Las Valkirias

Ayer por la tarde compré el libro Las Valkirias de Paulo Coelho. No resistí la tentación de adquirirlo pues el deseo me nació cuando fui por el libro de Henning Mankell días atrás a la librería Gandhi aquí en Tijuana.

Pagué $179 pesos (aproximadamente $14.32 USD) por el libro. Barato en la extensión de la palabra no lo es, pero la tarde de ayer la disfruté, lo empecé a leer de la manera más arcaica posible: Una vez adquirido me fui al Applebee´s de Zona Río aquí en Tijuana, colinda con la librería Gandhi y me tomé tres cervezas Brutus leyendo las primeras páginas del libro.

Más noche llegué a casa -un poco mareado por la cerveza- y seguí adentrándome en la trama de Paulo, viajando al desierto de Mojave en Estados Unidos para pasar allí 40 días, con el objetivo primario de descubrir a su Ángel.

En la contra portada del libro se lee, así en cursivas:

“Una nueva guerra va a comenzar, de la cual nadie podrá escapar. Veremos dos ejércitos. De un lado quienes todavía creen en la raza humana, en los poderes ocultos del hombre y saben que nuestro siguiente paso está en el crecimiento de los dones individuales. Del otro lado estarán los que creen que la vida termina en la materia“.

En México, país que hace dos décadas era muy mayoritariamente católico, las personas han ido despertando de golpe de sus creencias, la religión de sus antepasados ya no satisface a sus espíritus, los sacerdotes de cada Iglesia que llegaron a ser las personas más respetadas en cada localidad perdieron su sitio, de pronto muchos mexicanos amanecieron huérfanos de la fe.

El problema no lo hubiera sido si solo habláramos de una sociedad atea, el problema es que muchos mexicanos perdieron de vista los rangos de acción correctos, ahora sin un Dios no habría que purgar pecados, vaya, ya no habría pecados si tu actuación no se apegaba a la de sus padres, creció por lo tanto la gente sin valores, que perdieron el freno que la religión imponía. Se que hay muchos esfuerzos de otras religiones, algunas de ellas cristianas, por absorber a los que dejaron el catolicismo, pero no estaban preparadas y siguen sin estarlo para el tamaño de la desbandada.

Se que todos en cierto momento tenemos ese reclamo divino, es cuando el ser supremo hace acto de presencia y nos susurra aquí estoy, en lo personal soy de los que aún cree en la raza humana.

Buen día…