Por Ernesto G. 
Se sabe y conoce que las empresas familiares tienen decisiones difíciles que se les van a plantear y que tendrán que resolver si desean superar con éxito el desafío de la continuidad.
Entre ellas están las contradicciones y los conflictos que se presentan entre el sistema de la empresa y el sistema de la familia, por lo que hay muchos temas que deberán dilucidar y resolver.
Se sabe que las empresas familiares que tienen éxito hacen tres cosas al respecto:
Aparte de ser conscientes del desafío que enfrentan, se plantean: “si es cierto que las familias y las empresas son diferentes; si es cierto que se generan conflictos respecto a las decisiones a tomar en la perspectiva familiar y la empresarial, entonces ¿qué podemos hacer al respecto?”.
Una de las fórmulas de las empresas familiares con éxito a largo plazo, es que determinan las medidas y las políticas a tomar antes de que surjan los acontecimientos.
Por ejemplo: Es mejor decidir quién puede entrar en la empresa familiar y con qué experiencia, educación o calificación cuando los hijos tienen 14 años de edad, a que cuando los hijos tienen 24 años de edad y están pidiendo entrar en la empresa familiar.
Es mucho mejor tener una política para saber si la familia política también va a ser considerada para entrar en la empresa, antes de que los hijos se casen, ya que será mucho más difícil cuando los yernos y las nueras estén ahí y cuando además sean los padres de nuestros nietos.
Es mucho más fácil establecer una política de retribución en la empresa, antes de que los familiares comiencen a plantear sus expectativas económicas por su trabajo en la empresa.
Es mucho más fácil establecer una política de dividendos o tratar el proceso de sucesión, antes de que las personas a las que amamos, que son los miembros de la familia, estén directamente involucrados en estas cuestiones.
Así que, una de las ideas que se han aprendido de las empresas familiares exitosas es que toman medidas y establecen políticas antes de que surja la necesidad de hacerlo, y lo hacen con la mayor antelación posible.
Lo bueno es que ya sabemos que todo esto surgirá y se planteará en algún momento, por lo que es totalmente predecible. Por tanto, todas las empresas familiares tienen que plantearse estos temas, ya que aparecen siempre que combinamos una familia con una empresa.
Por ello conviene anticiparse y prepararse para tratar todos estos temas que inevitablemente llegan con el tiempo. De ahí la conveniencia de conversar, consensuar y establecer las pautas y criterios para decidir en cada uno de estos temas antes de que se conviertan en cuestiones emocionales y personales que puedan afectar la empresa y la armonía familiar.
La ventaja de determinar las políticas a seguir antes de que surja la necesidad, es que pueden ser tratadas de forma mucho más objetiva porque no estarán en juego los intereses y expectativas de ningún familiar en particular.
Autor Ernesto G. Niethardt
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