Hace diez días yo estaba aquí...
Con la excusa de conocer al peque de una amiga he estado seis días en Lausanne, días que he aprovechado para dormir y descansar (que no desconectar porque he estado contestando correos desde allí) ya que con un peque de un mes poca parranda podemos echarnos encima. Y si ya lo unimos a temperaturas de 13-15 graditos (¡¡qué bien con el calorín que tenemos por Sevilla!!) y lluvia a ratitos, el plan se limita a un paseo después de comer. ¡Pero yo encantada!
Porque digo yo y leo y veo y me llevo las manos a la cabeza y pienso que algo estoy haciendo mal... ¿cómo alguien que tiene una tienda online o que hace cosas a mano puede permitirse el lujo de cerrarla tres semanas por vacaciones o todo el verano? Si tú lo sabes explícame cómo se hace porque yo cogía el avión a las dos de la tarde y a las once de la mañana estaba llevando varias cajas con pedidos a la oficina de la mensajería y la maleta seguía guardada en el trastero (¡y la ropa en el armario!). Y ni que decir que los cinco días antes dormir lo que se dice dormir... pocas horas, para dejarlo todo listo. La vuelta... ¡mejor ni te la cuento!
Quizás es que no me organizo bien, quizás es que no sé desconectar (porque me encanta lo que hago, me apasiona... o no sé decir que no) o quizás es porque este es mi trabajo, vivo de ello, pago mi cuota de autónomos, mis IVA e IRPF cuando corresponde... y esas páginas que veo y leo no.
Me mosqueo mucho cuando veo publicaciones como la del otro día en Facebook de una chica que había hecho un pedido a X y que después de varias semanas esa persona o tienda X no había ni mandado nada ni dado señales de vida. ¿Sabes que por ley, en todas las tiendas online, tienen que estar los datos fiscales de la persona o empresa? Porque si ocurre algo como esto, ¿a quién reclamas si sólo tienes un teléfono o un correo electrónico de los que no recibes respuesta? Quizás esa chica ya desconfíe de todas las tiendas y no vuelva a hacer un pedido online.
Si estás pendiente de ese tipo de cosas además de favorecer a todos (porque los impuestos que yo pago repercuten en ti) estás ayudando a pequeñas empresitas como la mía que con muchas horas de trabajo intenta salir adelante mes a mes.
Y mientras las cosas sigan así, yo haré malabares para cogerme otra semanita de descanso en septiembre e intentaré hacerle ver (de nuevo) a mi marido que los autónomos no tenemos tres semanas de vacaciones... y mucho menos un verano entero.
Revista En Femenino
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El Osito Con Zapatos Nuevos Mariola Abascal
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