No hay duda que una de las mejores soluciones es la prevención, algo que se aplica también para esta enfermedad del sarampión; la administración de una vacuna en la época de la infancia es la mejor alternativa para adoptar, misma que conocida como triple vírica protege al organismo de la rubéola y también de la parotiditis (paperas) y que se la aplica en el músculo del muslo, aunque también se la suele colocar en la parte superior del brazo.
De todas maneras, si una persona llega a ser afectada por el virus del sarampión, el médico tratará de combatir la fiebre con antitérmicos, haciendo uso también de antitusígenos para mitigar las afecciones del aparato respiratorio tales como la tos. Luego de la administración de estas vacunas, el paciente debe guardar absoluto reposo.
A pesar de que el sarampión es una enfermedad que es provocada por un virus, el tratamiento antibiótico se lo empleara únicamente cuando haya secuelas y complicaciones bacterianas. Cabe mencionar que la vacuna contra el sarampión se la debe administrar en niños a los 15 meses de edad; si por alguna razón alguien ha hecho vacunar a un niño antes de dicho periodo, una nueva dosis será necesaria a los 15 meses.
Hay que estar atentos a las diferentes campañas de vacunación, ya que una nueva tiene que ser ejecutada en los niños en un período que va desde los tres a los seis años de edad; luego de haberse administrado la vacuna en esta segunda etapa pueden aparecer síntomas como fiebre y algo de sarpullido, los que suelen desaparecer luego de la dosis proporcionada. Se aconseja hacer un análisis y chequeo especial a los niños que tengan alergia al huevo, ya que la vacuna está contraindicada para dichos casos; para reducir la fiebre, un médico podría recomendar el uso del paracetamol.
Si no se trata a tiempo el sarampión podrían llegar a aparecer unas cuantas complicaciones posteriores, las cuales a manera de infecciones bacterianas se llegan a manifestar por medio de una otitis o por la neumonía, esta última especialmente en los niños lactantes. Otra de las complicaciones que pueden llegar a atacar la salud de un niño es la encefalitis (inflamación del encéfalo), la cual posteriormente podría desembocar en deficiencias mentales. Pero ellas no se llegaran a manifestar en niños bien nutridos, razón por la cual una buena alimentación junto a los distintos chequeos médicos es lo primordial para que un niño pueda crecer sano y feliz.