La inducción del parto no es la forma más habitual de dar a luz, incluso tiene muchos inconvenientes o posibles problemas, pero el gran beneficio de su existencia es la existencia misma. Si no existiera no se podrían aprovechar sus beneficios, siendo el principal el hecho de poder inducir el parto para reducir el riesgo de que el bebé sufra complicaciones mientras que la mujer está tranquila porque sabe cuándo tendrá al hijo. La pareja sabe exactamente cuándo nacerá el bebé, así que se quita este problema y sabrá cuándo tiene que ir al hospital además de tener todo preparado para el momento.
Los especialistas están preparados, así que no suele haber ningún inconveniente, más que las ventajas de la propia inducción del parto.
El parto tendrá menos ansiedad, será más confortable y estará preparado, se puede controlar el latido del corazón del bebé e incluso se puede poner una epidural. Es una buena opción en caso de que sea necesario, en caso de que no se pueda esperar.
La inducción reduce las cesáreas, los casos de estrés fetal, se utiliza para evitar el riesgo de que el bebé sufra la nacer, pero es una decisión de la embarazada, sobre todo cuando se acerca la semana 42 del embarazo en que el bebé ya debería haber nacido.
Es un procedimiento para iniciar el alumbramiento y su desarrollo, pero la decisión no se debe tomar a la ligera. Se recomienda si hay síntomas de presclampsia o toxemia, un aumento de peso súbito e importante, en caso de diabetes en la madre, en caso de enfermedad inflamatoria de la pelvis y más, para evitar que estas circunstancias afecten al bebé. También es necesario hacerlo cuando el bebé estaría mejor fuera del vientre materno que dentro. Cualquier caso en que el médico lo recomiende hay que tenerlo en cuenta, aunque siempre la última palabra es de los padres.
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure