca, y en La isla negra (1938), del mismo autor, roba unas llaves del garaje de los bomberos. Incluso suele ser un rasgo común de los personajes basados en urracas, como Margaret Pye de Batman o Cotton de Blacksad.
Fuente:
- Shephard, T. V., Lea, S. E., & De Ibarra, N. H. (2015). 'The thieving magpie'? No evidence for attraction to shiny objects. Animal cognition, 18(1), 393-397.